
Demanda. Los repartidores no se dieron abasto en la delegación Magdalena Contreras por la disminución del suministro de agua en el Sistema Cutzamala.
Aplicarán cortes de agua los últimos tres días de cada mes hasta mayo.
El bajo nivel de las presas que abastecen a la Ciudad de México provoca desde ayer y hasta mayo cortes de agua en la capital mexicana y sus alrededores que dejarán sin el líquido a casi 5.5 millones de personas, informaron fuentes oficiales.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) informó ayer de la puesta en servicio de 430 camiones-cisterna que abastezcan de agua a los nueve distritos capitalinos afectados, así como a diez municipios conurbados.
Los ciudadanos que vean suspendido el servicio de suministro podrán abastecerse con las cisternas, enviadas a las distintas zonas afectadas.
Las restricciones vienen motivadas por los reducidos aprovisionamientos de agua en el sistema de presas de Cutzamala, que proporcionan el 24 por ciento del líquido a la ciudad.
Es un acueducto compuesto por siete presas, con cerca de 150 kilómetros de tuberías. Surte de líquido al Valle de México, donde habitan alrededor de 20 millones de personas: en la zona se consumen 64 mil metros cúbicos de agua por segundo, de los cuales unos 16 mil son aportados por Cutzamala.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) suspenderá el suministro a algunas zonas, los tres últimos días de cada mes hasta mayo para ahorrar líquido y realizar trabajos de reparación en la red de suministro.
Se repondrán 50 kilómetros de tuberías con alta incidencia de fugas, se repararán 23 pozos y se construirán cuatro plantas potabilizadoras.
Cuando por estas fechas lo normal es que las presas almacenen en torno a 600 millones de metros cúbicos de agua, actualmente rondan los 476, según detalló el director del Sistema de Aguas, Ramón Aguirre. El año pasado la temporada de lluvias -que corre aproximadamente de mayo a noviembre- no fue pródiga, por lo que se intenta ahora con los cortes evitar males mayores en marzo y abril, los meses de mayor consumo.
El abastecimiento de agua a la capital es un problema que preocupa a autoridades locales y federales, así como a grupos ecologistas. Las fugas en la red y las crecientes necesidades de una ciudad de 19 millones de habitantes que se expande una hectárea al día hacen temer por el suministro futuro del líquido.
Otro de los inconvenientes que se busca evitar es la contaminación de los ya de por sí sobreexplotados mantos acuíferos que nutren a una urbe -rodeada de lagos- que se hunde lentamente en el suelo por la extracción.