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A los Toros

Dr. Enrique Vázquez Legarreta

ANÉCDOTAS

TAURINAS

Uno de los toros más famosos que se han lidiado en México es el que se llamó “Bonito”, procedente de la ganadería española de Arribas Hermanos, y de pinta negro zaino. La tarde del 16 de febrero de 1908 pisó la arena del “Toreo” y después de ser picado y ya con un par de banderillas, saltó al ruedo el picador Manuel Bello y lo llamó tres veces por su nombre, acercándosele hasta llegar a acariciarlo y abrazarle el cuello. Ante la manifiesta y ejemplar nobleza del burel, el público, loco de emoción y de entusiasmo, pidió el indulto, y el bravo y dócil cornúpeta fue retirado a los corrales, donde pronto curó de sus heridas. Más tarde, un ganadero de Aguascalientes lo adquirió, destinándolo a semental.

La plaza del “Toreo” Capitalino, que fue estrenada la tarde del 22 de septiembre de 1907, sin estar del todo concluida, requirió en su construcción nada menos que mil toneladas de hierro, ochocientos mil tabiques y tres mil quinientas barricas de cemento. El redondel medía cuarenta y cinco metros de diámetro.

El célebre “Par de Pamplona”, uno de los más notables y famosos que clavara el “Califa de León de los Aldabas” Rodolfo Gaona, fue puesto la tarde del ocho de julio de 1915 al toro “Rodillero” del Marqués de Saltillo, y fue el segundo de los tres que adornaron el morrillo del hermoso burel de pinta cárdeno obscuro, en la Feria de San Fermín. Dicho par, modelo de arte y finura, ha servido como modelo y piedra de comparación desde entonces, Rodolfo Gaona, estelar banderillero, dejó ese par para la historia.

Si el “Par de Pamplona”, inmortalizado por Rodolfo Gaona, fue modelo de arte y finura, el “Par de Bilbao”, cuyo creador fue el Maestro de Saltillo, Fermín Espinoza “Armillita”, en Bilbao, fue modelo de poderío, de precisión y de hondura, realizado a un toro con toda la barba de nombre “Arrempuja” de Juan Pedro Domeq, un astado con 550 kilogramos de peso, cinco años cumplidos y con una impresionante cornamenta, según lo asienta en su libro “Armillita el Maestro” (Recuerdos y Vivencias) cuyo autor fue el también saltillense Mario Alberto Rodríguez. La fecha fue en agosto de 1934 en la Feria de Bilbao, donde alternó con Domingo Ortega y Vicente Barrera.

El “Par de Bilbao” merece pasar también a la historia como lo que fue, un modelo de arte, de poderío y sabor torero. “Armillita” puso su sello inconfundible en su ejecución. El Maestro de Saltillo tuvo en esa tarde uno de sus más sonados triunfos en su brillante carrera taurina al cortarles orejas y rabos a “Arrempuja” y “Mocito” de Juan Pedro Domeq, antes de Veragua y con cruza del Conde de la Corte.

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