‘Tengo que confesarles que... soy gay’

Hoy en el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, tres jóvenes cuentan cómo les ha ido antes y después de confesar su homosexualidad.

Confesar su homosexualidad no fue fácil y mucho menos las consecuencias: burlas, hostigamientos y agresiones verbales, fueron el resultado. Sin embargo, Carlos, Maciel y “Alma”, cuentan con el apoyo de sus padres, familiares y amigos.

Ellos como el resto de las personas, cuyas preferencias sexuales son diferentes a las heterosexuales, celebrarán hoy 17 de mayo, el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, instituido en México en 2005 por la Cámara de Diputados.

UN INICIO DIFÍCIL

Con una estatura de 1.88 centímetros y una figura extremadamente esbelta, Maciel de 37 años, cuenta su historia.

Ésta comenzó a escribirse hace 31 años. Un intento de violación a la edad de seis, cambió totalmente su perspectiva de la sexualidad, “crecí con la creencia de que era normal hombre con hombre, hasta que me desarrollé y me di cuenta de que eso no era lo correcto”, recuerda.

Fue entonces cuando su conflicto interno comenzó. “Tuve muchas novias para poder pelear en contra de esa situación (...) fui muy noviero”, dice entre risas.

No fue sino hasta la edad de 15 años, cuando Maciel decidió “salir del closet”. “Estuve con una chava como tres años pero al estar con ella en la cama, me arrepentí, eso no era lo mío (...) ella lloró, pero para qué voy a echar a perder su vida y la mía (...) la dejé”.

“Opté por dedicarme a ser gay”, dice orgulloso Maciel. Pero no fue fácil, recuerda, “pues en mis épocas ser homosexual era un tabú”.

“Mi madre estalló cuando se lo dije, pero al día siguiente me tomó entre sus brazos y me dijo que contaba con todo su apoyo”.

Sin embargo, enfrentarse a la sociedad fue lo más difícil, más en la época de los 80’s. Todos eran de “closet”, recuerda Maciel, “nos conocíamos porque nos juntábamos en grupos pero clandestinos, porque la Policía era muy amenazante, sobre todo en Gómez Palacio”.

Y es que, de acuerdo con el entrevistado, en aquella época no era común ver a los homosexuales pasear por las calles, peor aún vestidos de mujer. “A excepción de los lugares como la zona de tolerancia”, dice, pues entonces, hacerlo fuera de este lugar era un delito.

Actualmente, dice, todo ha cambiado, pues ya hay más apertura. “No es que estén en el closet, pero ya es hora de salir, pues es muy frustrante cuando no haces lo que eres (...) es un tipo de vida, ahora es más aceptado, se tiene la facilidad de decir ‘soy esto y me vale lo que piense la gente’”, comenta Maciel, quien asegura que hoy en día ser homosexual, no es cuestión de modas.

SOPORTA DISCRIMINACIÓN

La historia de “Alma”, cuyo nombre fue modificado a petición de la entrevistada, es diferente. De 27 años y detrás de un mostrador de una sex-shop (tienda para adultos), “Alma” recuerda que hace cinco años decidió contarle al mundo sobre su homosexualidad.

El contacto diario con gente “gay” o de “ambiente” y el frecuentar dedicados al ciento por ciento a este público, “me hizo dudar”, cuenta.

“En esos lugares comienzas a preguntarte y a dudar”, dice “Alma”, quien al igual que Maciel, antes de declararse homosexual, tuvo un par de relaciones heterosexuales.

Para ella, revelar su “secreto” fue muy difícil, sobre todo ante sus padres. Recuerda que, al relacionarse con su primer pareja “gay”, platicó con su madre.

“No me creía (...) me decía que no estaba bien, que pasaba algo (...) estuvo muy feo”, comenta “Alma” tras dar un gran respiro.

Esta revelación no fue aceptada por su madre. “Estuve con un psicólogo (...) me decía mi mamá, es que tienes que ir, se imaginaban que había sufrido una decepción amorosa, pero no fue así”, cuenta.

El tiempo ha pasado y la situación en su hogar no ha cambiado del todo. Sin embargo, “Alma” ha enfrentado cada obstáculo, como los que se encuentra a diario en las calles de esta ciudad, “si nos ven nos gritan de cosas, nos faltan mucho al respeto, que soy ‘machorra’, aun cuando no soy una persona muy obvia (...) sí te sientes mal, porque te ven como algo diferente pero es normal, sólo que tienes otras preferencias y se acabó”, dice.

Debido a sus preferencias, “Alma” comenta que no sólo ha sido víctima de agresiones verbales en las calles, sino también de discriminación, “en una ocasión estábamos en una tienda departamental, cuando una empleada, al vernos abrazadas, nos dijo que iba a llamar a seguridad porque estábamos en un lugar público, que si no nos daba vergüenza”.

Para “Alma”, más que un ataque, considera estos actos como un ejemplo claro de desinformación, “pues somos personas normales, no podemos sufrir discriminación”.

LA TRANSFORMACIÓN

De día su nombre es Carlos y su aspecto es de un joven común de 23 años de edad. De noche, se convierte en “Karla”, una glamorosa cantante con caderas y piernas definidas y torneadas.

Dentro de su camerino de un conocido bar gay, ubicado sobre el bulevar Constitución, y listo para realizar su transformación, cuenta su historia.

Rodeado de bolsas de maquillaje, vestuario, pelucas y trucos para embellecer su esbelta figura, Carlos cuenta que desde pequeño descubrió que no era como los demás.

“Desde que era chiquillo, decía “¡ay! Ese niño me gusta, y se me hacía raro que me llamaran la atención”, cuenta mientras poco a poco aplica la base de maquillaje en su rostro.

Su aspecto “afeminado” lo delataba desde pequeño. Pero fue hasta los 15 años, cuando cursaba la secundaria cuando “salí del closet”, recuerda.

“Mi mejor amiga de la secundaria me preguntó, ¿tú eres gay?, ¿Por qué?, pues porque nunca has tenido novia en la escuela y todos han tenido (...) no pues sí, ay que padre, yo te voy a apoyar, me dijo”.

Meses después, uno de sus amigos de “ambiente”, quien ya falleció, fue quien lo maquilló y lo transformó en toda una mujer. “Me gustó (...) pero como yo en ese tiempo no podía solventar los gastos de comprarme ropa y cosas así, lo tomé como una experiencia”.

El tiempo pasó. Carlos desde su primera vez, no volvió a maquillarse, hasta hace apenas un año. Previo a ello, comenta, un grupo musical, al escuchar su delicada voz, le brindó la oportunidad de ser una de sus “vocalistas”.

Hace dos años, platica mientras va dejando de lado su aspecto varonil, que mientras se presentaba en un bar, al cual sus padres sabían que acudía a trabajar para cantar pero no como mujer, “fueron, no hice el show de siempre porque me dio vergüenza”.

Días después confesó su homosexualidad ante sus padres. “Los junté a todos, a mis papás y a mi hermano, y no sabía cómo decirles (...) tengo algo que decirles, pero no sabía cómo empezar y me solté llorando, ya sabemos qué nos vas a decir, me contestaron (...) nosotros te queremos, te amamos y te vamos a apoyar, es más sabemos que andas con Jorge, la pareja con la que duré como seis años”, dice.

Después de ese difícil paso, “anda, como que más a gusto, hablas más, joteas más pero sólo con la familia, pero no en la calle”, comenta Carlos quien poco a poco deja de serlo para darle paso a “Karla”.

SI VOLVIERA A NACER, PEDIRÍA SER IGUAL

Tras maquillarse y vestirse por más de una hora, “Karla” sale a escena dejando atrás aquel tímido joven. Al cuestionarlo, sobre su deseo de ser mujer, comentó “no es que siempre quiera andar de mujer, sólo los jueves, viernes y sábado (...) si me preguntaran ¿quieres ser mujer?, diría que no, porque sufren mucho con los embarazos (...) no me gustaría pasar por esas cosas (...) si volviera a nacer, pediría ser igual”.

Para “Karla”, en la actualidad y sobre todo en Coahuila, existe una mayor tolerancia hacia los homosexuales, claro ejemplo dice es el Pacto de Solidaridad.

Por otra parte y aunque no ha sido víctima de discriminación ni de agresiones físicas, cuenta que entre ellos existe rivalidad y envidias “pues hay algunos que no te dejan vestir de mujer y hacer ciertas cosas (...) no nos queda más que aceptarnos y defendernos entre nosotros”, señala.

HOMOFOBIA

Para Maciel, la homofobia (rechazo a la homosexualidad y a los homosexuales), “es una homosexualidad a fin de cuentas, es una frustración porque tienen una homosexualidad reprimida”.

Carlos, por su parte considera que, “aunque mucho se ha comentado que en su interior, las personas homofóbicas tienen algo gay, también no siempre es así (...) en la misma comunidad, hay personas que molestan a los heterosexuales y tal vez por esas personas la llevamos muchos, porque no somos unas ‘blancas palomitas’”, reconoce el joven travesti.

Aunque los tres, de una u otra forma han sufrido por discriminación debido a sus preferencias sexuales, celebrarán por tercer año consecutivo, hoy por la noche el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia en medio de fiesta y glamour.

“El consejo que yo les daría a los homofóbicos sería que vean la homosexualidad como algo normal porque no estamos haciendo daño a nadie, simple y sencillamente estamos haciendo lo que a nosotros nos gusta”, concluyó “Alma”.

Sabías qué...

Fue el 21 de noviembre de 2006, cuando la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad, un punto de acuerdo para instituir el 17 de mayo como el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia.

Y es que fue el 17 de mayo pero de 1990, cuando la Organización Mundial de la Salud retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, razón por la que en México, desde hace varios años atrás, se realizan las Jornadas Nacionales contra la Homofobia.

Este día tiene como objetivo promover acciones de sensibilización para luchar contra la homofobia, la bifobia y la transfobia en los diferentes países del mundo.

Para saber

Estos son algunos de los términos utilizados dentro del ambiente gay y su significado:

Palabra Significado

Buga Persona heterosexual

Tener el huevo Persona infectada con VIH- SIDA

Sifo Algo que es obvio, que ya se sabe

Obvio (a) Afeminado

Loca Afeminado

Yahaira Robar

Chacal Hombre que es mantenido por un homosexual

Pasiva Hombre que recibe

Activa Hombre que da

Inter. Hombre que da y recibe

Bicicleta Bisexual

Vestidas Trasvesti

Marido (a) Pareja

Lesbis o levis Lesbiana

Perra Fregona

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón