EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Réplica censora

Jaque Mate

Sergio Sarmiento

Presentar los dos o más puntos de vista de un tema cualquiera es una práctica saludable para el periodismo. Pero es un error tratar de legislar las buenas prácticas periodísticas. El derecho de réplica que están impulsando en la Cámara de Senadores algunos legisladores, y en particular el panista Alejandro Zapata Perogordo, no es más que un nuevo intento por censurar a los medios de comunicación.

Un proyecto de dictamen preparado por la Comisión de Estudios Legislativos del Senado está ya circulando en algunos círculos aunque no se ha dado a conocer públicamente. Según las informaciones periodísticas que tenemos, el proyecto obligaría a todos los medios de comunicación, incluidos los impresos y los de Internet, a proveer espacios para la réplica a quienquiera que “se considere” injustamente tratado o aludido por un medio de comunicación.

Los espacios de réplica deberán ser tan prominentes como la nota original. Si la información fue de primera plana, la réplica será también en primera plana. Y como no hay limitación al número de personas que puedan solicitar este derecho de réplica, un periódico podría verse obligado a dedicar 300 o mil primeras planas a la réplica de una información publicada.

El proyecto también establece que la crítica debe ser “objetiva”, pero no define qué significa este término. La Secretaría de Gobernación, por otra parte, tendría la facultad de dar seguimiento a las peticiones de réplica y se encargaría de sancionar a los medios que no las cumpliesen. Las sanciones serían del doble si quien se considere agraviado es un político en vez de un ciudadano común y corriente.

Quizá no deba sorprendernos la naturaleza autoritaria del proyecto. Hemos visto a lo largo de los últimos años cómo la clase política hace esfuerzos por fortalecer la censura para protegerse y beneficiarse. Como lo señalé el año pasado en esta columna cuando se aprobó la nueva legislación electoral, el llamado derecho de réplica no es más que una forma de censura. Y esto se recalca ahora por la propuesta del senador panista Zapata Perogordo.

Si yo escribo alguna información que cualquier político considere agraviante, éste podrá demandar su derecho de réplica. No se requiere un juicio para ello, como en los casos de difamación o calumnia. Basta con que el político se considere aludido. Si mi columna se publica en un determinado espacio, éste tendrá que ser entregado al reclamante, quien no tendrá que demostrar que la información es falsa. Si todos los diputados y senadores de un partido, así como sus simpatizantes a nivel nacional, deciden que se han sentido agraviados por mi afirmación, tendré que darles espacio a cada uno de ellos.

La Secretaría de Gobernación regresará al negocio de censurar a los medios de comunicación, pero no sólo a la radio, la televisión y los impresos sino también a la Internet. México tendrá el orgullo de colocarse, al lado de China y Myanmar, en la lista de los países que censuran la Internet.

El proyecto reitera la visión que los políticos mexicanos tienen de sí mismos. Cuestionar a un político tendrá una sanción doble que hacerlo con un ciudadano común y corriente. La ilusión de que en México todos somos iguales ante la ley seguirá desvaneciéndose. Lo que ya sabemos es una injusta realidad, que los políticos tienen privilegios de los que carecemos el resto de los ciudadanos, se confirmará abiertamente si se aprueba el proyecto de dictamen del derecho de réplica del senador panista Zapata Perogordo.

Es por supuesto una buena práctica periodística presentar los dos o tres o múltiples puntos de vista de una información o de una opinión. Pero es un gravísimo error obligar a la uniformidad de periodistas y medios. Hay publicaciones que se especializan precisamente en presentar las opiniones de una determinada corriente ideológica o política. La nueva ley significaría el fin de esas publicaciones.

El Pensador Mexicano de José Joaquín Fernández de Lizardi, esa publicación dedicada a promover los puntos de vista liberales a principios del siglo XIX, no podría tener ya cabida en el México del siglo XXI. La Jornada, un diario que abiertamente se ha dedicado a defender las posiciones de la izquierda, sería ahogada en una avalancha de peticiones de derecho de réplica de la derecha.

No, señores legisladores. El equilibrio de la información y de las opiniones no se puede dar por una ley que obligue al derecho de réplica. Éste sólo puede provenir de la diversidad de los propios medios de comunicación. Permitamos que se multipliquen las publicaciones, las emisoras de radio, los canales de televisión y los informativos de Internet: sólo entonces podremos construir un sistema justo en la diversidad. La censura no es, ni puede ser, la manera de alcanzar el equilibrio periodístico.

FASCISTAS Y PRIVATIZADORES

Uno podrá cuestionar la afirmación de que Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores son fascistas; pero lo que afirma el spot de Guillermo Velasco Arzac, en el sentido de que quienes han cerrado congresos en el mundo han sido golpistas y fascistas, es absolutamente cierto. Habrá que ver ahora si a las dos partes se les permite presentar sus puntos de vista: a unos, que el presidente Calderón quiere privatizar el petróleo; a otros, que el cierre del Congreso es fascista. ¿Aceptará la autoridad que los gobernados tomemos nuestras decisiones o censurará a una parte, a la otra o a ambas?

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 346077

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx