La lujosa Hummer todoterreno que utilizaba el ex presidente Vicente Fox en su rancho de San Cristobal también desató controversias. (Archivo)
Las camionetas de Gordillo no han sido los únicos autos lujosos que han desatado polémica.
Algunos políticos se han visto envueltos en la polémica gracias a los vehículos que usan, compran o regalan, ya sean Hummers, Jeeps, BMWs, Tsurus o Harleys.
El escándalo más reciente lo desató Elba Esther Gordillo con sus 59 Hummers, pero no se puede olvidar la otra Hummer de “origen incierto”: la de Fox, ni tampoco su Jeep “rojo furia”; tampoco el BMW, el Wrangler y el Mazda del delegado de Cuauhtémoc; o el memorable Lincoln presidencial que “desapareció” por arte de magia; ni mucho menos el célebre Tsuru blanco de Andrés Manuel López Obrador y la Harley Davidson de Salgado Macedonio.
Unos son para uso rudo, otros desafían a la velocidad y otros brindan un auténtico look de renegado, pero todos cuentan con un común denominador: son costosos y dan mucho de qué hablar.
La última semana, la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) estuvo en el ojo público por el “detallazo” que tuvo con los dirigentes magisteriales: les regaló una camioneta Hummer a cada uno, 59 en total, con un valor aproximado de 370 mil pesos.
Aunque luego reculó y dijo que no se trataba de un obsequio sino que serían rifados para mejorar 320 escuelas en el país, del escándalo ya no se salvó.
Entre que si son peras o son manzanas, la inversión de 21 millones 830 mil pesos del SNTE para los vehículos despertó la ira de diferentes sectores, que calificaron de excesivo y ridículo, por decir lo menos, el detalle la maestra Elba Esther. Ahora a algunos sólo les quedará decir... ¿Y la Hummer, ‘amá?
LOS AUTOS DE FOX
Las de la dirigente del SNTE no fueron las únicas que dieron de qué hablar; la lujosa Hummer todoterreno que utilizaba el ex presidente Vicente Fox en su rancho de San Cristobal también desató controversias.
En un principio, el origen de dicha unidad era incierto y la forma en la que llegó a manos del ex presidente fue un misterio.
En documentos oficiales del vehículo aparece como dirección registrada Avenida Industria Automotriz, sin número, en la zona industrial de Toluca.
Luego Fox aseguró a la cadena de noticias CNN que la camioneta le pertenecía al Estado Mayor Presidencial, información que quedó desmentida cuando la Hummer no apareció en el registro de vehículos de esa institución.
Al final, la Presidencia de la República informó que la dichosa camioneta era propiedad de General Motors de México y había sido recibida en comodato por el EMP, que la devolvió a la automotriz el 22 de octubre de 2007.
Pero la polémica por los autos de Fox no terminó ahí, pues seguiría el turno al ahora famoso Jeep del ex presidente.
Color rojo flama y tracción 4x4, el Wrangler, igualito al que usaba Bush para recorrer su rancho en Texas, resultó ser un regalo de Marta Sahagún, pero fue comprado por el empresario Luis Miguel Moreno Vélez, quien buscaba convertirse en proveedor de la fundación Vamos México.
Sin embargo, la unidad no aparece registrada en las declaraciones patrimoniales presentadas por el ex presidente ante la Secretaría de la Función Pública o en las listas de regalos que recibió en el sexenio.
MI SALARIO ME ALCANZA PARA MIS AUTOS’
Otro que le tomó el gusto a los autos costosos fue el delegado de Cuauhtémoc, José Luis Muñoz Soria, quien en su cochera cuenta con un BMW Z4, que puede alcanzar un precio de 57 mil 900 dólares; además de un Jeep Wrangler 4x4 y una camioneta Mazda CX-7, que en conjunto superan el medio millón de pesos.
A esto, el delegado se apresuró a sentenciar: “Si gano 79 mil pesos, en cinco meses me compro mis coches, ¿Tú crees que no me alcanza?”.
¿Y EL LINCOLN ‘APÁ?
En otro caso, el senador priista Francisco Arroyo Vieyra puso a la Presidencia de la República a “desempolvar” sus archivos al preguntar dónde había quedado el Lincoln presidencial que regaló el Gobierno de Jimmy Carter al de José López Portillo.
Los Pinos se limitaron a decir que después de una “búsqueda exhaustiva” en sus archivos no se halló información alguna sobre el Lincoln que transportaba a los presidentes en el tradicional recorrido por las calles de la ciudad de México.
Luego, se informó que el impecable vehículo de color negro, con las banderitas de México y Estados Unidos al frente, fue visto por última vez los días 19 y 20 de abril en una exhibición de autos antiguos en Huixquilucan, Estado de México.
PRD, ENTRE TSURUS BLANCOS Y LA HARLEY
El Sol Azteca también tuvo sus autos famosos, pues al igual que los anteriores, el Tsuru blanco en el que se movía Andrés Manuel López Obrador también es memorable.
El ex candidato presidencial hacía alarde de “austeridad” viajando la mayoría de las veces en el “humilde” vehículo, siempre manejado por su chofer de confianza, “Nico”.
También memorable es la motocicleta Harley Davidson “Armadillo” del perredista Félix Salgado Macedonio. El actual presidente municipal de Acapulco solía pasearse en ella vestido en ropas de cuero, luciendo al más puro estilo de “El Renegado”, e incluso muchos lo que recuerdan más por este look y su vehículo que por su trabajo como funcionario público.
México, nuevo paraíso de Hummers
La demanda que en los últimos años han tenido los vehículos Hummer, ha convertido a México en el segundo país del mundo donde más se vende esta marca, superado sólo por Estados Unidos.
Reportes de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) indican que entre 2006 y el primer semestre de 2008 se colocaron en el mercado nacional más de 5 mil autos de este tipo, que nació para uso militar.
En el mismo periodo, en EU se vendieron 143 mil 166 unidades, por lo que ocupa el primer sitio a nivel mundial; Canadá tiene el tercer lugar con 3 mil 408.
En México estas unidades tienen un precio de 41 mil 890 dólares por la H3 y de 72 mil 590 por la H2 SUV.
Existe el mito de que Culiacán es la ciudad donde más vehículos de este sello circulan por sus calles, pero de acuerdo con un análisis, las mayores ventas se registra, al menos de manera formal, en el valle de México.
