El hombre ha intentado siempre curarse y curar a sus enfermos, la medicina es tan antigua como la misma especie, el uso de plantas, agua, emplastos e incluso procedimientos quirúrgicos fueron usados con este propósito, el hombre en forma refleja busca explicaciones y pensó que las enfermedades se producían por la influencia de espíritus, los rituales intentaron aplacar o sacar los malignos y favorecer los benignos, a las danzas, palabras y objetos se les atribuían poderes mágicos para proteger y alejar la enfermedad, el conocimiento de los efectos de hierbas y el pensamiento mágico se mezclaron para luchar contra la enfermedad, los griegos inclinaron la balanza al conocimiento de la naturaleza para intentar curar, la inteligencia, el método científico y la idea de que la enfermedad es un fenómeno natural apoyó el nacimiento de la medicina como ahora la conocemos, en la época medieval el misticismo fue poderoso atacó el pensamiento científico, los hechos naturales se explicaron en forma sobrenatural, la medicina sufrió un profundo y prolongado retroceso, el renacimiento redescubre y estimula el método científico, filósofos, anatomistas, fisiólogos, farmacólogos, etc., retomaron y cultivaron la idea antigua de los griegos y la medicina renació, los procedimientos mágicos, el uso de sangrías, pócimas, o substancias potencialmente peligrosas como el mercurio y arsénico fueron poco a poco abandonadas, la ciencia biológica le dio dignidad a la medicina, lenta pero constantemente se acumularon conocimientos, las nuevas tecnologías los científicos enriquecieron y enriquecen ahora con increíble velocidad la ciencia y la medicina.
Los descubrimientos han llevado a las especialidades a manejar áreas limitadas pero en forma más eficiente, sin embargo la visión integradora y global no debe perderse, ya que la realidad en la naturaleza está interrelacionada, es variable y compleja como son las personas y las enfermedades que padecen.
En la Psiquiatría la historia es diferente pues siendo el cerebro y sus funciones la parte más compleja e inaccesible necesitó que la ciencia, la biología y la tecnología permitieran acercarse a la realidad de las funciones cerebrales que nos da la esencia misma de la humanidad, el otro factor es que el funcionamiento del cerebro humano ha sido mistificado, las emociones y el pensamiento han sido consideradas sobrenaturales y verlas como el resultado de reacciones químicas y conexiones cerebrales continúa causando rechazo, las manifestaciones de la personalidad y sus sanas tendencias han sido catalogadas de acuerdo a las creencias del lugar, situación y la época como virtudes o defectos, emociones como el miedo se llega a considerar cobardía, la valentía como virtud, la sana agresividad como defecto, el libre pensamiento como rebeldía, la autonomía como egoísmo, todo lo anterior puede variar con la cultura, tiempo y circunstancias, no es lo mismo en Alemania, México, Afganistán o Estados Unidos de América.
Frente a la enfermedad mental los griegos pensaron en alteraciones de sustancias cerebrales a los que llamaron “humores”, aunque estaban equivocados respecto a las sustancias no lo estaba en la idea de buscar en la naturaleza la explicación de los trastornos, en la edad media se pensó en las fuerzas sobrenaturales y la participación de espíritus malignos o benignos según cada caso, la enfermedad mental se llegó explicar como el resultado de conductas moralmente inadecuadas, por lo que la solución propuesta fue la vida en conventos, los rezos, penitencias y ritualismos para lograr el perdón y purificación.
Las ideas llevaron a múltiples y variadas teorías, se podían dividir en dos grandes grupos, los que creían en un origen biológico y los que pensaban en la acción de fuerzas sobrenaturales, las posturas fueron extremas, sin embargo aún al comienzo del Siglo XX se tenía poca información científica del funcionamiento fino del cerebro, las teorías psicologistas llenaban el hueco del conocimiento de la fisiología cerebral, la psiquiatría que se había quedado atrás de las demás especialidades médicas, había poca confianza en el psiquiatra de parte de los demás médicos, la gente común tenía (aún tienen) fantasías variadas, desde la exageración curativa de la hipnosis, tratamientos psicológicos para la esquizofrenia o el trastorno bipolar hasta la idea de que sólo “los locos” acudían a ser atendidos por el psiquiatra.
No se conocía que de la personalidad sana es variable de una persona a otra y que está determinada en gran parte por la herencia, el entorno favorece, estorba o distorsiona dicho potencial, tampoco se tenía idea clara que las enfermedades son producto de variaciones en la actividad cerebral, por ejemplo la “celotipia” (celos exagerados) se explicaba como manifestación de homosexualidad inconsciente, la compulsión a lavarse exageradamente las manos fue entendido como un sentimiento de culpa, la homosexualidad tenía que ver con el enamoramiento con la madre (complejo de Edipo), la depresión profunda se explicaba como el resultado de una lucha de fuerzas inconscientes, etc.
Ahora sabemos de la elevación de la dopamina en las celotipia, la compulsión a lavarse las manos como alteraciones de serotonina, noradrenalina, dopamina y posiblemente otros neurotransmisores aún no estudiados, la homosexualidad aunque compleja tiene un factor hereditario y que aumenta el riesgo aumenta debido al bajo nivel de andrógenos maternos (hormona virilizarte) entre el segundo o tercer mes de gestación, la personalidad explosiva y dominante se ha relacionado a niveles bajos de serotonina, etc…
La psiquiatría dentro de la medicina es la que ha tenido más avance científico en los últimos 50 años, las neurociencias se han favorecido por las efectivas y sutiles tecnologías, la genética, neurofisiología, radiología, medicina nuclear, electroencefalografía especializada, resonancia electromagnética, microscopia electrónica, por otro lado la química farmacológica nos ha permitido tener medicamentos para tratar eficientemente enfermedades antes prácticamente intratables.
Ahora la psiquiatría tiene el respeto de los médicos de otras especialidades y poco a poco la población quita las fantasías respecto a la especialidad aprovechando su ayuda cuando llegan a sufrir una enfermedad mental o intentan entender algún rasgo normal de la personalidad.
La mente humana es producto del potencial biológico del cerebro y del efecto modelador que el ambiente tiene sobre el de una manera más sencilla pero profunda de cómo se pensó, la enfermedad en cambio como la mayoría de los padecimientos tienen una predisposición heredada, los mecanismos apenas se comienzan a conocer, ahora existe tendencia a no tener posturas extremas o doctrinarias respecto al cerebro y su función pues como sucede en la naturaleza el potencial y el ambiente se encuentran actuando permanentemente para el resultado final.
