Cultura

Dedican ofrenda a Diego Rivera niño

El INAH dedica un homenaje a uno de los grandes muralistas mexicanos en el festejo de Día de Muertos.

El INAH dedica un homenaje a uno de los grandes muralistas mexicanos en el festejo de Día de Muertos.

Agencias

MÉXICO, DF.- Como ya es tradición en estas fechas, el Museo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realiza la ofrenda de el día de muertos, dedicada en esta ocasión a la memoria de Diego Rivera niño, importante artista de la historia mexicana en cuestión de pintura e integrante de la trilogía de muralistas representantes del movimiento pictórico junto con David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

En el marco de los festejos del llamado año de Frida y Diego, el artista, también conocido como “el sapo”, recibe un homenaje póstumo en las celebraciones del día de muertos. “Estas ofrendas que hacemos año con año en las instalaciones del museo y en esta ocasión, quisimos hacer algo diferente a los otros museos dedicando este altar al artista cuando era niño”, declaró Alfredo Marín, director del Museo.

En la ofrenda, es posible apreciar fotografías del llamado padre del movimiento muralista cuando era niño, en distintas edades y distintos momentos en que fue retratado, gracias a la cooperación de Guadalupe Rivera, hija del pintor, quien ha colaborado en la realización de esta muestra.

Conocido en la infancia como “chile bola” por picante y gordo, Diego Rivera comienza la vorágine de su vida al momento de nacer un ocho de diciembre de 1886 en el estado de Guanajuato.

Este acontecimiento no lo arrojó solo al mundo pues con él había nacido su hermano gemelo, Carlos María, considerado por su madre como el “bonito” de los dos, contrario a lo que pensaba de Diego, al cual llamó “gordito y feito”. Después de 18 meses de vida, murió uno de los gemelos quedando el otro acompañado por su tristeza y soledad, según palabras de Guadalupe Rivera: “Mi padre era un niño solitario, no se relacionaba fácilmente con otros niños, además que pasaba sus días rodeado de adultos por lo que se refugiaba en pintar todo lo que estaba a su alcance como locomotoras de vapor, maquinistas y paisajes en un cuarto que mi abuelo le había acondicionado con pizarrones y tizas de colores”, agregó la doctora Rivera.

Las experiencias poco comunes que vivió en su infancia fueron suficientes para marcarlo de por vida y fincar los cimientos del carácter e ideología que lo distinguieron a lo largo de los años entre los círculos artísticos y políticos a los que perteneció. Sus primeras experiencias escolares fueron contradictorias: su padre lo inscribe en una escuela laica con una matricula de profesores socialistas suceso que contrapuntea con la escuela jesuita a la que es incorporado tiempo después por su madre. En su juventud escapa al Colegio Militar para seguir sus estudios en la Academia de Bellas Artes, y es así como comienza la carrera artística y contestataria que se conoce de Rivera.

Por todo lo anterior y por tantas otras cosas que biógrafos e historiadores han escrito y dicho acerca de la figura del maestro Diego Rivera, se honra la memoria infantil del artista con un altar de Día de Muertos que permanecerá hasta mediados del mes de noviembre en las instalaciones del museo.

Leer más de Cultura

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

El INAH dedica un homenaje a uno de los grandes muralistas mexicanos en el festejo de Día de Muertos.

Clasificados

ID: 308451

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx