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Ensayo sobre la cultura 142 / VALOR Y CULTURA

José Luis herrera Arce

Alguna vez me atreví a definir la palabra cultura, a pesar de todas las definiciones que hay en diversas áreas del saber humano, como: “Todo aquello que le da sentido a la vida del hombre”, entendiendo por sentido finalidad. Aunque algunos piensen que una definición tan cortita no puede desplazar otras de mayor tamaño, me sigo quedando con la mía porque engloba todo lo que el fenómeno supone: la conciencia, en primer lugar, para encontrar el sentido de las cosas hay que tener conciencia, saber de que voy hacia algún lado; el conocimiento, es la inteligencia tratando de esclarecer ese sentido, obteniendo datos exigidos por esa razón que cree existir con alguna finalidad; del conocimiento se desprende la acción o la técnica, y aquí se incluyen las herramientas, lo que tengo que hacer para lograr mi finalidad.

El conocimiento es social, lo que aprendo son las respuestas que los hombres antes de mí encontraron para darle el sentido a sus propias vidas. Aquí hay una conciencia social, que es la parte cultural que comparto con los demás y una conciencia individual que es la manera como yo mismo digiero los conocimientos heredados y los que adquiero por mi propia experiencia. Algo más; si tengo conciencia, conocimiento, de donde se desprende una técnica que me facilita conseguir un fin, esa misma conciencia, constantemente analiza lo conseguido hasta hoy en referencia a una meta final, se convierte en crítica , o sea que va a tratar de conservar aquello que sirve para lograr su objetivo y va a tratar de desechar aquello que lo aleja de dicho objetivo.

Podríamos entender la palabra evolución como aquel camino que nos planteamos para que llegue a alguna parte. A veces este camino se desvía o se detiene. Entonces la palabra revolución es volver a definir el camino desechando aquello que lo desviaba o le detenía.

Pero entonces ¿Cuál es la brújula que me indica si el camino está bien delineado o no? Es la ideología, las bases fundamentales de todo conocimiento. La ideología son los paradigmas que definen el sentido del hombre; en otras palabras, lo que me dicen lo que es el hombre y para qué vive, lo que me muestra cuáles son sus facultades y cómo deben desarrollarse. La ideología existe desde el principio de los tiempos, se ha ido desglosando de diversas formas: mito, religión, filosofía, ciencia, estética, sistemas sociales, de las cuales se ha desprendido la parte práctica, el ritual, la técnica, la moral, la ética, la legislación. Estos últimos rigen nuestros comportamientos cotidianos, porque los primeros los llenaron de significados.

Entonces el valor viene a ser todo aquello que me sirve para lograr mis objetivos y el antivalor es lo que me desvía de ello. Los valores sociales es todo aquello que ayuda a lograr los objetivos sociales según los ha definido la ideología de una sociedad determinada. Los valores morales son aquéllos que me ayudan a lograr objetivos según me los ha definido la religión. Los valores éticos son los que consiguen los objetivos según los planteamientos filosóficos y los estéticos son definidos por la teoría estética y desarrollados por el arte.

Según nos planteamos lo que el hombre es, será la manera en que surjan los valores. Si en las últimas décadas nos hemos definido al hombre por lo que tiene, entonces el valor es todo aquello que me ayuda a tener. Si en las últimas décadas hemos desechado la trascendencia del hombre en una vida más allá de la muerte, entonces lo importante es el aquí y el ahora , aunándolo con el tener, en un aquí y en un ahora. Si últimamente hemos concretado la existencia al deleite, entonces el tener me sirve para en un aquí y en un ahora obtener deleite, (onanismo). Otras preguntas podrían surgir como, si el hombre no es trascendente para qué quiere conciencia, conocimiento, estética; es más, para qué quiere vida si no posee un objetivo. Si no hay nada de esto, nada sostiene la moral, ni la ley, ni la ética y mucho menos a la sociedad.

Lo que pasa últimamente es un producto de todo esto que ya hace mucho se ve venir. Ejecuciones, muerte, desolación, inseguridad, desencanto, incredulidad, explotación del hombre por el hombre, animalidad. Cierto que la cultura es cualquier cosa y que la cultura no sirve para nada.

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