Los compuestos del tequila ayudan a combatir padecimientos que afectan al colon, como el cáncer, úlcera y colitis.
El tequila es una bebida, que desde hace más de cinco siglos, es parte central de las tradiciones, fiestas, identidad y economía nacional, y no sólo eso ahora se le considera como aportador de grandes beneficios a la salud.
Según una leyenda, durante una tormenta varios rayos cayeron sobre un campo de agaves, cociendo el corazón de los mismos y consecuentemente los carbohidratos se transformaron en miel. Al probarlo, los mexicas atribuyeron el fenómeno bioquímico a una dádiva de la diosa Mayahuel, por lo que consideraron al agave una planta sagrada.
Para mantener esta tradición, la ciencia ha sido esencial, sobre todo a partir de que adquirió la denominación de origen.
El agave azul contiene un polisacárido útil para elaborar microesferas que podrían transportar de forma segura al colon la sustancia activa de medicamentos para combatir padecimientos que afectan a este órgano, como el cáncer, úlcera y colitis.
En un artículo publicado por la Asociación Americana de Química se reportó que la fructana del agave promueve el crecimiento de la flora intestinal, ayuda a absorber el calcio y regula absorción de lípidos.
Según la investigación, las fructanas soportan altos niveles de acidez, similares a los existentes en el tracto digestivo. Esto garantiza que las microesferas producidas con el polisacárido no sean destruidas por el estómago y el medicamento llegue a su destino final: el colon, en donde se espera que las bifidobacterias se alimenten de las fructanas, las degraden y así liberen la sustancia activa del fármaco.
En el caso del cáncer de colon actualmente los "excipientes" para llevar la medicina a este órgano son elaborados "con polímeros sintéticos que, al llegar al aparato digestivo se desintegran y provocan náuseas o diarrea.
En el Centro de Investigación y Diseño del estado de Jalisco (Ciatej), los especialistas se han enfocado en crear agaves que sean resistentes a bacterias como la Erwina carotovora, que en el año 2000 afectó 22.3 por ciento del total de este cultivo en Jalisco.
El agave cultivado en zonas cálidas conserva menos cantidad de azúcares que los de zonas templadas, por lo que el calentamiento global podría originar una disminución de este producto y de la calidad del tequila.
De acuerdo con los investigadores, existen alrededor de 250 especies de agave, de los cuáles 150 crecen en México y solamente nueves son cercanos a la variedad Azul Tequilana Weber, el utilizado para la elaboración del tequila.
