La primera etapa para combatir el cáncer de tiroides consiste en extirpar al paciente la glándula tiroidea.
La aparición de una nueva terapia ha cambiado el campo de guerra en contra del cáncer de tiroides, ya que evita el hipotiroidismo y sus síntomas, los cuales llevan a la víctima del padecimiento a la incapacidad.
Pero la batalla tiene varios pasos.
El jefe de la Clínica de Tiroides en Multimedica Polanco, Luis Felipe Sánchez Arriaga, explica que la primera medida consiste en extirpar al paciente la glándula tiroidea, pero se trata de una cirugía -llamada tiroidectomía total- y es difícil eliminar completamente el tejido tiroideo.
Por ello, agrega, es necesaria una segunda etapa el tratamiento, con la cual se intenta destruir el resto de células tiroideas y el tejido remanente, mediante el uso de yodo radioactivo con estimulación con thyrogen (tirotropina alfa), la nueva terapia biotecnológica que logra un mayor reconocimiento y eliminación de células cancerígenas en pacientes con cáncer de tiroides.
Además, puede ayudar a prevenir la diseminación de células cancerígenas en el organismo (metástasis) en los más de 15 mil mexicanos que padecen este mal.
Es un tratamiento especial que se lleva a cabo a los seis meses de la intervención médica, con la finalidad de determinar la eliminación o presencia de cáncer, es necesario realizar un ultrasonido de cuello por expertos especialmente entrenados, campo en el cual es especialista el doctor Sánchez Arriaga.
Cambio vital
Los especialistas dicen que mediante la estimulación con thyrogen, se busca localizar una proteína llamada tiroglobulina sérica, la cual funciona como indicador de la presencia de células tiroideas, ya sean o no cancerígenas, con lo que se determina el pronóstico.
Posteriormente, se realizan revisiones médicas anuales. El paciente recibe hormonas tiroideas como terapia de reemplazo de la función tiroidea para llevar una vida completamente normal.
Antes del thyrogen, señala Sánchez Arriaga, la revisión de control requería que los pacientes suspendieran su terapia hormonal sustitutiva entre cuatro y seis semanas antes del examen, para permitir una mejor identificación de células cancerígenas.
Al dejar el tratamiento, los pacientes sufrían hipotiroidismo, efecto que produce incapacidad y diversos malestares como fatiga excesiva, dificultad de concentración, aumento de peso, sensibilidad extrema al frío, piel reseca, cabello quebradizo, depresión y estreñimiento.
Con la prescripción del fármaco, agrega, el paciente puede seguir en tratamiento hormonal sustitutivo mientras se le realizan pruebas de detección, lo que le evita pasar por molestos y hasta graves episodios de hipotiroidismo que le ocasionan discapacidad.