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De sueño americano a pesadilla mexicana

En muchas colonias en la frontera con EU, la pobreza se agudiza por la incapacidad de los gobiernos para atender a los miles de migrantes que, al no poder cruzar, se establecen del lado mexicano. (Agencia Reforma)

En muchas colonias en la frontera con EU, la pobreza se agudiza por la incapacidad de los gobiernos para atender a los miles de migrantes que, al no poder cruzar, se establecen del lado mexicano. (Agencia Reforma)

Agencia Reforma

Carecen de servicios y trabajo habitantes en Tijuana y Reynosa que no logran cruzar a EU.

Cuando a Librada Cardoza Díaz la invitaron a irse de “mojada” a Estados Unidos, pensó en el sueño americano: tener buena casa, buen carro y buen trabajo.

En cambio, terminó viviendo sobre la ribera mexicana del Río Bravo en un tejabán de madera y lámina, sin servicios, soltera y con seis hijos.

Como en el caso de Librada ­que ni cruzó a Estados Unidos ni volvió a su natal Durango­, el sueño americano se convirtió en una pesadilla para miles de mexicanos que se han quedado en la frontera mexicana, tan cerca y tan lejos de sus ilusiones.

Ciudades como Tijuana, Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Ciudad Juárez enfrentan el crecimiento de asentamientos irregulares formados por migrantes.

Quienes no logran cruzar, así como los que son deportados, establecen sus hogares en cinturones de pobreza donde falta el trabajo y los servicios públicos, además abunda la inseguridad y problemas de la tierra.

Según la Secretaría de Desarrollo Social Federal y el Consejo Nacional de Población, Tijuana y Reynosa figuran entre las ciudades de mayor crecimiento demográfico en el país.

Tijuana presenta un crecimiento anual de 2.7 por ciento y Reynosa un 3.4. Se estima que, sólo en Tijuana, hay unas 850 colonias con familias procedentes del Centro y Sur del país.

“No cumplen sus propósitos de pasar a Estados Unidos y se quedan aquí”, explica Juan Meneses Jiménez, subsecretario de Desarrollo Social de Baja California.

“Obviamente”, agrega, “traen todas las necesidades del mundo, puesto que salieron de un Estado que tiene muchas carencias”.

Agrega que a eso se suman las repatriaciones.

“Mensualmente salen (de Estados Unidos) de 300 a 500 personas”, afirma.

Si esta rápida expansión no es controlada, señalan las autoridades, se generan altos niveles de pobreza.

Everardo Villarreal Salinas, secretario de Desarrollo Social en Reynosa, destacó que en esta ciudad ha proliferado el número de familias foráneas que viven en la pobreza, aunque no dio cifras.

“Estamos muy enfocados”, dijo, “para que lleguen los beneficios directos a las personas que quizá no están en pobreza extrema, pero ganan el salario mínimo y la zona Norte es cara, y es difícil vivir con eso.

“No te puedo decir por número la cantidad de más necesitados”, agregó Villarreal, “pero sí hay zonas muy pobres”.

Como las colonias más necesitadas mencionó la Lucio Blanco, en el Sur de la ciudad, y, Praderas de Oriente, la 10 de Mayo y la Nopalera, en el Norte.

“(Éstas son) algunas colonias que realmente necesitan los apoyos”, dijo.

Incluso, hay una zona poblada por migrantes, la colonia 21 de Marzo, que ni siquiera existe en el mapa de Reynosa.

“Nos vinimos a vivir p’acá por lo mismo: Ya no podíamos pagar la renta”, explica Concepción Reyes, habitante de esta colonia.

“Mi esposo gana muy poquito y, pues, aquí como quiera nos alcanza p’a comer.

No pagamos luz, nos aluzamos con velas”.

Improvisan casas

Por la ladera del río Bravo hay una llanura que es ocupada por unas cien familias muy pobres. El grupo de improvisadas casitas de madera y lámina es la colonia 21 de Marzo, pero en el mapa del Ayuntamiento no existe.

La gente se instaló ahí por no tener más opción. No tienen recursos, muchos son foráneos, sin trabajo fijo, sin estudios, pero con esposa, hijos y necesidades.

En la 21 de Marzo no hay agua entubada ni drenaje, no hay electricidad, no pasa el transporte, la basura la queman porque no acude el camión recolector.

Sus habitantes desconocen qué es el DIF, dicen que nadie les ha llevado una despensa, desconocen qué es el programa de desayunos escolares, nunca han oído hablar de Oportunidades.

Concepción Reyes carga al varoncito de 14 meses, su hija estudia preprimaria, a diario su esposo José de la Cruz va a dejarla caminando al kinder de la colonia vecina Carmen Serdán antes de irse a buscar quien lo contrate, pues limpia y poda jardines.

Desde hace varios días no pasa la pipa (enviada del Ayuntamiento) que los surte de agua para tomar, está preocupada porque está gastando 12 pesos cada tercer día para comprar un garrafón de 18 litros de agua purificada.

“Nomás la usamos pa’ tomar, agarramos agua del río para lo demás”, confiesa. Tiene una estufa de petróleo de dos mechas, allí cocina frijoles, sopas de fideos y cada semana puede guisar pollo, “con poco aceite porque ya está muy caro”.

José Zedillo, otro de los vecinos que sobrevive vendiendo gorditas de azúcar en la zona Centro, dice que el alcalde ya les pidió desalojar el área federal que ocupan, pero que ojalá no los reubique y que no se olvide de ellos.

...Y otros mejor aprovechan trabajo temporal en Canadá

Impulsados por tener una mejor calidad de vida, un empleo mejor remunerado y la certeza de que no serán deportados, miles de mexicanos han optado ahora por un nuevo sueño: emigrar a Canadá.

La mayoría de los paisanos que se van, lo hace a través del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México Canadá (PTAT), el cual les permite ingresar a ese país con papeles en regla y la garantía de que serán respetados sus derechos laborales elementales, al menos de atención médica y prestaciones por buen rendimiento.

Con una sonrisa que se dibuja en su rostro, Armando Tenorio, de apenas 26 años de edad, cuenta que el ir a trabajar a Canadá le cambió la vida.

“Ahora vivo mejor que antes, ya pude pagar mis deudas y levantar un patrimonio para mis niños”, asegura el zacatecano de piel morena y de mirada firme.

Datos de la Secretaría del Trabajo revelan que en los últimos 10 años el número de trabajadores enviados a través del Programa de Trabajadores Temporales con Canadá fue de 104 mil 545, en donde el 96 por ciento ha sido de hombres y el resto mujeres y los rangos de edad fluctúan entre los 31 y 40 años de edad.

Los estados que más participan en el envío de trabajadores son: el Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Michoacán, Zacatecas, Oaxaca, San Luis Potosí y Veracruz. La dependencia también señala que la actividad que más desarrollan es el cultivo de verduras, trabajo en invernaderos y a la recolección de fruta.

En promedio el salario para los trabajadores temporales en Canadá, que suelen emigrar por periodos de 6 meses con opción a ser recontratados para el año siguiente si mantienen un récord positivo ante sus patrones, fluctúa entre 9 y 10 dólares la hora.

En promedio los obreros mexicanos laboran de 10 a 12 horas diarias.

El coahuilense Jaime Arguijo Santos regresó tras ocho meses de trabajo en los campos canadienses y de haberle mandado a su familia más de 8 mil 600 dólares.

Señala que en el tiempo que ha trabajado en la cosecha de la uva, en Ontario, ha quedado satisfecho con su labor y ha solicitado a su patrón para que lo requiera el próximo año.

Concepción Reyes dice que al no tener electricidad, usan velas. Además batalla con el agua, pues la pipa no pasa muy seguido. (Agencia Reforma)
Concepción Reyes dice que al no tener electricidad, usan velas. Además batalla con el agua, pues la pipa no pasa muy seguido. (Agencia Reforma)

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