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En 2009, la visita del Papa a México

El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, durante su reunión con el Papa Benedicto XVI, en Roma, Italia. (Notimex)

El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, durante su reunión con el Papa Benedicto XVI, en Roma, Italia. (Notimex)

Juan Manuel Anguiano-AEE

La Santa Sede estudia la posibilidad de que el Pontífice encabece el VI Encuentro Mundial de las Familias que se realizará en el DF.

En junio de 2009 se podría realizar la primera visita del Papa Benedicto XVI a territorio mexicano.

El presidente Felipe Calderón reveló que la Santa Sede estudia la posibilidad de que el Pontífice encabece el VI Encuentro Mundial de las Familias (EMF) que se realizará dentro de dos años en la Ciudad de México.

Entrevistado por la AEE, el embajador de México ante El Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena, consideró que existen amplias posibilidades de que el líder católico atienda la invitación que le formuló el presidente Calderón para encabezar el encuentro mundial.

México es el segundo país de Latinoamérica con mayor número de católicos, y las relaciones bilaterales están en su mejor momento, expuso el diplomático.

Durante el encuentro privado que sostuvieron ayer en la biblioteca pontificia, el presidente Calderón reiteró al Papa Benedicto XVI la invitación que ya le había formulado en su momento el ex presidente Vicente Fox.

“El Papa agradeció la invitación de manera muy amable y externó que haría, de acuerdo con los procedimientos del propio Estado Vaticano, una revisión profunda y exhaustiva de su agenda para valorar la posibilidad de visitar nuestro país, y que en caso de que pudiera hacerlo, le daría muchísimo gusto”, explicó el mandatario luego de la reunión bilateral.

No obstante el representante mexicano ante la Santa Sede, Luis Felipe Bravo Mena, externó su confianza en que dicha visita tiene altas probabilidades de concretarse.

Explicó que a partir de este momento, la embajada mantendrá un seguimiento puntual del asunto y en su momento, una vez que se aproxime la fecha del encuentro mundial de familias, recordará el planteamiento para, si el Vaticano así lo considera, entrar comenzar con los preparativos de planeación y logística.

“Tenemos que estar al pendiente hasta que sea el momento propicio de recordar la invitación, porque las agendas del pontífice no se hacen con tanta anticipación.

“El Vaticano tendrá que valorar las condiciones, el momento, la salud y la seguridad del Papa, y otras tantas cosas que hay que poner sobre la mesa en un momento de decisión, pero confiamos en que la respuesta será positiva”, expuso el ex presidente nacional del PAN.

Preocupa violencia al pontífice

El clima de violencia que ha generado la lucha contra el crimen organizado ocupó gran parte de la reunión privada que sostuvieron ayer el presidente Calderón y el Papa Benedicto XVI.

De acuerdo con el primer mandatario, el líder de la Iglesia manifestó su repudio a la violencia y ofreció elevar sus oraciones para que prevalezca la paz en el país.

En un breve encuentro con los medios que lo acompañan en su segunda gira por el Viejo Continente, Calderón aseguró que el tema de la despenalización del aborto en el DF y la aprobación de las llamadas “sociedades de convivencia” no fueron abordados por el Pontífice.

En cambio, expuso, hablaron ampliamente sobre la problemática de los pueblos indígenas y sobre la posible aprobación de una reforma migratoria en Washington que permita legalizar a millones de mexicanos que trabajan ilegalmente en esa nación.

“Le externé que en estos momentos tan decisivos para el tema de la migración en el Congreso de Estados Unidos era importante abundar en la reflexión sobre el tema de los derechos de las personas y sus familias, independientemente de las fronteras que cruzan”, explicó el Ejecutivo federal.

Notoriamente satisfecho con el encuentro, el Mandatario dijo que transmitió el saludo y el cariño que el pueblo mexicano profesa por el Papa, lo que éste correspondió con una expresión en italiano, que a decir de Calderón, no se puede traducir literalmente “pero es más o menos: Que Dios bendiga al pueblo de México”.

Originales regalos de la familia Calderón al Papa

Faltando cinco minutos para el mediodía, el presidente Felipe Calderón, acompañado de su familia y su comitiva, penetró las murallas de esta ciudad milenaria, una de las pocas fortalezas inexpugnables que quedan en el Siglo XXI.

Y lo que parecía ser una audiencia cotidiana para el Papa Benedicto XVI, se tornó en un cálido encuentro, sobre todo por la efusividad de María, Luis Felipe y Juan Pablo, los tres pequeños hijos de la familia Calderón Zavala.

Funcionarios y representantes de los medios que atestiguaron el encuentro, no ocultaron su sorpresa por la respuesta del Sumo Pontífice –que usualmente mantiene un carácter serio y diplomático- quien no dudó en brindar abrazos y bendiciones a los pequeños.

La sorpresa inició con los regalos que la familia del presidente ofreció al líder de la Iglesia.

María, de 9 años, le ofrendó un pequeño oso de peluche que llevaba entre los brazos al bajar del lujoso Mercedez Benz que dispuso el Gobierno italiano para los traslados de la comitiva presidencial.

Su hermano, Luis Felipe, de 7 años, obsequió al Papa una playera de la Selección Nacional de futbol, y un pin con la bandera de México.

Y aunque el pequeño Juan Pablo llevaba entre brazos un balón oficial con los colores de la “tricolor”, esta tercera ofrenda –la que más sorprendió- no llegó a la biblioteca pontificia. Es más, el Papa ni siquiera alcanzó a verlo, “alguna mano del protocolo vaticano prefirió ocultarlo”, según relataron asistentes al encuentro.

La primera dama, Margarita Zavala, obsequió al Pontífice una fotografía de la familia abrazada luego de la difícil toma de posesión del pasado 1 de junio.

En nombre del pueblo de México, el presidente Calderón llevó dos candelabros de cobre labrados a mano en Quiroga, Michoacán, su estado natal.

El mandatario hizo una breve explicación de la labor evangelizadora que encabezó Vasco de Quiroga en la región purépecha, el primer obispo que hubo en la Nueva España.

Y aprovechando el momento y el interlocutor, intentó llevar agua a la causa de su ilustre paisano: “Es un santo sin canonizar”, dijo Calderón, a lo que el Papa respondió: “Un gran obispo, un gran evangelizador”.

Para corresponder las originales ofrendas, el Papa obsequió un rosario bendito a todas las mujeres; y una Medalla del Pontificado, a todos los hombres.

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Escrito en: CALDERON y el papa

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