Avril Lavigne condicionó el deseo de estar unos segundos con ella durante el evento que se realizó en una tienda de discos situada al sur de la ciudad. (El Universal)
Mientras que artistas reconocidos mundialmente y que han dejado huella en varias generaciones como el Beatle Paul McCartney dan prioridad a una cálida convivencia con sus seguidores en eventos como firmas de autógrafos, hay otras que al asumirse estrellas y subirse al “ladrillo” pierden esa sencillez, como lo dejó claro la cantante Avril Lavigne en lo que fue la firma de autógrafos que dio en el DF.
A sus seguidores se les condicionó el deseo de estar unos segundos con ella durante el evento que se realizó en una tienda de discos situada al sur de la ciudad. Adrián Austria, uno de los cerca de 700 seguidores que se dieron cita en el lugar comentó sobre dicha condicionante.
“Nos dijeron que nada de fotos, nada de darle la mano ni mucho menos abrazarla o darle un beso en la mejilla. La verdad es que eso es mala onda, ya que hay gente que llegó aquí desde las tres de la tarde del domingo y lo que menos esperamos es que nos digan eso”, dijo el joven de 19 años, quien por cierto confesó sentirse decepcionado por la actitud de la intérprete.
“De hecho, no nos permitieron tomarnos fotografía con ella. Nos tomaron una grupal, indicó Adrián.
Algunos seguidores de la punk-pop o punk-rocker canadiense compartieron el mismo sentimiento, además de que lamentaron el hecho de que Avril sólo diera alrededor de 250 autógrafos. “Pues es mala onda que se porten así, pero pues bueno, nos late su música”, manifestó Melanie Souza, de 17 años.
Sorprenden también a la prensa
Otros de los que también fueron sorprendidos cuando les cambiaron las “reglas del juego” fueron los reporteros.
Supuestamente los representantes de los medios de información permanecerían durante el evento que duraría una hora; sin embargo, “por logística” sólo se les dio un minuto para fotografiar y grabar para TV a Avril; después fueron retirados del lugar.
Minutos después, cuando inició la firma de autógrafos, nuevamente fueron llamados; pero en breve tiempo se les invitó a desalojar.
