El vino, dice don Abundio, no tiene vergüenza.
-Por eso -añade- hace desvergonzado a quien lo bebe mucho.
Me aconseja el sabio viejo recelar de dos especies de hombres: los que beben mucho y los que no beben nada. Aquéllos, dice, no hacen más que hablar; éstos -aun peores- no hacen más que oír.
Tiene una frase don Abundio a propósito del vino:
-No debe tomarlo el que no sepa mearlo.
Es decir, que no lo tome quien no lo pueda administrar. El vino toma a quien no lo sabe tomar. Beberlo y disfrutarlo es hacerlo amigo; dejarse dominar por él es convertirlo en enemigo capaz de destruir.
De veras: en tratándose del vino, que no lo tome el que no sepa mearlo.
¡Hasta mañana!...