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La agresión en las escuelas o Bullying

rolando cruz garcía

El fenómeno social llamado Acoso Escolar o Bullying no es nuevo, se viene estudiando desde principios de los setenta, pero pocos conocemos sus implicaciones; por lo que, a su vez, poco se ha hecho al respecto. Fue hasta en años recientes, que Dan Olweus y Peter Paul Heinemann comenzaron a realizar investigaciones sobre dicho tema, en la Universidad de Clemson.

Después de la publicación del libro de “Aggression in the schools” (Olweus, D. 2003), el interés sobre el tema aumentó en distintos países tales como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Japón, dando lugar a la creación de programas y estrategias de intervención, que al ser implementadas, arrojaron excelentes resultados.

Sin embargo, las investigaciones sobre acoso escolar en México son muy escasas y los problemas de indisciplina y violencia no se han reportado en ningún estudio formal (Velázquez, 2005), por lo que no se tienen datos específicos sobre el acoso escolar en nuestro país. En Nuevo León por ejemplo, no existen estadísticas de la Secretaría de Educación Pública sobre el acoso escolar (bullying); sin embargo, cuatro de cada diez adolescentes sufren algún tipo de hostigamiento psicológico o físico cuando asisten a la escuela de acuerdo con los hallazgos del doctor Luis A. Lucio López, catedrático de la Preparatoria 16 de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien realizó una investigación con 1,600 estudiantes de nivel medio superior.

Aunque no se tienen datos precisos sobre el acoso escolar en el centro del país y el resto de los estados, se han presentado situaciones que indican que no estamos exentos de padecerlo, por lo que es necesario estudiar este fenómeno y actuar en consecuencia.

Por ejemplo en la ciudad de Monterrey, se han presentado ciertos eventos entre escolares en los que se ha visto confirmada la importancia y urgencia de intervención en este sentido. El 22 de febrero de 2007 algunos estudiantes de primero de secundaria de un colegio particular, vandalizaron la casa de uno de sus compañeros. “...Dieciocho niños entraron a hacer destrozos a mi casa. Se les pidió que se fueran y no obedecieron. Desde tirar cosas y tumbar muebles, hasta orinar y meter excremento en botes y embarrarlo dentro de la casa”. Comentó el padre del niño en una nota del periódico El Norte publicada el 7 de marzo (Castañeda, 2007). Este suceso ha causado revuelo en los colegios, las familias y la comunidad en general, por lo que se han publicado diversos artículos concernientes al tema del acoso escolar.

La palabra acoso en lo general, puede abarcar, entre otras cosas: intimidar, atemorizar, excluir, fastidiar, incomodar, provocar, desafiar, golpear o insultar; aspectos todos que se han sufrido alguna vez en la escuela, pero ahora se han convertido en una patología social.

En este acto se presentan al menos tres criterios importantes a considerar: conlleva un comportamiento negativo que denota maldad, es repetitivo a lo largo del tiempo y se produce en una relación caracterizada por desequilibrio de poder o fuerza (Olweus, 2000).

Existen diferentes tipos de acoso dependiendo de la situación y ambiente en el que ocurra, el más grave es el tipo de acoso que tiene lugar en las instituciones educativas y que se denomina acoso escolar o bullying, que se define como aquél reflejado en términos de conducta de intimidación y maltrato entre escolares y que se lleva a cabo de forma constante y repetitiva a lo largo de un tiempo determinado. Esta conducta tiene la particularidad de presentarse casi siempre en la ausencia de adultos y su principal intención es humillar y someter a una persona considerada como más débil e indefensa (víctima), por parte de aquel o aquella que es más dominante, agresivo e incluso violento a quien se le llama bully, es decir: agresor, acosador o abusador. Como la intención principal es humillar, el acoso escolar es una actividad consciente, deliberada y hostil.

Es aquí donde se vuelve indispensable la atención de los profesores, directivos y padres de familia, que requieren detectar dichas conductas agresivas y poner pronta solución, antes de que se conviertan en conductas patológicas, como las que hemos sido testigos en la Unión Americana en donde jovencitos (casi niños) han asesinado a sus compañeros y maestros en arranques de locura, con armas y sin una explicación posible. Especialmente los padres de familia deben estar atentos a una posible agresión hacia sus hijos y poner solución inmediata.

La agresión escolar o bullying, no es privativa de ningún nivel educativo en particular, pero se acentúa en los últimos años de primaria, en la secundaria y en el bachillerato, donde son muy frecuentes; al parecer disminuye considerablemente en el nivel profesional.

Otra forma de abordar este problema en particular, es ofrecer programas de formación en valores, como los que propone la misma UNESCO y la UNICEF, que le conceden suma importancia a los programas que promueven los valores universales y esenciales para el desarrollo integral de los alumnos, como la cooperación, unidad, paz, tolerancia y respeto.

Dichos programas tienen como misión preparar a los estudiantes para una vida de continuo aprendizaje por medio de una educación integral, multicultural y de excelencia académica impartida por educadores altamente calificados en un ambiente que maximiza el potencial intelectual, enfatiza la conciencia comunitaria y global, y proporciona las habilidades y conocimientos requeridos por un mundo en constante cambio. Asimismo, los padres de familia y el personal están comprometidos en promover el respeto por las diferencias y el aprecio por la diversidad entre los individuos, la sensibilidad hacia las necesidades y los sentimientos de los demás, la estima de los valores universales y el sentido de servicio a la comunidad.

Existe preocupación con respecto a las situaciones de acoso escolar (bullying) que se han estado presentando entre alumnos y que se han observado tanto en los salones de clase como durante el descanso. Estas situaciones se han incrementado notablemente, por lo que se considera al acoso escolar como una situación seria que puede traer consecuencias psicológicas graves para los niños afectados, tales como inseguridad, sentimientos de inferioridad y disminución de la autoestima, entre otras. En la siguiente entrega: qué es, cómo detectar y actuar en casos de bullying.

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