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La calavera del juicio final

Gilberto Serna

Hablar de un calavera, en la jerga popular, es hablar de un libertino, un tarambana o un mujeriego. En otro aspecto, una calavera es el conjunto descarnado de huesos de la cabeza, mientras permanecen unidos. A estas últimas nos estaremos refiriendo durante el curso de esta colaboración. Ahora que se ha puesto de moda la adoración a lo que llaman la santa muerte y de que empieza un año que siempre viene cargado de sorpresas o de menos eso pensamos los humanos, especialmente los que nos dejamos llevar por cuestiones esotéricas, que es aquello que está vedado al común de las personas, reservado tan sólo para los entendidos, impenetrable o de difícil acceso para la mente, recordé haber leído lo que se ha dado en llamar el apasionante rompecabezas de las calaveras de cristal. Empecemos por establecer que la tradición nos remite a los mensajeros llegados del cielo, que es de suponerse las entregaron, en tiempos remotos, a los pobladores de la mítica Atlántida.

Están cortadas con forma de calavera humana. Talladas sobre cristal puro de cuarzo. Se le han atribuido poderes ocultos. Ha habido cosas que le pondrían los pelos de punta a cualquiera, como repentinos desplazamientos de objetos o la percepción olfativa de perfumes diferentes. La más conocida de estas calaveras, así como la más misteriosa, es la Mitchell-Hedges, considerada anatómicamente perfecta, excepto por la ausencia de suturas craneanas. Los científicos que la han examinado, estiman que junto con su mandíbula inferior, que se ajusta perfectamente con la parte superior, proviene de una misma roca. Esta calavera fue encontrada o se dejó encontrar, si damos pie a lo sobrenatural, debajo de grandes piedras que cubrían el altar de un templo en ruinas pertenecientes a la cultura maya en Belice, donde el explorador británico F. A. Mitchell-Hedges andaba en busca de la legendaria Atlántida. Un restaurador de arte, Frank Dorland, fue testigo de que en alguna ocasión un halo la circundó por varios minutos, mientras se escuchaban sonidos agudos, parecidos a campanilleos, en tanto que, otras veces, dentro del propio cráneo traslúcido se notaron luces e imágenes de montañas, mientras desprendía un olor característico. Es sorprendente que si es alcanzada por los rayos del Sol, en la parte de atrás, un intenso haz luminoso sale por las cuencas de la nariz y la boca.

Sus orígenes van desde el ocultismo a lo paranormal y aún a la ufología o sea, en este último caso, a seres venidos de otros mundos. Se comprobó, de ahí el enigma que la rodea, que fue tallada en contra del eje natural del cristal que los modernos escultores no lo harían por que provocaría la rotura de la pieza. El usar tecnología láser produciría idénticos resultados. No se encontraron evidencias ni rastros, tan siquiera microscópicos de que se hayan utilizado herramientas metálicas. Se ha llegado a suponer que el trabajo se hizo tallando a mano, sin embargo los expertos estiman que, de ser así, se necesitaron al menos 300 años de dura labor. Tanto los prismas ubicados en la base, como las lentes pulidas a mano de los ojos se combinan para producir un brillo muy intenso. Al presentar un alto grado de dureza se deduce que sólo mediante la fundición del mineral, utilizando un molde o mediante el uso de un diamante podría lograrse el resultado apetecido. Sin embargo se deduce que los Mayas no fueron capaces de fabricar el objeto dado que no poseían la capacidad técnica para encargarse de tan delicada obra artística.

La gente considera que el cráneo de cristal es un centro de energía psíquica, que tiene la capacidad de aumentar la felicidad y mejorar los estándares de vida de los mortales. Basta tomarlo en las manos o hablar a esas figuras. Sea como sea, supercherías o no, estamos entrando en un año lleno de malos presagios para el mundo. Los torreonenses nos vemos inmersos en una ola de violencia, a la que no se le mira el fin. Hay muerte y desolación en la Franja de Gaza en la que nadie apostaría a los palestinos. La Mitchell Hedges no es la única calavera de cristal señalándose que los sacerdotes mayas la utilizaron para realizar ritos esotéricos. Esta calavera en particular es la Skull Of Doom o calavera del Juicio Final. Hasta ahora se han descubierto varias tallas en distintas partes del mundo, de las cuales 9 parecen auténticas, cortadas con forma de un cráneo humano, variando tan sólo de tamaño y tipo de cristal. Hay sobre estas calaveras una leyenda que se remonta a los tiempos de los mayas, que cuenta que cuando sean descubiertas el total de ellas, transmitirán todos sus conocimientos, revelando el origen de los hombres y cual es el destino que les espera, esto es, se evidenciará el secreto de la vida. Los hay quienes especulan que será el fin del mundo, tal como lo conocemos hasta ahora, ¿truculencia? ¿tremendismo? ¿embuste? ¿inventiva? o ¿falacia?, tómelo como usted quiera, pero pronto lo sabremos, ¡en cuanto aparezcan las que faltan!

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