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Álvaro Uribe, un presidente de ‘teflón’

AP

El nivel de popularidad del mandatario colombiano está de forma consistente por encima del 70%, a pesar de los escándalos en los que se ha visto envuelto.

Corren duros días para el jefe de Estado colombiano, el más fiel socio de Washington en una región dominada por líderes izquierdistas.

Legisladores de oposición buscan enjuiciar políticamente al presidente Álvaro Uribe, por el caso en que cercanos colaboradores del mandatario supuestamente ofrecieron favores políticos, a cambio de que congresistas votaran a favor de un proyecto para permitir la reelección.

Su primo segundo y viejo colaborador político se unió a decenas de congresistas encarcelados por supuesto lazos con paramilitares, mientras el liderazgo del Partido Demócrata estadounidense bloquea, alegando el récord de derechos humanos de Bogotá, los esfuerzos de la Casa Blanca por aprobar un tratado de libre comercio con Colombia.

En la mayoría de los países, un presidente en tales circunstancias estaría contra las cuerdas.

Los niveles de popularidad de Uribe, sin embargo, están de forma consistente por encima del 70%, los más altos de cualquier otro jefe de Estado de América.

“Es como si fuera casi una persona con poderes extranaturales para poder hacer lo que se le da la gana”, dijo la columnista María Jimena Duzán.

El más cercano asesor presidencial, José Obdulio Gaviria, dijo que la popularidad del mandatario es la recompensa por su dedicación y lucha vigorosa en todos los frentes contra el crimen, logrando reducir el número de asesinatos y secuestros.

“Jesucristo también fue condenado a muerte y entiendo que su popularidad histórica sigue intacta”, dijo Gaviria.

EXPLICACIONES

La popularidad de Uribe, como si estuviera revestido de teflón, tiene varias explicaciones.

Con el respaldo de miles de millones de dólares en asistencia militar estadounidense, ha logrado desequilibrar a las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), algo que ningún otro presidente consiguió desde el surgimiento de esa guerrilla en 1964.

También ha conseguidos éxitos capturando o matando a capos del narcotráfico, incluyendo a dos hermanos gemelos y quienes según el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, controlaron al menos la mitad de las bandas armadas del país. Uno de los hermanos fue muerto el 29 de abril y el otro capturado el 2 de mayo.

También esta la economía de Colombia, que creció 7.5% el año pasado y un promedio de 5.5% en el periodo 2000-2007, en medio de un vigoroso plan de Uribe de privatizaciones de empresas estatales que han atraído inversionistas extranjeros.

Y también está el estilo de Uribe. Los colombianos adoran el estilo monacal de asumir el control de Uribe.

El mandatario suelta las cifras de memoria y trabaja 18 horas al día, arrastrando a sus ministros y generales a consejos comunales de un día cada fin de semana en regiones peligrosas, donde se sube las mangas y se sumerge en los detalles sobre los problemas de esa zona.

TEMA DE LAS FARC

De lejos el mayor golpe ha sido la persecución de Uribe a las FARC. El ataque más espectacular fue el del 1 de marzo a un campamento rebelde en territorio de Ecuador, cercano a la frontera, donde mató a “Raúl Reyes”, el canciller de las FARC.

El descontento público con las FARC es tan grande que las personas parecen estar dispuestas a obviar los lazos de Uribe con políticos vinculados con el paramilitarismo.

“La promesa de que va a acabar con las FARC es fundamental para su popularidad”, dijo el analista político León Valencia.

La prevención del delito es otro punto a su favor.

“Si uno vive en una ciudad o sobre una carretera, y eso es cerca de 80% de la población, uno se siente mucho más seguro”, dijo Adam Isacson, analista en el Centro para Políticas Internacionales, con sede en Washington.

Los formadores de opinión en Colombia generalmente exasperan a Uribe. En cualquier momento el mandatario llama a una cadena radial y habla por una hora y hasta dos.

La mayoría de los colombianos se entera de las noticias por las radios y los simpatizantes del mandatario adoran su estilo directo, incluso cuando enfrenta el más reciente escándalo que aqueja al Gobierno.

Uribe ha hecho bastante los últimos días. El martes respondió rápidamente cuando un grupo de 10 congresistas lo denunció ante un comité legislativo, el único que puede investigar a un jefe de Estado colombiano, por supuestamente ofrecer a la ahora ex congresista Yidis Medina favores políticos en 2004 a cambio de que votara en aquel año a favor del proyecto de Ley sobre la reelección.

Yidis se entregó el domingo a las autoridades con su abogado, quien aseguró que ella aceptaría los cargos y vincularía a Uribe y tres de sus ministros. Uribe negó haber hecho los ofrecimientos.

PARAMILITARES

Otro escándalo que lo acosa es el de supuestos lazos entre algunos de sus más cercanos aliados y bandas paramilitares, que se desmovilizaron bajo un acuerdo de paz con el Gobierno. El 22 de abril, el ex senador Mario Uribe, un viejo colaborador político y primo segundo del mandatario, fue detenido por presuntos nexos con paramilitares.

El escándalo, que involucra temores sobre el asesinato de sindicalistas a manos de esas bandas, complica los intentos de Uribe y de su aliado, el presidente de Estados Unidos George W. Bush, de convencer al liderazgo del Partido Demócrata a votar a favor del tratado de libre comercio entre ambas naciones.

El operativo donde murió “Reyes”, de las FARC, le ganó recriminaciones internacionales al jefe de Estado y amenazas de una guerra con Ecuador y Venezuela. Uribe se disculpó por la operación contra el comandante rebelde en suelo ecuatoriano, pero rehusó decir abiertamente que no lo volvería a hacer.

Una semana después de aquel incidente, la firma especializada en encuestas Gallup hizo un sondeo que mostró que la tasa de aprobación de Uribe fue de 84%, la mayor que haya tenido nunca.

La encuesta se basó en las respuestas de mil personas consultadas telefónicamente en cuatro grandes ciudades colombianas y con un margen de error de tres puntos porcentuales.

Buscan FARC asesinar a ministro de Defensa

La Inteligencia Militar de Colombia descubrió un plan de las FARC, cuyo blanco es atentar contra la vida del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo ayer el director de la policía Óscar Naranjo.

El funcionario explicó que el plan para atentar contra el funcionario fue ordenado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en respuesta al ataque en el que murió el rebelde “Raúl Reyes”. Naranjo aseguró que las autoridades “tienen certeza de que terroristas procedentes de los Llanos Orientales y del Valle del Cauca, en concreto, han arribado a la capital” para atentar contra la vida de Santos.

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Escrito en: FARC uribe

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