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MÉXICO, DF.- A diez años de su muerte, Mario Moreno Reyes, mejor conocido como “Cantinflas” sigue como uno de los actores más queridos y uno de los pocos cómicos que hicieron historia en la cinematografía.
Su capacidad de improvisación le valió una oportunidad en la carpa, en donde forjó en gran medida su habilidad histriónica y en donde esbozó el personaje de “Cantinflas”, que más tarde consolidaría en el celuloide.
Sus pantalones caídos, su camiseta harapienta, su corbata desaliñada y su peculiar sombrerito son algunas de las características de ese inmortal personaje.
El cómico mexicano Mario Moreno, quien siempre se sintió orgulloso de ser “Cantinflas”, admirado por sus colegas Charles Chaplin y Fernandel y el Nobel de Literatura Octavio Paz, murió el 20 de abril de 1993 y aún sigue transformando sus chistes en arte, al decir de los críticos.
Para los admiradores de “Cantinflas”, cuya fama es universal, luego de que fue mandadero, cartero, lustrador de calzado, boxeador, torero, taxista, cantante, bailarín y estudiante de Medicina, entre otras cosas, con él "nunca existió la risa, sino solamente la carcajada".
“Cantinflas”, no obstante que nació como cómico en carpas humildes (teatros populares ambulantes) del México frívolo de la década de los 30, su nombre llegó a figurar en un lugar privilegiado en las marquesinas de los cines y teatros de casi todo el mundo.
"Don Mario", como era llamado en el mundo de los negocios y las finanzas, nació el 12 de agosto de 1911 en la sexta calle de Santa María la Redonda número 182, un barrio humilde de esta capital, y falleció víctima de un cáncer pulmonar.
Falleció a los 82 años, de los cuales 63 dedicó al oficio de hacer reír y luego de haber filmado más de 40 cintas tanto en México como en Hollywood y España, que aún se proyectan en cines y la televisión.
Para sus seguidores, Mario Moreno Reyes murió pero “Cantinflas” aún sigue vivo y durará mucho tiempo.
En una ocasión, un periodista le dijo que describiera su vida en unas cuantas palabras y “Cantinflas” respondió así: "he sido muy afortunado".
Fue el sexto hijo de una familia de 12 hermanos y tres hermanas y el día que murió, luego de recibir un sentido homenaje por parte del pueblo, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas depositadas en la cripta familiar.
El cómico británico Charles Chaplin dijo en una ocasión que “Cantinflas” fue "el más grande comediante del mundo y no ha nacido otro comediante igual".
Al respecto, el cómico mexicano comentó que las palabras de Chaplin "eran un halago demasiado grande para mí, él sí que es un genio, Carlitos representa todavía muchísimo, siento una enorme admiración por él y por su arte".
Embajador de la paz
Para diversos cronistas de espectáculos, “Cantinflas” ha sido el más extraordinario embajador de buena voluntad que México ha tenido en el mundo.
Desde 1963, sus huellas (pies y manos) están impresas en la explanada de la fama en el Teatro Chino, de Hollywood.
La Organización de Estados Americanos (OEA) le rindió un homenaje en su sede en Washington y lo nombró "Embajador de la Paz", en reconocimiento a su "brillante labor de acercamiento entre los pueblos del mundo".
En 1936 inauguró el ya desaparecido teatro Follies Bergere, en la Ciudad de México, y durante muchos años fue su artista exclusivo.
Desarrolló un estilo cómico propio, que consistía en una vestimenta desgarbada y vieja, de allí que se le conozca también por el apodo de "El Cómico de la Gabardina", y un vocabulario muy confuso, pues aunque hablaba mucho, no decía nada.
Según diversos académicos latinoamericanos y españoles, el "cantinflismo" es un verbalismo vacío, incongruente, disparatado y que mezcla muletillas, además de que lo identificó con muchos personajes de la vida real.
Cuando se celebran comicios en México para elegir al presidente del país, hay infinidad de personas que emiten su voto a favor de “Cantinflas”.
Vocación por el arte
El cómico comentaba a menudo que fue un hombre muy afortunado y sus admiradores le señalaban que marcó una época, que hasta su último filme cosechó grandes éxitos y que la mejor prueba de ello eran sus películas, pues lo consideran aún al artista mexicano más taquillero.
"Yo no sé cuándo empezó mi vocación por el cine, ni podría determinar si verdaderamente era vocación o si había pensado en ello; lo único que sabía era que yo tenía que salvar a mi familia del ambiente de pobreza en que vivíamos", declaró en cierta ocasión a la prensa.
En 1951 dedica parte de su tiempo a torear, una afición a la que no quería renunciar, y utilizando su avión particular realiza una gira por toda América Latina, aprovechando los pocos días libres para actuar también en obras de teatro y preparar su próxima película, El Bombero Atómico.
La Vuelta al Mundo en 80 Días, que produjo el ya fallecido estadounidense Michael Todd, quien fue esposo de la actriz Elizabeth Taylor, obtuvo el Oscar a la mejor película de 1956 y en ella trabajó “Cantinflas”.
En 1962, el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, recibió a “Cantinflas” en la Casa Blanca, en representación del pueblo mexicano.
"El Embajador de la Risa", como le llamaban algunos admiradores suyos, dijo cierta vez que el día más importante de su vida lo vivió cuando el Papa Juan Pablo II visitó un hospital infantil en esta ciudad y del que “Cantinflas” era miembro del patronato.
La Real Academia Española de la Lengua ya acepta el término "cantinflear" como una forma más de expresión popular.
Cuando le fue entregado un diccionario con su nombre y forma de hablar, comentó: "ya ve usted, terminé en verbo...".
Para quienes aún le siguen admirando, “Cantinflas” fue un extraordinario actor que daba la impresión de no actuar, de estar rodeado de amigos a los cuales quería hacer reír, sin molestar a nadie".
El 20 de abril de 1993, a los 82 años y víctima de un cáncer pulmonar, falleció Mario Moreno Reyes. Tras su deceso, una disputa por los derechos de sus películas aún no está resuelta.
Cantinfleando
¡Pueblo que me escucha! Aquí me tienen ante ustedes y ustedes delante de mí, y esta es una verdad que nadie podrá discutir.
Y ahora me pregunto: ¿y por qué estoy aquí, si podría estar en otra parte? Y enseguida encuentro contestación, porque soy muy rápido en todo.
Estoy aquí porque no estoy en otra parte y porque ustedes me llamaron, y si el pueblo me llama, el pueblo sabrá por qué lo hizo.
Agradezco estos aplausos tan desnutridos a la par que merecidos, que me incitan a seguir discursiando. Y ustedes se preguntarán: este joven de tan tierna edad, tan guapo, de aspecto tan distinguido, de cara tan agradable, ¿será capaz de conducir una nave a buen puerto?
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“Cantinflas” dejó un legado de decenas de películas que hicieron reír a todo el mundo de habla hispana y más allá. Pero en la vida real su herencia no ha sido tan cómica: caracterizada por una amarga disputa en torno a los derechos de las cintas, la batalla legal aún no termina.
El genio mexicano de la comedia lloraría desconsoladamente si estuviera vivo, al ver el alboroto que se formó por su causa. Hace unos meses, un tribunal de Los Ángeles anuló una sentencia previa que favorecía a Columbia Pictures. En julio del 2002, la Corte había obligado al heredero de “Cantinflas”, Mario Moreno Ivanova, a entregar al estudio estadounidense todos los negativos originales.
"La decisión preserva en México el trabajo de un mexicano distinguido como fue mi padre y porque la Corte de Los Ángeles encuentra que los argumentos que manejaron en nuestra contra no tienen solidez", dijo Moreno Ivanova en enero pasado.
Pero eso no quiere decir que todo haya terminado. Sony asegura que “Cantinflas” cedió sus derechos a Columbia, según un contrato firmado en 1949. Y en México existe otro contencioso sobre el mismo tema. Diez años después de su muerte, las películas del genial “Cantinflas” siguen produciendo dinero por su emisión en canales de televisión de todo el mundo.
Alguna vez dijo el cómico "un detallito así hace la desgracia o la felicidad". Y su hijo fue muy claro en una entrevista en abril del 2001: "Yo sigo siendo el dueño hasta que alguien me demuestre lo contrario. Ni Columbia Pictures ni nadie más debe adueñarse este tesoro que mi papá le dejó a México".
El comediante más grande
Charles Chaplin lo catalogó así. Aunque el personaje de “Cantinflas” perdió con los años su adorable insolencia y su interés por vivir una vida libre de compromisos, no olvidó su chispa al convertirse en oficioso defensor de lo políticamente correcto.
-La vuelta a Hollywood en 80 días.- Cuando “Cantinflas” probó suerte en Hollywood con la película Around the World in 80 Days (1956), basada en la novela de Julio Verne, su éxito fue tal que le valió el reconocimiento del público de todo el mundo. Aunque su segunda incursión hollywoodense, en la película Pepe (1960) fue un fracaso.
-La fórmula se volvió muy evidente.- A lo largo de una serie de películas en las que “Cantinflas” sólo cambiaba de oficio -El Padrecito (1964), El Señor Doctor (1965), El Profe (1970) o El Patrullero 777 (1977)- el cine de este cómico se convirtió en un asunto familiar lleno de moralejas.
-Sus premios.- Además del amplísimo reconocimiento del público obtuvo el Ariel de Oro, en Estados Unidos fue premiado en dos ocasiones con un Golden Globe. La primera por su trabajo como Mejor Actor Secundario en Around The World in 80 Days. La segunda le fue otorgado de manera especial como reconocimiento a su obra.
-Su apariencia era única: bigotes casi ausentes, camisa larga, pantalón que caía sobre sus caderas y un harapo como “gabardina”.
Su mérito.- Hablar mucho y no decir nada.
Su don.- nacer con un carisma que lo convirtió en uno de los cómicos más conocidos a nivel mundial.
Su privilegio.- seguir siendo evocado a través del lenguaje porque ¿quién no ha cantinfleado alguna vez en su vida?
FUENTE: Agencias
