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De Torreón a Tijuana... con el palio arzobispal

El cura Rafael Romo recibe del Papa Benedicto XVI el palio arzobispal en el Vaticano.

El cura Rafael Romo recibe del Papa Benedicto XVI el palio arzobispal en el Vaticano.

CRISTAL BARRIENTOS

El cura Rafael Romo, originario de Torreón, nunca imaginó que algún día sería nombrado obispo, cosa que sucedió en 1996. Para su sorpresa mayor, el pasado 29 de junio, el Papa Benedicto XVI le concedió el título de arzobispo, lo cual ha despertado en él ‘profundos sentimientos de gratitud hacia Dios’

TORREÓN, COAH.- Cuando Rafael Romo decidió ser sacerdote, nunca imaginó que algún día sería nombrado obispo, lo cual sucedió en 1996 por el Papa Juan Pablo II, quien le encomendó la tarea de hacerse cargo de la Diócesis de Tijuana.

“Es algo que llega de manera inesperada, es algo que se va dando y sorprende cuando a los sacerdotes nos dicen que el Santo Padre nos invita para que nos hagamos cargo de una Diócesis, y esta nueva sorpresa del palio arzobispal no deja de despertarme unos profundos sentimientos de gratitud a Dios”.

Y es que el pasado 29 de junio, el Papa Benedicto XVI celebró la misa de los Santos Apóstoles, otorgando el Palio a 51 obispos de todo el mundo, concediéndoles el título de arzobispos, entre ellos Rafael Romo Muñoz, originario de Torreón.

Desde Tijuana, el ahora arzobispo Rafael Romo Muñoz, bendice al lugar que lo vio nacer: Torreón. “En estos 100 años se ha distinguido por sus esfuerzos, es una ciudad emprendedora y con mucho ímpetu, ojalá siga creciendo con una responsabilidad cívica”.

La misa en la Basílica de San Pedro del 29 de junio celebra el Óbolo de San Pedro, que tiene su sentido más amplio en la fiesta de los Santos Apóstoles, columnas de la Iglesia de Cristo y fundamento de su doctrina, y quienes dieron la vida por Jesús, por eso los arzobispos vienen revestidos con el Palio de la Lana de los Corderos, como signo de la limpieza de la fe y de la pureza de las costumbres.

Después de vivir 11 años en Tijuana, el arzobispo Rafael Romo Muñoz aún recuerda su vida sacerdotal en esta ciudad, sobre todo los 17 años que fungió como rector del Seminario de Torreón, en donde su principal sueño fue aumentar el número de seminaristas.

“Con la ayuda del padre Ismael Gallegos, hicimos una promoción muy fuerte y en 1978 el número de aspirantes pasó de 11 a 40, así empezamos y a partir de ahí siempre hubo un incremento, de tal manera que un año más tarde pasamos a 50, después a 60 y 70, y en este número constante nos mantuvimos”.

Según el arzobispo, muchos de los sacerdotes de Torreón fueron sus alumnos y esto es una de sus más grandes alegrías, “yo fui ordenado por el obispo (ahora emérito) don Fernando Romo; él me recibió cuando la Diócesis estaba en Saltillo”.

Cuando recibió el nombramiento de obispo de Tijuana, don Fernando Romo fue a esa ciudad, “recuerdo que les decía a los demás ‘lo hice yo solito’, lo que pasa es que él me recibió desde adolescente y me vio llegar hasta el Episcopado”.

Sobre el surgimiento de su vocación, comenta: “mi madre (María del Consuelo Muñoz) fue de una vivencia religiosa muy fuerte, muy piadosa y colaboradora en la Iglesia, y eso despertó en mí el anhelo de ser sacerdote, y mi padre (Rafael Romo) era un hombre sumamente honesto y modelo de hombre trabajador, no era muy religioso pero sí muy respetuoso”.

El arzobispo espera visitar La Laguna en abril de 2008, es decir, para la celebración del jubileo de la Diócesis y el 50 aniversario del nombramiento de Fernando Romo como obispo de Torreón.

“Para la Diócesis de Torreón pido lo mismo que para la de Tijuana: lo mejor, que crezca en la fe porque es lo que manifiesta la maduración de la Iglesia en un lugar; y para la ciudad en sus 100 años, que siga creciendo con una responsabilidad cívica, pues siempre se ha distinguido por sus esfuerzos, por florecer en el desierto”.

Sobre su reciente nombramiento, Rafael Romo Muñoz considera que se debe al crecimiento de la Iglesia en México. “En la última década, ha nacido una Diócesis por año, la última fue la que yo mismo promoví en Ensenada, que estaba bajo mi cuidado”.

Las Diócesis de Irapuato, Orizaba, Córdoba, Puerto Escondido, Ensenada, son un ejemplo: “y está anunciada la de Gómez Palacio, es un proyecto que hay que trabajar. Es una gran satisfacción que la de Tijuana se haya convertido en Arquidiócesis”.

Tijuana es una ciudad eclesiástica, pues asegura que en los 11 años de su obispado ha ordenado a 88 sacerdotes nuevos, “es un número muy significativo, y tengo diez en puerta, así que voy a llegar a 100, y esto da una idea de la pujanza religiosa de esta ciudad y por lo cual fue constituida Arquidiócesis”.

En su nueva responsabilidad como arzobispo, Rafael Romo buscará la cooperación y colaboración de los sacerdotes, de la vida religiosa y de los laicos comprometidos cercanos a la Iglesia, para salir adelante en el trabajo y constitución de proyectos.

Toda una vida en la Iglesia

Algunos detalles de la vida del arzobispo Rafael Romo Muñoz:

Nació en Torreón

Vicario Parroquial de la Parroquia de San Pedro en San Pedro de las Colonias, Coah. (1966-1969).

Director Espiritual del Seminario Diocesano de Torreón (1969-1973).

Capellán de la Capilla de Ntra. Señora de Lourdes en Torreón (1969-1973).

Encargado de la Comisión de Liturgia Sagrada (1971-1973).

Estudios de Teología Moral en la Pontificia Academia Alfonsiana (1973-1976).

Consiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (1977-1981).

Rector del Seminario Diocesano de Torreón (1978-1995).

Asesor del Centro Billings de Torreón (1986-1995).

Miembro del Conejo Presbiteral y de la Comisión Diocesana de Pastoral.

Consultor Diocesano (1987-1995).

Asesor Diocesano del Apostolado de la Cruz (l988-1995).

Juez Eclesiástico Adscrito del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Torreón.

Presidente de la Organización de Seminarios de México (OSMEX) (1993-1996).

Director Espiritual del Pontificio Colegio Mexicano (Roma) (1995-1996).

Nombrado Obispo de Tijuana el 13 de enero de 1996 por S. S. Juan Pablo II y siendo consagrado el 24 de febrero de 1996.

Presidente de la Comisión Episcopal Pro Colegio Mexicano para el trienio 1997-2000.

Representante de la Región Pastoral Noroeste para el Trienio 2004 - 2006 y Vocal de las Comisiones Episcopales de Evangelización y Catequesis y Pro Colegio Mexicano.

Responsable de la Dimensión "Pastoral de la Movilidad Humana" de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, para el Trienio 2007-2009 .

FUENTE: Conferencia del Episcopado Mexicano

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