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‘Tormenta financiera no termina’

ESTIMACIONES | RECONOCE BERNANKE QUE ES UNA DE LAS PEORES CRISIS DESDE LA GRAN DEPRESIÓN

Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal reconoce que las condiciones actuales de la economía en Estados Unidos son preocupantes y advierte que habrá efectos en el mundo.

Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal reconoce que las condiciones actuales de la economía en Estados Unidos son preocupantes y advierte que habrá efectos en el mundo.

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Señalan analista ‘terribles errores’ de la Reserva Federal para afrontar crisis.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Ben Bernanke, se sumó al grupo de economistas que estima que la actual crisis financiera creó el marco de una de las peores adversidades económicas desde la Gran Depresión.

Antes de la reunión anual de economistas y gobernadores de bancos centrales en Jackson Hole y a un año del inicio de la ‘crisis de las hipotecas subprime’, Bernanke dijo que la ‘tormenta financiera (...) no ha disminuido’ y está creando ‘uno de los más difíciles ámbitos económicos y de política monetaria jamás visto’.

Al mismo tiempo otros dos bancos locales, el Columbian Bank y el Trust Co. de Topeka, Kansas, se sumaban a la lista de bancos insolventes nueve en total- y puestos bajo control de la Corporación Federal de Aseguramiento de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés).

Estas dos últimas quiebras merecen poca atención comparadas al riesgo de colapso que pende sobre ‘las insolventes Fannie Mae y Freddie Mac’, según el economista Nouriel Roubini, el primero en anticipar esta crisis financiera y sus consecuencias económicas.

Martin Feldstein, profesor de economía de Harvard, dijo este fin de semana en la reunión de la Reserva Federal (Fed) en Jackson Hole, que estaba preocupado porque ‘la espiral bajista de los precios de las casas puede ser un muy serio problema para la economía. Y no hay evidencias de que esté frenándose’.

También citó la contracción del crédito -que lo enrarece y encarece- y la ‘vorágine’ en que se encuentran Fannie Mae y Freddie Mac, que ‘amenaza con hacer aumentar las tasas de interés hipotecarias’ en momentos en que la economía se frena.

Fue en Jackson Hole, donde participaron los directivos de bancos centrales de otros países, entre ellos del Banco Central Europeo, que el ex miembro del Banco de Inglaterra, Willem Buiter, provocó un agitado debate al atacar la política de la Fed.

En su ponencia, Buiter dijo que ‘la Fed escucha a Wall Street y cree en lo que está oyendo’ y que trató de frenar la crisis financiera mediante la ‘generosa’ expansión del crédito al sector financiero.

La Fed, según Buiter, bajó el alquiler del capital e hizo ‘lo que nunca hay que hacer’, dejar que los deudores determinen el valor del colateral que ofrecen para recibir préstamos.

Un creciente número de economistas piensan que la crisis fue agravada porque la Fed y otros bancos centrales salieron a salvar a los bancos e inversores insolventes que alimentaron la burbuja inmobiliaria y la transfirieron al resto del sistema financiero.

Las críticas también se dirigen al plan de salvataje para Fannie y Freddie elaborado por el Departamento del Tesoro.

Roubini califica este plan de ‘socialismo para los ricos y los bien conectados en Wall Street, y la continuación de un sistema corrupto donde las ganancias son privatizadas y las pérdidas socializadas’.

La mayoría de bancos estadounidenses, y también muchos extranjeros, tienen en sus reservas cientos de miles de millones de dólares en bonos de Fannie y Freddie, que hasta ahora eran considerados tan seguros como los del Tesoro.

Sin respaldo a esos bonos y las acciones preferenciales de Fannie y Freddie se anticipa el colapso de más bancos en Estados Unidos y daños irremediables a bancos y fondos soberanos extranjeros, lo que repercutirá sobre el billete verde.

La semana pasada varios economistas opinaron que los accionistas y tenedores de bonos de Fannie y Freddie deberían pagar la factura ñcon el colapso del valor de esos títulos- de un rescate de parte del Tesoro, lo que significaría una ‘nacionalización’ de facto, para luego privatizarlas.

Esta opción fue incluso evocada como la única aceptable por el ex presidente de la Fed, Alan Greenspan.

En cuanto a la naturaleza de esta crisis, Roubini dice que no es una ‘crisis de las hipotecas subprime (dadas a personas sin capacidad de pago), sino de la totalidad de un sistema financiero subprime’, que va desplomándose sector por sector.

Pronostica que la crisis provocará pérdidas de uno a dos billones de dólares y que colapsarán cientos de bancos locales, regionales y algunos nacionales que ‘ya son efectivamente insolventes’, y que la FDIC ‘se quedará sin fondos’ para garantizar los depósitos.

Sobre el impacto en la economía real de Estados Unidos, como constatan Feldstein y otros economistas, todos los indicadores apuntan a la baja, a un mayor debilitamiento y a una recesión más prolongada que en los ciclos anteriores.

Los factores que agravan esta coyuntura económica, que Bernanke define como una de las peores jamás vista, incluyen el desplome del mercado de casas, la contracción del crédito, más desempleo y alzas o volatilidad de precios de energéticos y demás materias primas.

En momentos en que la economía se frena y aumenta el desempleo se registran alzas de precio e inflación, lo cual -según Roubini- combina lo peor de los ‘choques petroleros’ de los años 70 con las más graves implosiones de burbujas especulativas de 1990-91 y de 2001.

Es la contracción y el encarecimiento del crédito que atrae mucha atención de los economistas y analistas, ya que eso profundiza la grave situación de millones de estadunidenses que tienen dificultades en pagar sus hipotecas, las cuotas del automóvil y las cartas de crédito.

Sal Guatieri, economista de BMO Nesbitt Burns Inc. de Toronto, recuerda que las tasas de interés hipotecarias están ahora más caras que antes que comenzara la política de la Fed para ‘relajar’ las condiciones de préstamos a los bancos y el costo del alquiler del capital.

‘El crédito es más caro y más difícil de obtener para todo el mundo, incluyendo las empresas más seguras’, según Guatieri.

El diferencial entre la tasa de interés de base de la Fed y el crédito que los bancos ofrecen a los mejores clientes es de 300 puntos básicos (tres por ciento), el triple del existente en 2006, antes de la crisis.

Paul Ashworth, economista de Capital Economics de Londres, afirma que no hay signos de que ésta contracción crediticia esté aliviándose, añadiendo que al contrario, ‘las condiciones actuales están empeorando’.

En Estados Unidos, según este economista, el crédito bancario está en contracción, y después de haber pasado el efecto del incentivo fiscal- los cheques que el Tesoro de Washington envió a los ciudadanos- es posible anticipar que la economía se deslizará hacia una más severa recesión.

David Rosenberg, economista jefe de Merril Lynch, pronostica que las actuales condiciones de crédito continuarán ajustándose hasta 2009, y que con las pérdidas de empleos y los precios de las casas bajando, el gasto de consumo bajará a un nivel no visto desde mediados de la década de 1970.

La anticipada baja en el consumo de los estadunidenses tendrá repercusiones en sus dos socios del TLCAN, Canadá y México, que son proveedores de materias primas -petróleo, metales y otros recursos naturales- y productos manufacturados como electrodomésticos, autopartes y vehículos.

En el caso canadiense la actual coyuntura es sombría porque su economía se ha vuelto muy dependiente de las exportaciones de recursos naturales, por los altos precios del petróleo, metales y minerales.

El volumen de producción y de exportaciones del sector manufacturero canadiense viene bajando desde hace varios años por el descenso en la demanda de automóviles y autopartes canadienses de parte del sureño vecino.

Y ahora, con la volatilidad -según algunos- o tendencia bajista -según otros- en el sector de las ‘commodities’, se anticipa una baja en el valor de las exportaciones canadienses del sector de recursos naturales.

La crisis y la contracción económica que ya afecta a los países europeos, Japón y a otros más, reducirá la demanda global tanto de materias primas como de productos manufacturados, anticipan economistas canadienses.

Depresión sistemática

El economista, Henry Mora hizo fuerte advertencias sobre la economía:

* Las crisis energética y alimentaria a nivel mundial pueden converger en una depresión sistémica global en 2009, la que podría describirse como una ‘tormenta perfecta’.

* Las encrucijadas mundiales en el orden socioeconómico se suman a las que registran otros siete ámbitos planetarios, lo que generaría una interconexión compleja y riesgosa que, de ocurrir, tendría efectos que durarían años.

* Al analizar ocho contextos incluidos el alimentario, el ambiental, el económico, el energétio- se ve como si se estuviera creando una especie de tormenta perfecta.

* Le siguen la pista a ocho tendencias, más allá de las económicas, y creemos que hay bastantes posibilidades de que se esté fraguando una crisis sistémica global, lo que surge como hipótesis de un ‘análisis de las interconexiones’.

* En el plano económico, implicaría una recesión a nivel casi mundial, con la excepción de China e India, que pueden seguir con su tasa de crecimiento pero ya no tan elevada como las que tienen actualmente.

* La crisis energética es una cosa muy compleja, y si el mundo no planifica una transición del combustible hacia fuentes alternativas, eso es un caos completo’, ya que ‘todo depende del crudo, no es solamente la gasolina’.

Prevén inflación y desaceleración en México

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) estimó que durante el tercer y cuarto trimestre de este año se acentúen la desaceleración económica y las presiones inflacionarias en el país.

En el segundo trimestre del año, expuso, la economía perdió buena parte de su dinamismo, se intensificaron las presiones inflacionarias y las empresas operan en un ambiente marcado por crecientes costos de producción y cierto debilitamiento de la demanda interna y externa por los productos industriales.

Argumenta que entre abril y junio pasados se intensificó la desaceleración económica, debido al cambio en el clima para los negocios y el deterioro en la percepción de consumidores y productores en torno al presente y futuro inmediato.

Además, por el enrarecimiento del ambiente internacional, causado por crecientes presiones inflacionarias, menor dinamismo económico, debilitamiento del comercio internacional y elevada volatilidad de los mercados financieros, entre otros.

Estos tres factores explican, en lo fundamental, el menor dinamismo económico, señala en un comunicado el organismo representante del sector industrial.

En el segundo trimestre del año, el avance del Producto Interno Bruto (PIB) en 2.8 por ciento superó el crecimiento reportado en el trimestre previo, de 2.6 por ciento.

Pero al eliminar el efecto de la Semana Santa, el resultado es un crecimiento económico de 2.1 por ciento, no sólo inferior al del trimestre previo, sino además equivale a la mitad del avance en el último trimestre de 2007 (4.2 por ciento), lo que permite ubicar la intensidad de la desaceleración.

Esta pérdida de dinamismo se explica por la moderación en el crecimiento del sector servicios, que se había mantenido como el principal soporte de la actividad económica, y por el evidente debilitamiento del sector industrial, que sigue siendo el componente de la economía nacional con el menor ritmo de avance.

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