Algo que caracterizó al período de gobierno municipal 1979-1981 encabezado por el Lic. don Homero del Bosque Villarreal, quien el pasado 28 de julio presentó su más reciente libro titulado Torreón 1907-2007, fue el impulso que brindó a la cultura en general ya que fue durante su período administrativo cuando se edificó la Biblioteca Municipal en la Alameda Zaragoza..., se construyó la nueva Presidencia Municipal..., se editaron trece obras literarias de escritores laguneros y sobre todo se diseminaron por diferentes rumbos de la ciudad diez bustos que recuerdan la trayectoria de varios fundadores de Torreón y Ciudadanos Distinguidos; se honró la memoria de Sor Juana Inés de la Cruz e Ignacio Zaragoza, se rinde homenaje a la mujer que heroicamente participó en la Revolución Mexicana, también quedó para la posteridad realizó un reconocimiento al campesino lagunero.
Es precisamente de esta serie de bustos y monumentos que hemos relatado en artículos pasados; en esta ocasión recordamos a otro personaje importante en el desarrollo de la población de Torreón y que estuvo muy ligado a los demás personajes que ya hemos abordado.
Por el bulevar Constitución, en la confluencia de la calle Múzquiz, frente a la Plaza Cívica Torreón se encuentra un monumento con un busto del Coronel Carlos González Montes de Oca. En una placa podemos leer: “DENODADO LUCHADOR DESDE LOS ALBORES DE LA VILLA HASTA SU TRANSFORMACIÓN EN LA CIUDAD DE TORREÓN”.
Una de las figuras más popularmente conocidas en la región en los albores del Siglo XIX fue la del Coronel Carlos González Montes de Oca, quien fue ejemplo por tratarse de un personaje de gran empuje y acción. Nació en la villa de Viesca el 31 de diciembre de 1846, siendo el tercero y último hijo del señor José Ma. González de Hermosillo y la señora Ana Montes de Oca, teniendo como hermanos mayores a Fernando y María Anna.
A los dieciocho años de edad, cuando la guerra de intervención francesa llegó en sus luchas al norte del país, se enfiló a un campo de los que se organizaron para rechazar al invasor. Durante el imperio, cuando Benito Juárez estableció su gobierno en el Paso del Norte, se encomendó al joven Carlos una misión importante: hacerle llegar un comunicado, poniendo a su disposición cincuenta soldados. Este pequeño ejército se redujo a menos de la mitad en la penosa y difícil travesía por caminos laterales para evitar los ataques franceses, sin embargo el joven soldado llegó a su destino y entregó el encargo a Juárez, quien lo felicita por el éxito de su misión.
Al triunfo de la república, Carlos González deja las armas y se retira a la vida ciudadana dedicándose a la agricultura pero no permanece mucho tiempo fuera de la milicia ya que posteriormente se incorpora a las fuerzas revolucionarias del General Jerónimo Treviño participando en varios hechos de armas entre ellos el ataque a Saltillo y el combate de San Bernabé. En este movimiento alcanza el grado de Coronel.
En 1878, radicado ya en Matamoros de La Laguna inicia la acción tenaz de trabajo que habría de llevarle a una prestigiosa y envidiable posición económica. En esta población es electo Presidente Municipal en 1880 y en febrero de 1881 fue nombrado Jefe Político de la Región Lagunera, cargo que desempeñó hasta 1885. Independientemente del cargo político y conociendo que la tierra es la que genera la mayor riqueza, tomó en arrendamiento la Hacienda de San Marcos y el Rancho de San Esteban, los cuales trabaja de 1879 a 1884.
El día 16 de febrero de 1882 contrae matrimonio con María Fariño con quien procreó doce hijos. Tres años después, en 1885, solicita su retiro definitivo del ejército y se dedica de tiempo completo a la agricultura para lo cual compra a los herederos de don Mateo Lapatza la Hacienda de la Concha convirtiéndola en una de las más prósperas de La laguna.
Fue uno de los más importantes fundadores de la Villa de Torreón el año de 1893; fue el segundo Presidente Municipal el año de 1894 y el primero por elección popular. En diciembre de 1896 adquiere el Rancho del Torreón en $ 180,000.00 a la firma Sommer Herman y Cía. de México, quien a su vez la adquiere de la viuda de Leonardo Zuloaga; compra que incluía el Rancho del Tajito, las haciendas de la Purísima y Hormiguero y un treinta por ciento de la Hacienda del Coyote. Al año siguiente, en 1897, vende a don Feliciano Cobián el Rancho del Torreón, reservándose solamente el Rancho del Tajito y una franja del fraccionamiento de la Villa de quinientos metros de ancho que comprendía de la actual calle Ramón Corona a la calzada Colón así como la Paloma Azul y el Torreón Viejo.
Gracias a su iniciativa el día ocho de julio de 1901 se inicia la construcción de la primera Plaza de Toros en Torreón la cual estuvo ubicada por la avenida Morelos frente al desaparecido Cine Variedades, misma que fue inaugurada el día 20 de enero de 1902 con una corrida de toros, siendo sus socios don Augusto de Alemán, Carlos Martínez y el Ing. José Farjas. En 1902 fue Jefe Político y posteriormente Jefe de las Armas en la Región Lagunera. En 1904 manda construir el Hotel Salvador, obra arquitectónica que encomienda al Ing. Federico Wulff y considerada en su época como suntuosa ya que fue uno de los más lujosos de la naciente Villa. Así mismo manda construir el Hotel San Carlos el que desaparece años después tras un incendio.
En 1912, después de redactar su testamento parte para Europa, recorriendo varias ciudades para finalmente establecerse en Barcelona en donde fallece el día 17 de agosto de 1917; sus restos reposan en el Cementerio de las Cortes de esa ciudad.
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