Nosotros Desayunos Eventos Salud

Contraluz / TROPA NUEVA

Dra. Ma. Del Carmen Maqueo Garza

Septiembre: mes patrio, tiempo cuando el territorio mexicano viste los colores que simbolizan los valores que han forjado a México, y que orgullosamente ostenta nuestra bandera: El verde por la esperanza; el blanco por la paz, y el rojo por la sangre de los héroes que nos dieron patria.

Nuestra historia como nación independiente nace en 1810 al grito de ¡Viva México!, la noche del 15 de septiembre en el poblado de Dolores, Guanajuato, cuando Miguel Hidalgo y Costilla emprende una gesta que vendría a culminar con la emancipación de México respecto a España. A este movimiento de insurrección se seguirían varios más que tuvieron que ver con la liberación del pueblo de México de fuerzas extranjeras que pretendían someterlo, para culminar cien años después, en 1910 con la Revolución Mexicana, bajo el lema de “Tierra y Libertad”.

Una realidad incontrovertible en nuestro país es que con los procesos de simplificación académica por una parte y de globalización por la otra, los jóvenes saben poco de historia, y peor aún, muestran escaso fervor patrio. Mucho pudiera deberse a los cambios en los modelos educativos, pero otra parte del problema se debe —quiero suponer— a que en comparación con los eventos extraordinarios que presentan la literatura fantástica o los juegos de video que los chicos procuran, la historia llega a resultar ajena y poco atractiva, por lo que se deja de lado o se estudia sólo para aprobar la asignatura escolar.

Llegó a mis manos un singular libro del General Francisco L. Urquizo, escritor coahuilense quien ha dejado testimonio vivo de su participación en los movimientos de 1910 a través de diversas obras que forman parte de lo que llamamos “Novela Revolucionaria”. Los escritos de Urquizo se caracterizan por una narrativa anecdótica de primera mano; en el caso de “Tropa Nueva” (Siglo Veinte Escritores Coahuilenses, U.A. de C) se trata de una selección de piezas cortas en torno a la Revolución Mexicana que sumergen al lector en el relato histórico llevándolo a ser testigo directo de lo que el escritor vivió en su momento. En contraparte con su clásica “Tropa Vieja”, estos relatos desenfadados, pero no por ello menos virtuosos, pintan el lado cotidiano de la Revolución, el día a día del movimiento armado tal y como se vivió entre la tropa; en patios y calles de las poblaciones que de algún modo participaron en el levantamiento de 1910. Formada por cuentos, crónicas, e inclusive una pieza para radioteatro, en esta antología el militar y novelista deja constancia de pasajes revolucionarios en torno a los grandes capítulos de la historia. Posteriormente habla de sus andanzas por Europa a partir de 1921, año en el que decide exiliarse, para regresar a México en 1924; momento a partir del cual ocuparía diversos cargos públicos hasta su muerte en 1969.

Echarse un clavado en las historias que propone el ilustre coahuilense es hallarse después de unas cuantas líneas conociendo la suerte de El Cuache, que al lado de sus iguales Nerón y Otelo, formaba parte del Escuadrón de Guardias Presidenciales, para estremecernos con el destino que el leal cánido presintió una mañana. Es después enfilarnos por las calles semidesiertas de Progreso, pueblo soñoliento que dos capitanes improvisados, al grito de “Mueran los traidores” deciden tomar por las armas, con resultados muy distintos a lo planeado...

Las correrías al lado del General Murguía, extraídas de “Tropa Vieja” vienen a insertarse en el presente libro; relatos de lo vivido por el autor junto con su hermano Leopoldo durante las incursiones por los estados de Coahuila, Durango y Sinaloa, que culminan con las palabras del General Murguía ante el paredón.

Toparnos con la historia narrada en primera persona, con un singular estilo literario que bordea la crudeza de los acontecimientos de modo tal, que vuelve arrebatadora su lectura, nos permite asimilarla de un modo más efectivo. Sugiero a los maestros de enseñanza media y media superior incluir a Urquizo dentro de las lecturas escolares; presentar su obra de la manera como él la planteó, memorias que pintan el lado humano de un movimiento por otro lado impersonal y crudo. Y por qué no, que surjan muchos más Urquizos que aborden la historia de esta manera; quizás en un tiempo comencemos a encontrar lectores que han aprendido a valorar a su patria de un modo más auténtico, de la mano de quienes saben dibujar con palabras vidas y hechos de los personajes, importantes todos, desde el militar de alto rango hasta el campesino iletrado, quienes hombro con hombro, la patria metida en el centro del pecho, forjaron nuestra historia.

[email protected]

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 296371

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx