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Amenaza en la Red

Juan Manuel Anguiano-AEE

Primera de dos partes

El Siglo de Torreón

México, DF.- El robo y suplantación de identidad en Internet se ha convertido en un problema de seguridad de alcance nacional que afecta tanto al patrimonio como a la integridad física y psicológica de los miles de usuarios de la llamada supercarretera de la información.

Arropados por el anonimato, ya sea en grupo o en solitario, expertos en informática conocidos como ?hackers?, obtienen ilegalmente contraseñas, números de cuentas, claves de tarjetas de crédito, así como información personal almacenada en correos electrónicos que puede convertirse en materia útil para secuestros y extorsiones.

¿Quién no ha guardado en sus correos electrónicos fotografías, datos personales, cartas y otros documentos de los que se podrían inferir parentescos y relaciones afectivas que podrían resultar potencialmente peligrosas de caer en manos equivocadas?

El usuario común es altamente vulnerable a este tipo de ataques, muchos de los cuales pasan inadvertidos para la mayoría, ya que el robo de información personal en la mayoría de las ocasiones se realiza con programas conocidos como spyware o ?troyanos? que permiten al hacker mantener el control a distancia de prácticamente cualquier computadora.

De acuerdo con cifras del más reciente estudio de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) en nuestro país existen poco más de 20.2 millones de internautas mayores a seis años de edad, y la cifra sigue en aumento cada día.

El uso prácticamente generalizado de Internet ?sobre todo en áreas urbanas- ha provocado un incremento exponencial de los llamados delitos cibernéticos, advierte Mario Quiroz, consultor independiente en materia de seguridad informática.

Expone que en los últimos años ha bajado sustancialmente el riesgo de ataques por virus o ?gusanos? que únicamente buscaban dañar los sistemas operativos, pues ahora los hackers han encontrado que, robar información personal, es un negocio mucho más lucrativo.

Aunque en nuestro país aún no existen estadísticas sobre los alcances de esta nueva modalidad delincuencial, un estudio de la firma estadounidense Symantec ?dedicada al desarrollo de antivirus y esquemas de seguridad informática- advierte que el acceso no autorizado a información personal ?produce muchas más pérdidas económicas que los daños producidos por virus y gusanos?.

El estudio, basado en los procesos judiciales abiertos en Estados Unidos relacionados con ataques informáticos documentados desde 1999 hasta 2006, advierte que, en promedio, una empresa ha perdido ?solamente? 2,400 dólares por cada ataque relacionado con virus, mientras que las pérdidas relacionadas con accesos ilegales a información privilegiada se estimaron en 1.5 millones de dólares por incidente.

?Los simples números se vuelven irrelevantes cuando el mayor peligro es la fuga de información secreta de una empresa. ¿Cuánto valen los datos confidenciales de una empresa? Es imposible hablar de cantidades exactas?, advierte el estudio.

De acuerdo con la firma de seguridad, la ?infección masiva? es de los mayores temores de las compañías y de ahí la importante inversión para mantener a raya a los virus, ?pero olvidar la implementación de un plan de autenticación robusto y una política de contraseñas adecuada, es condenar un sistema al robo de información sensible?.

Sin embargo, el mayor riesgo se ubica en el punto más bajo de la pirámide: el ciudadano.

Daño al tejido social

Internet se ha convertido en un canal de consulta y comunicación casi imprescindible para la vida moderna, pero también en un campo fértil para las actividades ilícitas como la pornografía infantil, el fraude, el robo o la extorsión.

En el caso del robo de identidad, si bien en la mayoría de los casos persigue fines de lucro, con frecuencia se dan casos de personas que ?espían? las actividades cibernéticas de sus parejas o familiares.

Así, el acceso a información personal puede derivar también en violencia y desintegración familiar, relaciones enfermizas, depresión e incluso intento de suicidio.

El aparente anonimato que concede la ?realidad virtual? facilita la adopción de patrones de conducta, tanto en jóvenes como en adultos, que no asumirían en la vida real.

Es bien sabido que en la actualidad, los cuartos de chat, mensajeros instantáneos y otros medios de interacción grupal o personal en Internet, son utilizados por personas que buscan relacionarse con gente que responda con sus intereses y aficiones.

Asimismo, la Web se ha convertido en un aliado de quienes mantienen relaciones extramaritales y clandestinas, que al ser descubiertas pueden desmoronar su vida.

La mayoría de las páginas de Internet que solicitan datos personales ofrece cláusulas especiales para garantizar la protección de información confidencial.

Dichas políticas de privacidad establecen que los datos proporcionados por los usuarios no serán utilizados para ningún fin distinto a la necesaria autenticación de identidad para conceder acceso a los servicios, y que bajo ninguna circunstancia serán transmitidas a terceros.

Sin embargo, no hay forma de que los sitios reconozcan, cuando un usuario ingresa, si la contraseña es auténtica o fue robada.

Afectación patrimonial

Con la proliferación del uso de la llamada ?banca en línea? también se ha disparado el número de fraudes a través de Internet.

A pesar de los múltiples mensajes y recomendaciones que han difundido las instituciones de crédito, la Condusef y la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Pública Federal para advertir a sus usuarios, el robo en línea sigue creciendo, básicamente porque el modus operandi de las bandas de hackers, hace imposible detectar la sustracción de contraseñas y números de cuenta.

Según el informe de la AMIPCI, a finales de este año al menos 3.4 millones de personas realizarán operaciones de banca en línea.

Dicha Asociación advierte que ?defenderse de este tipo de ataques es difícil cuando se desconoce la forma de proceder y de pensar de los atacantes?, sin embargo expone que con algunas medidas sencillas de precaución se puede reducir mucho el riesgo.

Éstas son, principalmente, mantener actualizados los sistemas antivirales y contra spyware, y actualizar periódicamente las contraseñas.

El temor a los ataques cibernéticos es uno de los principales argumentos de los cuentahabientes para no utilizar los servicios de banca en línea.

Otro estudio de la AMIPCI revela que el 44% de los encuestados aseguraron no usar los servicios de banca en línea pues consideran que no es segura.

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