Asesinan a otro agente policiaco en Nuevo León.
Un presunto integrante de Los Zetas, brazo ejecutor del Cártel del Golfo, aparece en un video que subieron a la página de Internet YouTube.com, en el que se ve cómo es decapitado el sujeto después de confesar su participación en la ejecución de los siete trabajadores de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) durante el ataque a las comandancias de Ciudad Renacimiento y La Zapata, el pasado seis de febrero, en Acapulco, Guerrero.
El título del video es “Haz patria mata a un Zeta” y tiene una duración de cinco minutos y 16 segundos.
Durante la proyección aparece un hombre en trusa negra, sentado y amarrado a una silla de fierro y visiblemente golpeado. En medio de la frente tiene una Z escrita con plumón negro. En el dorso tiene otra Z y la leyenda; “Bienvenidos mata mujeres y niños sigues Ostión”; sobre su pierna derecha escribieron “Lazcano Humer” y en la izquierda sólo se alcanza a ver “Z 14”.
El hombre es interrogado por dos sujetos a los que sólo se les alcanza a ver las manos, con guantes quirúrgicos y parte del cuerpo.
Éstos abofetean al presunto Zeta, durante el interrogatorio. La víctima confiesa haber participado en la ejecución de siete trabajadores de la PIM, dos de ellas secretarias, además asegura que el ataque fue hecho por órdenes de Heriberto Lazcano, líder de Los Zetas.
Después, a manera de torniquete, le colocan un alambre en el cuello que hacen girar con un tubo hasta decapitarlo. Aunque no se ve la decapitación, pues esa parte del video fue editada, momentos después, por fracción de segundos, aparece el cuerpo sin la cabeza.
Después de dar una lista de todos los apodos de los presuntos Zetas que participaron en la ejecución de los siete trabajadores de la PIM, dijo que no mataron a quien buscaban.
Lo matan frente
a su casa
Por otra parte, luego que el sábado fuera ejecutado un policía de Escobedo, Nuevo León, una nueva ejecución cimbró ayer al municipio conurbano de Santa Catarina: un supervisor de la Policía de San Pedro se convirtió en el ejecutado número 43 del año.
Juan Francisco Rangel Cháirez, de 51 años, fue interceptado por unos sicarios frente a su casa en la avenida Clouthier y Primero de Mayo, en la Colonia Fama Cuatro, cuando regresaba de cumplir con su turno de trabajo.
El reporte de lo que fue la ejecución número 18 contra policías, fue hecho a las 19:20 horas.
Según los primeros informes, Cháirez fue acribillado con armas aparentemente AR-15 cuando bajaba de su auto Chevy, que todavía fue encontrado con el motor encendido.
Hasta el lugar llegaron paramédicos de la Cruz Roja, pero ya encontraron sin vida al supervisor tendido detrás de un auto Tsuru.
La víctima, quien tenía grado de comandante y pertenecía al primer escuadrón, traía puesto su uniforme y hasta el chaleco antibalas.
Aparentemente el policía sufrió los balazos en el tórax, por lo que el chaleco fue perforado por los proyectiles.
Los homicidas escaparon presuntamente en un vehículo Coguar o Civic oscuro por la avenida Clouthier rumbo al oriente.
Detectives del Primer Grupo de Homicidios de la Policía Ministerial ordenaron a elementos de seguridad de San Pedro y de Santa Catarina acordonar el área para realizar las primeras indagatorias.
En el lugar fueron hallados al menos diez casquillos de .223 (de AR-15) y otros cinco de nueve milímetros.
Esta ejecución fue cometida un día después de que un elemento de Escobedo y escolta del director de Policía, fue asesinado también al estilo de la delincuencia organizada en la colonia Ex Hacienda El Canadá.
Julio César Flores Cruz, de 35 años, un ex militar con cuatro meses de pertenecer a la corporación escobedense y también perteneció a Seguridad Pública del Estado, recibió al menos cuatro impactos de bala calibre .45 en la espalda.
En el caso de ayer, la Policía Ministerial presume que Rangel Cháirez se encontraba estacionando su vehículo cuando llegaba a su casa.
Sin embargo, los agentes tenían dudas sobre el ataque, ya que el auto se encontraba encendido, todavía sin estacionar y la víctima afuera a unos cinco metros del vehículo.
Tampoco se había establecido anoche, si los sicarios habían bajado de su auto para acribillar al supervisor o si le dispararon desde su vehículo en marcha.
Cerca del cadáver y los casquillos, los agentes hallaron un clavel rojo, pero no pudieron establecer si lo traía la víctima o lo colocaron los sicarios.
