EL CRIMEN MÁS GRANDE
Hace pocos días se publicó la siguiente nota: “Contratarán maestros, aun si reprueban… Para ocupar una plaza de maestro en México, los egresados de las normales y los casi 86 mil profesores que hoy dan clases como interinos deberán probar que saben leer, escribir, enseñar y demostrar que conocen el plan de estudios. Y no deben preocuparse, pues aunque reprueben podrán ser contratados (…)”.
Al leer la nota mi primer reacción fue de incredulidad total, sobre todo considerando que nuestro país tiene una infinidad de problemas agudos entre los que destaca la falta de competitividad, la inseguridad y el desempleo.
Posteriormente me invadió la desesperanza, pues como muchos, soy un convencido de que sólo mejorando la educación podemos sacar adelante a nuestro México; dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, yo creo que los pueblos tienen los gobiernos que su educación o preparación les permite exigir.
Desafortunadamente, al consentir los caprichos de Elba Esther Gordillo, pareciera entonces que la apuesta sigue siendo por una sociedad no preparada y por consiguiente no exigente (“al pueblo pan y circo”), pero y entonces ¿en manos de quién estamos dejando la educación de nuestros hijos? ¿En manos de quién estamos dejando el futuro de nuestro México?
Mientras en México consentimos educadores no calificados y nuestros hijos aprenden a sumar y restar con dificultad, en países como India y China (ya no digamos en países europeos) los niños de primaria están ya aprendiendo a usar tecnologías de información que muchas veces ni siquiera forman parte de los programas de las universidades de nuestro país.
¿Qué hacer? No todo es desesperanza, a principios de los ochenta Bill Clinton en su primer periodo como gobernador de Arkansas evaluó a los maestros de educación básica. Más de la mitad de los maestros reprobó los exámenes. Evidentemente, Clinton enfrentó la inconformidad de los respectivos sindicatos, lo que le costó la no-reelección como gobernador en 1981, posteriormente al implementar programas eficientes de capacitación a los maestros, Clinton se ganó al gremio, que supo apreciar dichos programas.
Estoy convencido que los buenos maestros que tenemos en nuestro México, sí apreciarían la dignificación de su profesión a través de programas de capacitación que les permitan ser mejores educadores. Existen muchos programas de capacitación exitosos alrededor del mundo, lo que hace falta es voluntad para hacer las cosas, si es necesario confrontar al sindicato de doña Elba Esther, hagámoslo; permitir que nuestros hijos reciban una mala educación es el crimen más grande que podemos cometer, asumamos cada cual nuestra responsabilidad, defendamos a nuestros niños, luchemos por el futuro de nuestros hijos, luchemos por el futuro de nuestro México.
Carta resumida
J. Luis Trasfí Castro,
Torreón, Coahuila.
