No podemos negar que la educación pública en la mayoría de los países en desarrollo se encuentra en crisis desde hace ya un buen tiempo, lo que provoca que sus estudiantes egresen sin los conocimientos teórico-prácticos más básicos y que se supone debieron haber adquirido en sus años de estudio, sea cual fuere el nivel escolar del que hablemos, desde la primaria hasta el posgrado.
Las causas son muchas y muy variadas, por lo que se convierte en un problema de difícil solución; las crisis económicas, sociales y políticas, los constantes recortes presupuestales en las áreas educativas, la nula inversión en ciencia y tecnología, lo que genera dependencia tecnológica, los procesos de enseñanza aprendizaje tradicionales y obsoletos, además de un sinfín de problemas de orden curricular y organizacional.
Hay que reconocer que en el mundo globalizado la explosión de la información y la velocidad con la que se genera el conocimiento es cada vez mayor y no se vislumbra que vaya a disminuir en los próximos años. Cada día se producen nuevos descubrimientos en todos los aspectos del saber humano, en las ciencias exactas, en las humanidades, en la genética hasta en la economía y la política, por lo que podemos asegurar que no existe ser humano capaz de mantenerse al día en todos los descubrimientos; “de hecho, la mayoría de los científicos tienen serias dificultades para mantenerse actualizados en sus propios campos del conocimiento” (Oropeza y Ochoa, IPN 2004).
Se ha señalado que el siglo XXI se ha caracterizado por la explosión del conocimiento, esto debido a la aceleración con que se producen los cambios y los hallazgos. Lo anterior puede constatarse en las siguientes áreas del conocimiento: la biotecnología y la genética cuya base ha generado cambios importantes, por ejemplo en más y mejores cultivos, en la detección de enfermedades y la curación de muchas de ellas, en el descubrimiento del genoma humano, etc.
La nanotecnología cuya base es la fabricación de todo tipo de máquinas microscópicas, capaces de cambiar la estructura molecular de las substancias, destruir tumores malignos y llevar fármacos a lugares precisos del organismo humano, sólo por mencionar algunas de sus aplicaciones.
Los sistemas computacionales de alta velocidad, que son y serán la base de la generación y el intercambio de información de todo tipo, incluyendo por supuesto la ciencia y la tecnología.
La creación de nuevos materiales, como las aleaciones superconductoras de electricidad a temperaturas ambiente, el desarrollo de vehículos eléctricos, los trenes supersónicos y los sistemas de alta velocidad en la conducción de energía.
Es por todos estos adelantos que la educación debe reorientar sus objetivos hacia la creación de nuevos paradigmas en el aprendizaje, una de estas herramientas es precisamente el Aprendizaje Acelerado que permite generar nuevas capacidades de adaptación y el desarrollo de habilidades que todo estudiante puede lograr; esto significa desarrollar habilidades distintas, privilegiando los estilos de aprendizaje y sus inteligencias predominantes; con ello se busca optimizar los procesos aplicando novedosas técnicas que hacen más rápido, fácil y agradable el aprendizaje con retenciones de largo plazo.
La educación basada en el Aprendizaje Acelerado pone un especial énfasis en que el estudiante aprenda por sí mismo, bajo la supervisión de un profesor o facilitador, auxiliándose con el uso de la más alta tecnología y del Internet y aprovechando todos sus beneficios como son: estar en contacto con expertos en el campo de estudio, utilizar los cursos en línea y las videoconferencias; todo ello con la finalidad de que los estudiantes aprendan a aprender.
Para lograr lo anterior, es necesario contar con sistemas educativos flexibles y eficientes, que optimicen el PEA (Proceso De Enseñanza Aprendizaje). Dryden y Voss señalan que la base para lograr procesos de tales alcances es el Aprendizaje Acelerado que ha mostrado su efectividad en los grandes cambios logrados en países de Asia e Indonesia, y que hace sólo veinte años se encontraban en peores condiciones que México y América latina y que hoy en día han despegado tecnológicamente de una manera impresionante.
La generación de conocimiento es la base del progreso económico y social de una nación y ya no más lo que un país tiene como recursos naturales, minerales, petroleros etc. Actualmente el recurso más importante de una sociedad es su gente y la capacitación que ésta logre para generar descubrimientos útiles y aplicables, que mejoren su nivel de vida.
Uno de los problemas más evidentes de los países en desarrollo es su enseñanza tradicional; que en la actualidad sigue generando profesionistas con perfiles de formación muy bajos, esto se debe a que la enseñanza sigue siendo un proceso a priori que parte de los siguientes principios: todos los alumnos deben aprender lo necesario para emplearse en una organización o institución. Todos los alumnos aprenden de una misma manera y a una misma velocidad, todos deben recibir la misma información y al mismo tiempo, todos deben escuchar al que sabe (maestro) y aceptar lo que dice. Todos deben acreditar los conocimientos adquiridos por medio de exámenes programados en tiempo y calendario preestablecido, la mayoría de los estudiantes debe graduarse al mismo tiempo y el que no se mantiene a la par de sus compañeros, se considera un fracaso y, finalmente, sólo se privilegian dos clases de inteligencias: la lógico-matemática y lingüística. Evidentemente todo lo anterior ha cambiado drásticamente.
Bajo este esquema educativo, que semeja más bien una línea de producción industrial, los estudiantes se separan por edades, por grados y por etapas y normalmente no participan en la elaboración de planes y programas de estudio, mucho menos en los sistemas de evaluación que les aplican. En la siguiente entrega: Cómo lograr el Aprendizaje Acelerado.
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