El Gobierno de Estados Unidos aceleró ayer trabajos de ingeniería para sustituir con bardas el Parque de la Amistad, entre California y México y donde familias mexicanas solían reunirse con sus seres queridos con una malla metálica de por medio.
Equipo pesado y obreros bajo contrato del Departamento de Seguridad Interior (HSD) modificaban el terreno para levantar otras dos bardas paralelas a la tela de alambre.
Desde ayer las familias y los novios en ambas fronteras tendrán que gritarse a unos 100 metros de distancia para comunicarse.
La decisión de levantar un muro en esa zona de Imperial Beach pese a ser santuario de aves y helechos en riesgo de extinción fue porque los congresistas Duncan Hunter y James Sensenbrenner determinaron al visitar el parque, en 2006, que podría ser la entrada a terroristas.
Consideraban que éstos pudieran cruzar todo un vecindario de clase media mexicana en Tijuana, la zona de Playas, e ingresar a Estados Unidos por el parque, donde vigilan permanentemente unas cuatro patrullas fronterizas.
Según el plan del Gobierno Federal, para mayo próximo el parque sólo será un recuerdo y lo habrán sustituido tres bardas con corredores pavimentados intermedios por donde recorrerá la Patrulla Fronteriza de San Diego.
El Parque de la Amistad fue punto de encuentro para que poetas leyeran en inglés y en español sus obras, muchas de ellas relacionadas con la barda, la frontera o la unidad de las comunidades transfronterizas.
En el Día Internacional del Sida en el mes de diciembre, activistas de ambos lados jugaron voleibol con una enorme pelota nombrada VIH para demostrar que las fronteras eran insignificantes para la enfermedad.
