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Contraluz / VIRTUD Y PALABRA

Ma. Del Carmen Maqueo Garza

Uno de los elementos que más daño hacen en nuestra sociedad es precisamente el rumor; el uso irracional de la palabra para decir algo de alguien sin los elementos científicos y humanos. ¿Científicos?... Sí, porque para aseverar algo necesito tener un fundamento de verdad comprobable. ¿Humanos? Indiscutiblemente, vivimos en la casa del jabonero, “el que no cae resbala”, entonces ¿no es una insensatez estar condenando al vecino por la paja en su ojo, pasando por alto la viga en el mío propio? Uno de los mayores males de nuestros tiempos está dado por este uso ocioso de la palabra, tanto hablada como escrita; la palabra hablada se esparce entre los humanos velozmente a manera de rumor; me entero de algo, lo escucho con cierto placer morboso, quiero saber los detalles... Unos minutos después paso el chisme más delante, no sin antes agregar un par de elementos extra, que no estaban en la versión que yo recibí, y así va avanzando un dicho no comprobable, que en realidad nadie se molestaría en comprobar. El placer consiste en pasarlo más delante, en desacreditar graciosamente entre susurros la vida y el proceder de otra persona.

Algo similar acontece con la palabra escrita; los medios de comunicación, el Internet. Con relación a la prensa escrita, nos topamos con grandes imprecisiones; dobles discursos que mandan una intención lesiva envuelta en palabrería. En el caso del Internet lanzamos un concepto alarmista probablemente con dos intenciones, la primera –obvia- un enfermizo afán de dominio al inducir en los lectores potenciales diversos estados de ánimo; la segunda tecnológica, acumular direcciones de correo electrónico a una lista con fines mercantiles. Lo que en el lenguaje técnico denominan “hoax” (que se traduce como falsa amenaza de bomba) son mensajes de correo electrónico alarmistas como:

“Ten cuidado de no salir de tu casa después de las ocho de la noche, porque en las ciudades de Guadalajara y de Monterrey, y recientemente en Cancún, Q. Roo se han documentado casos de personas levantadas por una camioneta de color negro con tales y cuales características. Dos horas después aparece el cuerpo de aquella persona levantada totalmente exangüe; esto le pasó a mi hermana hace diez días. Se dice que los delincuentes son unos contrabandistas internacionales de sangre; la situación es cada vez más crítica, el número de casos es alarmante, pero por supuesto las autoridades niegan que exista el problema. Si aprecias en algo tu vida pasa este correo a todos tus contactos, antes de que sea demasiado tarde”.

Bien, ahora habría que analizar:

¿Por qué la nota es anónima si el autor menciona que le pasó a su hermana?...

¿El autor será investigador privado?... Sabe en los lugares en donde ha pasado, y sabe que siempre es una camioneta negra.

¿Los supuestos delincuentes traerán un banco de sangre adentro de la camioneta? Normalmente en un par de minutos la sangre que se extrae ha coagulado, a menos que estos delincuentes tengan un sistema más efectivo que deben patentar. Se enriquecerían mucho más que de vampiros de mala muerte.

¿Cómo pasarán la sangre de un país a otro?...

En México todas las muertes accidentales deben de ser certificadas por el médico forense, y pasan a una base de datos. ¿Dónde están los casos de los que se habla?

Aquí tenemos el caso de un rumor que se distribuye velozmente y pronto habrá dado la vuelta al planeta; mientras lo hace ya logró inquietarnos; concluimos que definitivamente vivimos en un planeta terrible, que en cualquier momento va a explotar. Por su parte quien generó este rumor ya logró sentirse dueño del mundo por un rato; regodearse imaginando la cara de quien recibe el correo y la urgencia para pasarlo más delante. Y quizás, ¿por qué no? Esté obteniendo un beneficio económico por acumular más y más direcciones de correo electrónico para alguna organización.

Frente a la palabra alarmista, quepa en primer término la cordura: ¿Es una noticia fundamentada, comprobable? ¿Hay instituciones que respalden dicha información?... Cuando se trata de un rumor que involucra el proceder de alguien más, ¿me consta que lo que se dice es así? ¿De qué sirve pasar el rumor más delante? ¿No me doy cuenta de que al hacerlo estoy propiciando que luego se genere un rumor en falso que me involucre a mí o a los míos?

Termino con una frase de Catón de Útica (95 a 46 AC): “La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón, sabe callarse”.

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