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Cannes, donde todo puede pasar

En la ciudad francesa se dan cita las más importantes luminarias, así como periodistas de todo el mundo y turistas.

En la ciudad francesa se dan cita las más importantes luminarias, así como periodistas de todo el mundo y turistas.

El Universal/ EFE

CANNES, Francia.- Es verdad, la mayoría de los clichés y de los mitos urbanos alrededor de la imagen de Cannes, son ciertos… No en balde la Riviera Francesa ha logrado atrapar la atención del mundo en 11 días, 100 por ciento concentrados en el mundo del cine en sus ya 61 ediciones.

Sólo aquí pueden sucederte las situaciones más inverosímiles y surrealistas constantemente. La mayoría de las cosas están sujetas a los afortunados accidentes y es quizá ahí en donde radica la magia de este festival.

Y es que esta pequeña ciudad de la Costa Azul se llena de productores, publicistas, periodistas, creadores, directores y, por supuesto, “celebrities” que se cruzan y rozan con los cinéfilos, nuevos creadores, curiosos y cazadores de glamour.

Tener un lugar en este Olimpo del cine es un privilegio, por eso los hoteles de La Croissette (la avenida marítima principal, testigo de los grandes acontecimientos), tienen precios inalcanzables para los simples mortales. Una noche en el Hotel Carlton, el Noga Hilton, el Martinez o el Majestic (en el que se suelen hospedar estrellas como Harrison Ford, Woody Allen, Javier Bardem, Penélope Cruz, George Lucas, etcétera) puede llegar a costar hasta 600 euros por noche en habitación sencilla.

Una vez que estás ahí, moverse por sus calles es fácil, pues todo ocurre en unos cuantos kilómetros a la redonda del Palais du Festival, escenario de la alfombra roja y los estrenos internacionales.

Un taxi para recorrer distancias cortas te dejará en tu destino por unos 15 euros aproximadamente… Si tienes que salir del centro de Cannes, prepara el bolsillo, pues la factura puede llegar hasta 80 o 100 euros.

La gastronomía es otra de las grandes tentaciones, pues como buenos franceses, los restaurantes de Cannes cuidan bastante los platillos y su presentación, pero eso, ¡también hay que pagarlo!

Así que si quieres comer sentado y como Dios manda, por menos de 25 euros no intentes conseguir algo más que una ensalada o un club sandwich con algo de beber. Aún así, el turismo en la bahía aumenta año con año.

Se calcula que durante el Festival, ¡los lugares sobrepasan su capacidad en 70 por ciento! Muchas personas recurren a la próxima Niza para encontrar hospedaje más económico y otras tantas hacen de la arena de la playa su hábitat día y noche. Es así como la misma playa que Brigitte Bardot hizo famosa en los 60 cuando era de las primeras estrellas en pasear por la bahía con trajes de baño reveladores, ahora es el refugio de hippies y bohemios, a los que no les importa ver desde ahí los cócteles y fiestas que se celebran cada noche en los yates y clubes nocturnos.

Pero a pesar de todo, ¡Cannes siempre compensa! Pues el simple hecho de sentarte a tomar un café en cualquiera de sus terrazas frente al mar, sus restaurantes o los lobbys de sus grandes hoteles, hacen que una mañana se convierta en un desfile de personalidades. Así, mientras ordenas el capuchino puede suceder que entre Woody Allen con su comitiva para sentarse en la mesa del fondo y discutir su agenda con sus publicistas. O que mientras esperas el elevador aparezcan dos guardaespaldas que te piden que des paso a Mr. Harrison Ford.

Qué decir de cuando te sorprendes caminando al lado de Tommy Lee Jones y sólo unas cuadras más adelante ves a Jack Black tomándose fotos con las fans, eso sí, siempre rodeado de guardaespaldas que mantienen todo bajo control.

Cada día llegan cientos de estrellas al festival, tomando la estafeta de las que ya han hecho lo suyo y vuelven a casa. Por eso la adrenalina es constante, pues el glamour y la expectación nunca decaen.

Cada estrella permanece por lo menos tres días y tiene agenda apretada: ruedas de prensa, alfombra roja para la presentación de la cinta, entrevistas, fotos, cócteles y fiestas propias y de otros filmes que quieren apoyar. Hay eventos memorables que nunca fallan, pase lo que pase: la Gala AmFar, que este año tendrá como principal figura a Madonna; la fiesta de Chopard, la casa de joyas que creó nada menos que la Palma de Oro, y la fiesta posterior a la apertura y cierre de la Muestra.

Otro ambiente del festival, imposible de perderse y al que a veces acuden camuflajeados estrellas como Rupert Everett, es el Cinema de la Playa, que consiste en una pantalla gigante a orillas del mar, en donde los clásicos de antaño se proyectan cada noche.

Pero quizá lo más alucinante es que todos estos acontecimientos se vuelven cotidianos, son parte del microcosmos y la atmósfera que se crea en el festival. La primera regla de Cannes es que todo puede suceder. La segunda: una vez que entras en la vorágine de la muestra, no hay forma de parar. Y como lo que ocurre cada año depende de lo que la diosa fortuna tenga preparado para ti, cada festival es diferente e irrepetible y sólo es posible entender lo que sucede aquí, formando parte del rompecabezas.

Esperan con gran expectación el nuevo Indiana Jones

En vísperas de que el Festival de Cannes acoja la proyección de Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, la última entrega de las aventuras del arqueólogo, las expectación crece al mismo ritmo que el despliegue publicitario.

Todo el equipo de la película está en Cannes, un enorme decorado con el cartel cubre la fachada del hotel en el que está instalada la productora y los cortos promocionales se repiten sin cesar en el canal de televisión del Festival.

Y a las puertas del Palacio de Festivales de Cannes, donde hoy se proyectará la película, dos veces -una para la prensa y otra, el estreno de gala-, ya hay espectadores con carteles en los que piden invitaciones.

Porque si a la proyección para la prensa se entra con acreditación, a la de la noche, el gran estreno que contará con las estrellas de la película, sólo se podrá pasar con invitación.

La organización del Festival no sabe aún cuántas invitaciones estarán disponibles mañana una vez que se repartan a la productora y a los actores.

El Grand Theatre Lumiere cuenta con 2 mil 321 plazas, por lo que no se podrán atender todas las peticiones de invitaciones que se recibirán, según señalaron fuentes del servicio de prensa del Festival. Lo que sí saben es “que será una locura”, agregaron.

Y lo que también será es una sorpresa, porque el secreto sobre la película es casi total. Ni los actores -contrato de confidencialidad obliga- ni el director, Steven Spielberg, ni el productor, George Lucas, han soltado una palabra desde su llegada a Cannes.

A pesar de las entrevistas que han concedido -a televisiones, principalmente americanas-, Harrison Ford, Cate Blanchett, Karen Allen y Shia LaBeouf no han hablado del argumento. Aunque algunas cosas ya se saben, según los folletos publicitarios distribuidos hoy por la productora.

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