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Personajes de la historia / LA ADUANA, UN GAJO DE LA HISTORIA DE TORREÓN

José León Robles de la Torre

(Décima Cuarta Parte)

EN SU CENTENARIO 1907-2007

Don Lamberto Alarcón Catalán, fue nombrado por la Dirección General de Aduanas como sexto administrador de la Aduana de Torreón, Coah., en sustitución de don Guillermo Alarcón Nájera, que fue nombrado para otra comisión. La toma de posesión se efectuó el 27 de febrero de 1967.

Don Lamberto nació en Chilpancingo, Guerrero el día 17 de septiembre de 1905. A su llegada a Torreón, se le rindió un gran recibimiento con un convivio en céntrico restaurante de la ciudad con todo el personal de la aduana y el administrador saliente.

Don Lamberto era un gran declamador y exquisito poeta, por lo que siendo afines en esas cosas de la cultura, nos llegó a ligar una muy buena amistad, además de las relaciones de trabajo. Él había desempeñado altos cargos en la administración pública tales como Diputado Federal por su natal Chilpancingo, donde posteriormente fue secretario general de gobierno y gobernador interino; fue administrador de la Aduana de Acapulco, Guerrero, de la de Torreón y la de Acuña, Coah., y cuando dejó el ramo de aduanas, fue secretario particular de don Francisco José Madero González, del que era muy amigo, durante los años de 1976-77-78.

Perteneció en la Ciudad de México a un grupo de escritores, entre los que se encontraba don Andrés Henestrosa. Fue amigo personal de don Adolfo Ruiz Cortínez y del Lic. don Miguel Alemán Valdés, ambos fueron presidentes de México y a quienes nunca molestó, y si alguna vez lo hizo, fue para ayudar a algún amigo pero jamás para él. Siempre servicial, amable, cortez y con un especial don de gente, que era su mayor riqueza.

El 23 de mayo de 1968 me dedicó un interesante libro: Jardín de la Poesía Mexicana, en cuya antología figuran varias de sus poesías. Una de ellas, muy conocida, El Laurel del Templo de Chilpancingo, cuya primera estrofa dice: ?He vuelto a mi ciudad sólo por verte, por estar a tu sombra, por escuchar bajo tus verdes ramas la charla de mi novia, mientras arriba de nosotros tiemblan, la seda de las alas de los pájaros y el cantar de la brisa, como un río de corriente lejana y rumorosa...?.

El 15 de junio de 1968, entregó la aduana al Lic. René Medina Rodríguez, quien desafortunadamente murió dos meses después, que fue cuando don Guillerno Alarcón Nájera, estuvo por segunda vez como administrador de la Aduana de Torreón.

Don Lamberto se retiró de la vida pública, fijando su residencia en Ciudad Acuña, Coah., donde tenía una pequeña granja y lo sorprendió la muerte el 11 de febrero de 1981. Su esposa me envió el último poema de don Lamberto, que dice: ?Por ese mundo, cerrado de tinieblas, no sabré qué sendero seguir si no tengo tu luz. Piensa en mí, no me olvides, proyecta sobre mí tu pensamiento, y Dios ha de indicarte por dónde va mi paso vacilante, y así podrán tenderme, tus manos generosas que me lleven a encontrar, la sublime claridad?. (En mi libro Fundación y Desarrollo de la Aduana de Torreón, 1948-2007, aparecen mayores datos sobre éste y otros personajes).

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