El titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, Jorge Santibañez Romellón, considera que la corrupción escolar es “un problema que existe, pero la escuela es sólo el reflejo de lo que pasa en la sociedad”. (El Universal)
Sólo en la prueba Enlace 2007 se identificaron 200 mil estudiantes copiones.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) identificó a 200 mil estudiantes copiones durante la aplicación de la prueba Enlace que midió, hace menos de dos meses, el logro académico de los niños de primaria y secundaria en México, informó Jorge Santibáñez Romellón, titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas.
Para la dependencia el nivel de fraudes académicos o actos de corrupción en los que incurrieron los alumnos de la educación básica representa un “logro” debido a que en un sólo año la cifra de quienes copiaron se redujo a la mitad, puesto que en la prueba de 2006 fueron 400 mil los niños que utilizaron alguna estrategia para copiar o responder en el examen.
El responsable de la planeación de las políticas en la SEP, dijo en entrevista que la corrupción escolar es “un problema que existe, pero la escuela es sólo el reflejo de lo que pasa en la sociedad”.
La prueba Enlace (Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares) que se aplicó en el mes de abril involucró a casi 9 millones de estudiantes de tercero y sexto de primaria, así como una muestra de jóvenes de tercero de secundaria. Entre ellos se identificó que 200 mil estudiantes utilizaron algún mecanismo para copiar en el examen.
Jorge Santibáñez explicó que la SEP detectó ese tipo de prácticas porque la evaluación contenía algunas preguntas muy difíciles en donde era muy complicado que los alumnos pudieran tener la misma respuesta y lo que “vimos fue que había salones en donde un alto porcentaje de estudiantes tenía la misma respuesta y mal”.
La primera vez fue detectado este “fenómeno” en el examen de 2006, cuando 400 mil alumnos incurrieron en estas prácticas de corrupción o fraude académico. Frente a ello, la dependencia sugirió que para la prueba de abril se invitara a los padres de familia como supervisores de la evaluación. Un total de 3 millones de papás se involucró y distribuidos al azar “impidieron que los maestros estuvieran presentes en los salones, o bien, que papás o mamás ayudaran a sus hijos con las respuestas”.
La proporción de quienes copian por salón no descendió, ésa sigue llegando al 10 por ciento, pero hay escuelas que o ya no presentaron ese tipo de prácticas o sólo es de 1 o 2 por ciento, explicó.
El funcionario del Gobierno Federal comentó que para conocer con más detalle este fenómeno en la encuesta nacional para conocer la opinión de los alumnos sobre el sistema educativo y sus prácticas se incluirá un apartado para conocer qué tanto recurre al alumno a este tipo de prácticas, “toda vez que por tratarse de una encuesta anónima, esperamos que tenga confiabilidad”.
De manera adicional afirmó que el uso del celular, el iPod y otro tipo de recursos de la tecnología personal han quedado prohibidos para el uso en las escuelas, no porque la SEP lo haya determinado sino porque así lo han acordado las autoridades estatales y los planteles escolares.
Por el impacto que han tenido estos recursos tecnológicos en las clases, al ser interrumpidas por el intercambio de mensajes, la llegada de llamadas telefónicas o de la distracción por otros equipos de entretenimiento, Santibáñez anticipó que la dependencia “analiza la situación para que en principio se cuente con un diagnóstico nacional y luego se pueda elaborar un lineamiento general para definir competencias” de cada nivel de autoridad.
Mientras tanto, señaló la Secretaría “va por la vía de la prevención” y el tema se podría incluir dentro de la materia de civismo y ética, donde se haga énfasis a tres áreas de la cultura y las prácticas cotidianas: la sanción, la denuncia y como tercera la prevención.
