Frescas aún las huellas de su ingerencia obsesiva para inclinar la balanza hacia el candidato de su causa en la elección presidencial, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios está repitiendo la hazaña en un escenario más modesto? quizá para evitar que se enfríen los motores.
El organismo al que concurren los 39 capitanes de los imperios empresariales más poderosos del país, actúa como factotum en la sucesión al interior del Consejo Coordinador Empresarial.
Su papel de fiel de la balanza se apuntala en sólo un par de palabras: ?Poderoso caballero??
De hecho, su batuta, instrumentada por los dos activistas tradicionales de la causa: el presidente de Kimberly Clark, Claudio X. González, y el socio mayoritario del banco VX+, Antonio Del Valle Ruiz, dirigió el cernimiento inicial de preferencias hacia los tres candidatos en fila para suceder a José Luis Barraza.
El tapete se bordó con precisión profesional, al descalificarse de entrada la pretención del ex presidente de la Concamín, Alejandro Martínez Gallardo, cuyo pecado es haber ligado su carrera empresarial al fallecido ex accionista principal del grupo Herdez, Enrique Hernández Pons, conocido como el Duque dada su obsesión por demostrar que descendía de los amos del ducado de Herdez, en España.
Martínez Gallardo es director de las filiales de la firma Mc Cormick de México, Solo Doña María, Hermel Alimentos y Barilla de México. Tan aplastante fue su derrota, que sólo recibió ocho de los 80 votos en juego de los integrantes de la asamblea del organismo cúpula de cúpulas, es decir ni siquiera la totalidad de los 10 de la representación de la Confederación de Cámaras Industriales.
Peor aún, hete aquí que los dos votos escatimados eran de parientes lejanos del aspirante.
Cumplido, pues, el primer movimiento del concierto, el siguiente fue dividir los votos del resto de los electores hacia la causa de los otros dos pretendientes, es decir el ex presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Armando Paredes, y el presidente actual de la Confederación de Cámaras de Comercio (Concanaco), Luis Antonio Mahbub Sarquis.
Mientras la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) votaría en bloque por el primero, la Asociación de Bancos de México y la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros dividirían sus preferencias.
Al final del día, pues, Paredes, cuya carrera empresarial está integrada hacia la producción de leche, alcanzó 42 de los 80 votos, es decir más del 50 por ciento, en tanto Mahbub lograba 19.
Así las cosas, los siete presidentes de los organismos que integran al CCE sólo tendrían que ratificar en automático la decisión de la mayoría. El caso es que ahora resulta que dice mi mamá, o mejor dicho mi matriz que siempre no. Dicho con todas las letras, a los hombres de negocios les gusta ahora más el dirigente de la Concanaco que el ex del Consejo Nacional Agropecuario.
Y como existe toda la noche para modificar un decreto que ordena al sol no salir, hete aquí que se están descubriendo virtudes insospechadas a Mahbub Sarquis, entre ellas que es el único que plantea una propuesta articulada.
A quién le importa si de acuerdo a la lógica, la ética y aún la estética, los presidentes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, de la Coparmex y naturalmente del propio Consejo Nacional Agropecuario deberían mantener su voto por Paredes, cabildeando, además el de alguno de dos: los banqueros o las compañías de seguros. La paradoja del asunto es que ahora resulta que se pretende la unanimidad? a favor de Mahbub, claro.
Y aunque las apuestas de las bases están 10 a uno a que los hombres del dinero no se saldrán con la suya, aún está latente la jugada que le abrió el piso al ex presidente de la Concamín, Jorge Marín, para caerse tras cumplir sólo un año como presidente de la cúpula de cúpulas. Y quién no recuerda cuando se dejó colgado de la brocha en el último minuto al ex presidente de la Coparmex, Antonio Sánchez Díaz De Rivera, al que por riguroso orden escalafonario le correspondía el cargo, como castigo por oponerse al incremento de 50 por ciento a la tasa del IVA decretado por el gobierno zedillista.
Será que los empresarios gigantes del país escriben la palabra democracia con d de dedo. Será que se quedaron picados.
Balance general
Gastada parte de la pólvora acumulada a la venta de Banamex al poderoso Citigroup de los Estados Unidos en infiernitos, fundamentalmente inversiones turísticas en Yucatán, finalmente el banquero Roberto Hernández dio la nota frente a la prensa de negocios.
El presidente del grupo financiero Banamex/City adquirió el paquete accionario que tenía en Televisa María Asunción Aramburuzavala, equivalente al 11 por ciento del capital del imperio que encabeza Emilio Azcárraga Jean.
La esposa del embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, había anunciado desde hace varios meses su intención de diversificar sus apuestas, colocando de entrada las primeras en el sector inmobiliario.
Ahora que su inversión en la televisora en paralelo a las realizadas por el director general del Grupo Modelo, Carlos Fernández, y el magnate Carlos Slim, se anunció desde el origen como temporal.
De acuerdo a lo informado por la propia empresa, se trataba de equilibrar las finanzas frente a la salida de socios como Alejandro Burillo Azcárraga o la familia Cañedo.
La gran pregunta es qué pasará cuando se vean las caras en la misma mesa de un Consejo de Administración Hernández y Slim, cuya enemistad se remonta a la época en que el primero peleó la privatización de Teléfonos de México.
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La noticia es que empujado por la presión tras balconearse el conflicto de interés en que incurría en su carácter de presidente de la Comisión de Vigilancia del Instituto Mexicano del Seguro Social y la posición de su padre, Juan Moisés Calleja, como secretario general del organismo, el Calleja II de la telenovela está renunciando al cargo.
La paradoja del caso es que su cargo se mantendrá como una posición no ya de la Confederación de Trabajadores de México, sino del Congreso del Trabajo.
Del PRI, pues, se va al PRI.
Como usted sabe, el número tres en el escalafón del IMSS trabaja adicionalmente como consejero jurídico de la CTM. El presupuesto que ejerce como funcionario de la instancia tripartita lo sancionaba su hijo?hasta que lo clacharon.
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Curioso que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, haya recibido a los presidentes de las empresas de carga ferroviaria Ferromex y Kansas City Southern, antes Transportación Ferroviaria Mexicana, para buscar salidas al problema derivado de lo que una y otra empresas califican como ?tarifas abusivas? en materia de derechos de paso.
El asombro no apunta al tema de la conversación, sino al número de actores presentes, dado que el asunto involucra también a la tercera empresa en el sistema, es decir Ferrosur. ¿O qué, la SCT da como válido el matrimonio realizado a espaldas de la autoridad entre las firmas Ferromex y Ferrosur en noviembre del 2005, cuya legalidad objetó la Comisión Federal de Competencia? ¿Sería, pues, señal o simple omisión de los convocantes a la reunión?
