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‘La Reina del Pacífico’ se burla de los Afis

“Es injusto que saquen las imágenes de mi detención como parte de sus supuestos logros en el combate al narco, cuando no me han sentenciado por nada,
porque nada tienen”. SANDRA ÁVILA BELTRÁN, ‘LA REINA DEL PACÍFICO’.

“Es injusto que saquen las imágenes de mi detención como parte de sus supuestos logros en el combate al narco, cuando no me han sentenciado por nada, porque nada tienen”. SANDRA ÁVILA BELTRÁN, ‘LA REINA DEL PACÍFICO’.

El Universal

¿De qué se reía Sandra Ávila cuando fue detenida? La llamada Reina del Pacífico responde: ‘De los cargos que me imputan. Los Afis me dieron y me dan risa porque no tenían pruebas para capturarme’.

¿De qué se reía Sandra Ávila Beltrán cuando fue detenida?, se le pregunta a la llamada ‘Reina del Pacífico’, a unos pasos de su celda del penal femenil de Santa Martha Acatitla, ya que esa imagen se quedó en la memoria colectiva, más que los cargos de la PGR en su contra.

Tras escuchar la pregunta de lo que ocurrió aquel 28 de septiembre de 2007, ella se acomoda en su asiento, se quita los gruesos lentes contra el Sol para mirar primero de reojo a sus compañeras de castigo y terminar torciendo su cuello de un lado a otro, como en aquellas fotos, donde siempre mira de frente y altiva a la cámara.

El tono de su voz escupe impotencia, una dosis de rabia que acaba en mero hartazgo, pues aclara que es una de las preguntas que más le han hecho en cuestionarios que le han hecho llegar las autoridades y que no ha querido responder.

“Porque los Afis no tenían ninguna prueba para llevar a cabo mi detención”, dice manoteando un poco, como para remarcar las palabras, “la verdad me dieron y me dan risa, ya que los cargos que me imputan, como lo he dicho, se han derrumbado en las audiencias y como ejemplo, está un maquinista supuestamente relacionado conmigo del que aseguran en las acusaciones llevó un cargamento de droga, en la fecha en la que él ya estaba detenido con una diferencia de varios días. Esto ya se demostró”, subraya.

Menciona que luego de ser detenida, las autoridades judiciales le ordenaron que se sentara frente a un polvoso escritorio para acabar de integrar su expediente antes de ser trasladada al penal donde le preguntaron sus generales.

—¿Nombre? —se le preguntó.

—Sandra Ávila Beltrán.

—¿Apodo?

—No tengo —respondió.

—¿Que cuál es su alias? ¿No es usted “La Reina del Pacífico”? —insistió el empleado de la PGR.

—¡Ya les dije que no tengo! ¡Ese apodo lo inventó el Gobierno Federal y si hubiera justicia los que deberían estar siendo juzgados y acusados deberían ser ustedes y no yo, para que rindan su declaración sobre el tráfico de drogas— recordó.

Ávila Beltrán acaba de hablar y se desahoga, ya que de manera inmediata recupera el trato amable y voz mesurada que llevó la mayor parte de la plática, la cual, se prolongó un par de horas.

Afirma que en sus primeros días en Santa Marta Acatitla, cuando se presentó ante el psicólogo, para elaborar su perfil en la materia, escuchó la misma pregunta, por lo que ella dio la misma respuesta, ante lo que el especialista respondió con un “eso es lo que quería escuchar”.

Así, sin alzar la voz, se sigue para remarcar su malestar contra aquellos spots del Gobierno Federal donde destaca su imagen en el recuento del combate al crimen organizado, como parte del Primer Informe del presidente Felipe Calderón.

“Es injusto que saquen las imágenes de mi detención como parte de sus supuestos logros en el combate al narco, cuando no me han sentenciado por nada, porque nada tienen”, suelta como en cámara lenta.

En la plática con Ávila Beltrán no hay lágrimas, sus ojos se mantienen secos y siempre fijos sobre su interlocutor, tampoco existen las frases estridentes de inocencia, ya que insiste: sólo quiero tener un juicio justo, sin montajes o acciones prefabricadas.

“Lo peor y por eso digo que parece que hay línea de la PGR hacia la mayoría de periódicos, es la bajeza de sacarme compartiendo planas con el chino Zhen Li Ye Gon a quien se le encontraron cientos de millones de dólares. Y no somos la misma cosa”, remarca.

Para rechazar la paternidad de etiqueta de “La Reina”, enfatiza que ella es una persona que se ha dedicado a la compra-venta de bienes raíces la mayor parte de su vida, por lo que reitera que su conducta no confirma el montaje de la PGR o cualquier creación literaria, porque también rechazó cualquier afirmación de Arturo Pérez Reverte de querer avalar con mi historia, su novela “La Reina” del Sur.

Vida diaria

¿Cuáles son los sinónimos de lo cotidiano en el penal femenil de Santa Martha Acatitla?

Están los cumpleaños, las flores, la extorsión, las altas y bajas de internas, la venta clandestina de cualquier cosa, donde las toallas sanitarias se venden como objeto de culto, pero por encima de todo, las anécdotas de Sandra Ávila Beltrán, la llamada “Reina del Pacífico”.

Los martes, jueves, sábados y domingos no falla, siempre hay globos, carteles con un “Felicidades Mari Carmen” y pasteles en varias mesas y la torturadora entonación de las mañanitas para celebrar a alguna de las mil 800 internas del penal femenil, para las que hay mil 605 camas disponibles según la directora Margarita Malo.

La súplica de una moneda viene del grupo de reclusas cuando llega o se va la visita, ya que tratan de juntar lo de una grapa, o bien la exigencia de un billete o más, llega de custodios y reas de peso ya sea hacia familiares o sus mismas compañeras para llegar a un arreglo pacífico.

Un porcentaje de las internas tiene ingresos lícitos dentro del penal, ya que algunas obtienen previo a una amañada licitación que va con el aval del consejo, el permiso para vender dulces, comida, antojitos, aunque los giros más cotizados están en las tiendas de abarrotes y verduras.

En el caso de las toallas sanitarias, así como en otros productos como maquillajes o pinturas, hay más que nada el sistema de trueque y a aquella que no tenga nada qué cambiar se le asignan determinadas tareas.

De acuerdo a las mismas internas, para subirle a algún festejo, además de las flores se puede brindar con tequila, si se está dispuesto a pagar el doble de su costo en la calle a algún custodio y empleado con el que se tenga cierta confianza o simples ganas de hacer negocios.

A veces, esto es a la fuerza, como ocurrió en la frustrada intención de las reas por acudir a las celdas de otras el 31 de diciembre para la cena de fin de año, ya que ese día, los uniformados montaron retenes entre los dormitorios para cobrar 50 pesos en la aduana.

Varias declinaron por falta de crédito y comieron la cena en “su casa” -así le llaman a su respectiva celda- la cual se preparó en el reclusorio, por lo que las inconformes y las “hijas de Francia”, como se conoce a aquellas que no tienen visita, tuvieron reuniones menos concurridas.

Muchas están por tráfico de drogas, pero aquí es como distribuir dulces y si no, pregúntenle a aquel sujeto canoso de unos 40 años de edad que acude de manera religiosa todos los días de visita desde el primer hasta el último minuto para encontrarse con su familiar.

El canoso siempre aparta la misma mesa y después de instalarse desayuna, almuerza y come con entretiempos que incluyen incursiones a ambos patios de visita donde reparte saludos entre las internas y obsequios a los custodios.

O aquella señora que dedica unas horas para ver a su pariente en Santa Marta, pero que de manera permanente ve el reloj para que el tiempo le permita irse al Oriente, ya que ahí también tiene que “llevar un paquete”.

En los primeros días de su estancia en este penal, las internas difundían historias donde afirmaban que “La Reina del Pacífico” hacía fiesta hasta los días que no eran de visita con música y alcohol, situación que desmintieron quienes están cerca de ella. Una más es el uso de algún custodio como mensajero para traerle víveres, como ocurre con Miguel, quien viste de civil y siempre está un paso atrás de la directora.

Sin que lo pida, a Ávila Beltrán le brotan las reas que le hacen regalos que van desde alguna prenda o algo de comer, como lo hizo Isaura, quien se encontró con ella cuando la llevaron al área jurídica para preguntarle si le habían gustado las hamburguesas que preparó.

Isaura la saludó con una efusividad de abrazo y beso que contrastó con la parquedad y cara de circunstancia que puso “La Reina”, quien al final del encuentro hizo un mohín de desconcierto y no contestó.

Lo que puede hacer, es terminar con reuniones del Consejo donde acuden autoridades del penal así como algunas reclusas con alguna petición, como aquel que se celebró el miércoles 5 de diciembre y que fue suspendido porque Ávila Beltrán iba a hablar con la titular del penal.

En caso de que se concrete la extradición de Ávila Beltrán a Estados Unidos, misma que de acuerdo a su defensa esperan detener con una lluvia de amparos durante los próximos siete meses, Santa Marta regresará irremediablemente a su anónimo silencio.

“Claro que me preocupa la petición que hizo Estados Unidos para extraditarme, ya que esto puede concretarse si hay un juicio amañado, por lo que yo pido solamente ser juzgada conforme a derecho, con pruebas y si no, que me dejen libre”, exige.

Termina el encuentro. Ella escolta a su interlocutor hasta la última puerta donde ella puede poner un pie, siempre repartiendo sonrisas, besos, miradas, promesas, mientras se coloca de nuevo los lentes.

Allá, a unos metros, en el laberinto de caminos que expulsa al visitante del edificio A, unas internas vestidas de azul ponen una grabadora donde se escuchan los acordes de Fiesta en la Sierra, canción de Los Tucanes de Tijuana que menciona a “La Reina del Pacífico”.

“La fiesta estaba en su punto y la banda retumbaba, ya no esperaban a nadie… todos en la fiesta estaban cuando se escuchó un zumbido y un boludo aterrizaba, el señor les dio la orden de que nadie disparara. Se baja una bella dama con cuerno y camuflaje, de inmediato el festejado supo de quién se trataba, era la famosa ‘Reina del Pacífico’ y sus playas, esa grande del negocio, una dama muy pesada. Pero Sandra, ya no escucha la música”.

Descartan fuga

La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal rechazó que Sandra Ávila Beltrán, alias “La Reina del Pacífico”, pudiera fugarse del penal de Santa Martha Acatitla, ya que hay una estrecha colaboración con el Gobierno capitalino para garantizar su estancia en ese lugar.

El subsecretario de Prevención de la SSP, Monte Alejandro Rubido García, dijo que Ávila Beltrán permanecerá recluida en esa cárcel, ya que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) impide su traslado a un penal de máxima seguridad por carecer éstos de espacios para albergar a mujeres.

En conferencia de prensa posterior a la inauguración del Foro de Derechos Humanos, Seguridad Pública y Fortalecimiento de las Instituciones, señaló que “La Reina del Pacífico” por su condición de mujer tendrá que enfrentar un proceso por delincuencia organizada en un penal estatal.

Aseguró que está plenamente garantizada la seguridad en el penal de Santa Martha Acatitla, donde se encuentra recluida, por lo que sería imposible que se registrara una evasión.

El funcionario indicó que la dependencia federal no ha tenido noticias de ninguna tentativa de evasión en sus centros preventivos, mismos que, aseguró, cuentan con niveles de seguridad óptimos.

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Escrito en: narco Narcos

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