Las personas encargadas de cuidar a un anciano se enfrentan con problemas desconocidos, lo que genera una sobrecarga de estrés, que a su vez provoca angustia, señaló Susana Aguas, directora de Sistemas Alternativos de la Dirección General de Tercera Edad en Buenos Aires.
En una entrevista publicada ayer el sitio en Internet Buena Salud, Aguas destaca que no es lo mismo atender a un niño que un anciano, ya que este último no permite ser tratado como una criatura.
La especialista recomendó participar en cursos o talleres para familiares que cuidan a adultos mayores, para que adquieran conocimientos técnicos y puedan adecuar su ritmo de vidas y la casa a las necesidades del anciano.
Advirtió que "el vínculo entre el cuidador y el cuidado se deteriora, o se transforma en patológico, con problemas de violencia o maltrato".