El consultor informa que en una organización los miembros están atentos a las expresiones de los compañeros. (El Universal)
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Las empresas en México no dan importancia a la comunicación no verbal de sus empleados; sin embargo, este aspecto refleja la cultura organizacional y afecta las ventas e imagen de todas las organizaciones, de acuerdo con especialistas en comunicación organizacional.
Edgar Hernández, socio director de Manatech, (firma consultora en dirección de empresas), explica que la comunicación se divide en dos áreas, la formal (verbal y escrita, como cartas o comunicados), y la no formal, que incluye: expresiones faciales y corporales, actitudes, modales, el tono de voz, la ropa y el arreglo personal en general, que “suelen expresar lo que la gente realmente piensa o siente y son las más difíciles de matizar o moldear”.
El consultor informa que en una organización los miembros están atentos a las expresiones de los compañeros para “tratar de captar lo que realmente sucede en las relaciones laborales o intuir lo que otros saben pero que no dan a conocer”.
Hernández detalla que “una mala comunicación no verbal genera actitudes de antipatía, rechazo y frialdad que son difíciles de borrar por más explicaciones que se den”. Por otro lado, los trabajadores que no respetan los códigos de comportamiento y de vestir muestran actitudes de rebeldía y agresión. “A mediano y largo plazo se orillan a salir de la empresa, porque no quieren pertenecer a ese grupo”, afirma.
¡Todo es parte del mensaje!
Gabriel Zaldívar, director general de Punto C, S.C, (empresa que desarrolla estrategias de comunicación), dice que todo esto construye la credibilidad del empleado y de la organización, “es un juego de percepciones y de congruencias de las que no tenemos el control”.
La empresa que preside Zaldivar se encarga de preparar a ejecutivos en comunicación verbal y no verbal, en cuestiones como manejo del lenguaje, las manos, la cara y la vestimenta.
Zaldivar, quien también es profesor y director del departamento de Letras del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, señala que en el caso de las manos, “el movimiento debe ser libre, sin tapar el rostro para que la persona se sienta más cómoda”, y para quienes acostumbran jugar con ellas, es preferible que tomen una pluma o cualquier elemento adecuado a las circunstancias.
El rostro es traicionero, “por ejemplo, el jefe pregunta: ¿qué le pareció la medida para incrementar la productividad? y el empleado responde levantando la ceja o torciendo la boca, entonces dice algo distinto”, por eso el académico sugiere, en la medida de lo posible, no mover el rostro para mantener el control. Zaldivar refiere que esto se logra con técnicas de entrenamiento, como grabar a la persona y mostrarle una y otra vez sus actitudes, ya que de tanto observarse cambia su actitud.
En cuanto a la vestimenta, el ejecutivo dice que esta refleja la cultura de la organización, (si es rígida, con valores, clásica, entre otras), aunque poco a poco se ha relajado en algunas empresas. “Mucha gente cree que es frivolidad cosmética y no, es parte del mensaje. Hay empresas tradicionales, donde el traje y la corbata son de lunes a viernes, en otras el viernes es sport pero no usan mezclilla o pants, hay algunas donde el traje ya no se usa. En algunos lugares se trabaja de mezclilla como en las agencias de publicidad, podríamos pensar que la cultura también es informal, pero esto no la hace menos profesional o formal, simplemente es diferente”.
