Todo parece indicar que en México seguirá creciendo el crédito al consumo y veremos restringido el crédito a la producción y prestación de servicios. Continuando con esta tónica, los bancos están aprovechando para vender sus tarjetas de crédito así como también lo hacen las grandes tiendas departamentales y tiendas de autoservicio donde la mayoría de ellas ya cuentan con su tarjeta de “cliente distinguido” ó mejor dicho, “cliente cautivo”.
Actualmente y con información de la Asociación de Bancos de México (ABM), en el país existen poco mas de 22 millones 300 mil tarjetas de crédito ó plásticos, de los cuales 7.6 millones se colocaron durante el pasado año (2006). Cada año se reciben 15 millones de solicitudes para una tarjeta nueva ya sea que la busquen o en respuesta a las inoportunas llamadas telefónicas que a miles de ciudadanos nos hacen en forma diaria y llevan a cabo a nuestras casas, oficinas, celulares, etc. De las solicitudes firmadas, el 50 por ciento son rechazadas y aparece como la razón principal problemas con el “Buró de Crédito”. De las principales causas de rechazo, sobresale el no comprobar ingresos ó estos son inferiores a los que se requieren. Otra causa es que existe sobreendeudamiento del usuario y por último, el solicitante no aparece en el rango de 18 a 65 años de edad como requisito para ser ususario.
El crecimiento en el uso del plástico se refleja en el número de transacciones llevadas a cabo y este incremento se dió en un muy alto porcentaje al contabilizar del año 2005 al año 2006 un aumento del 41 por ciento, llegando a 98 millones de estas operaciones. Las estimaciones a futuro señalan que para el año 2012 circularán 44 millones de tarjetas de crédito mientras que las de débito alcanzaran la cifra de 97 millones. Algo para razonar. En tarjetas de débito actualmente se cuentan con 39 millones y su último crecimiento anual reflejó un 14 por ciento con respecto al año 2005.
No cabe duda de lo práctico que es pagar con una tarjeta de crédito ó de débito, el inconveniente de su uso es el alto interés que se paga ya que actualmente supera el 30 por ciento. Al existir una gran facilidad para adquirir un bien con el uso de la tarjeta lleva al comprador al poco razonamiento para escoger la conveniencia del bien ó servicio que se adquiere ya que en el momento de la compra el principal interés y preocupación es ¿Cómo se va a pagar? Y con el uso de la tarjeta se soluciona todo ese análisis de conveniencia y en muchos de los casos se compra “por impulso” y no por necesidad.
Todavía no existe en México la cultura del ahorro ni del crédito y ese hecho no ha costado mucho económicamente hablando. Este fenómeno es parecido al del bien desechable como la servilleta, el pañal, el plato, el envase del refresco. Nuestro país no tiene una población con altos ingresos y existe mucho desempleo, de tal manera que no debemos desperdiciar lo que nos hace falta ni gastar en lo que no necesitamos aunque sea a crédito. ¿O no lo cree usted así?
¡México es primero! Mayo 2007
