La experiencia es el maestro de los necios
ANTONIO, uno de los personajes SHAKESPEARE exclama: “La experiencia se alcanza con el esfuerzo y se perfecciona con el veloz curso del tiempo”.
Es muy común que hablemos de la Experiencia, aunque no siempre sepamos la naturaleza de esta riquísima idea. Al genio de SHAKESPEARE no se le podría escapar esta fundamental dimensión del ser humano. Así, que trataremos de centrar algunas de sus características más importantes. La Experiencia consiste en el caudal de conocimientos, especialmente de índole práctica, que una persona adquiere en la vida diaria o en el ejercicio de alguna ocupación. Tenemos la Experiencia de algo, cuando conocemos o sentimos una cosa por nosotros mismos; por ello decimos: “Sé por experiencia lo que es eso”. En este sentido, toda Experiencia es intransferible a otra persona en el sentido emocional, pero no en la dimensión del conocimiento. Por lo general, este concepto lo vinculamos con el conocimiento de la vida, y así exclamamos: “Fue para mí una experiencia muy dolorosa, pero muy útil”.
El historiador Romano TITO LIVIO escribió: “La experiencia es el maestro de los necios”, dando a entender que toda persona necia, es decir, con un comportamiento insensato, solamente va a aprender con los frentazos de la vida. La mayoría de las personas en cuestiones vitales de la existencia solamente aprendemos a base de experiencias; pero como se trata de cuestiones importantes, el aprendizaje a base de experiencias nos resulta muy costoso en términos de tiempo, esfuerzos, dinero y sufrimiento, pero no podemos desprendernos de nuestras necedades más que pagando estos altos costos del aprendizaje de las experiencias.
Las personas muy prudentes y reflexivas son las que sí aprenden en “cabeza ajena”, evitándose con ello severos daños en su existencia. Tenemos experiencia en la vida, cuando nuestras experiencias del pasado iluminan a nuestro presente. De hecho, una persona no adquiere sabiduría en la vida cuando ha pasado por múltiples sucesos, sino solamente cuando de ellos ha obtenido valiosas enseñanzas de vida. Una persona puede ser muy sabia para vivir cuando un número reducido de experiencias han transformado su manera de ver la vida y cuando sus conductas han cambiado favorablemente.
Por lo contrario, otra persona pudo haber pasado por muchas experiencias valiosas, pero éstas no tuvieron un impacto en su inteligencia y en sus emociones, por lo que sólo saldrá más derrotado y necio. Por ello, si observamos cuidadosamente a muchas personas, veremos que hay jóvenes más sabios y prudentes, que muchos adultos que nunca aprendieron los secretos de la vida.
La Experiencia a que alude SHAKESPEARE es la relativa al ejercicio de una ocupación. La grave equivocación de quien desea ser un experto en una ocupación determinada, consiste en pretender serlo brincándose las etapas del esfuerzo sostenido y perseverante. Toda destreza en un oficio, requiere como dijo NIETZSCHE, el tener una “robusta conciencia de artesano”. Al comprometernos con una ocupación, es absolutamente necesario adquirir con el tiempo, esa “robusta conciencia de artesano”, que no es otra cosa, que adquirir un fuerte apego al esfuerzo perseverante y a la sólida autodisciplina; sin esfuerzos y sin autodisciplina, jamás podremos ser expertos en la ocupación que elijamos.
CRITILO recomienda, que tratemos de obtener el máximo provecho de nuestras experiencias cumbres, que son aquéllas en las que hemos experimentado la frustración, el éxito, la derrota, las grandes satisfacciones y la tristeza. Si estas experiencias no se hunden profundamente en nuestro corazón, las habremos perdido para siempre, sin haber obtenido sabiduría alguna.
CERVANTES escribe en su obra Don Quijote de la Mancha: “Paréceme SANCHO, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas”.
