Todas las acciones de los seres humanos tienen que ver con el funcionamiento cerebral. Los razonamientos y los impulsos emocionales tienen su origen en los hemisferios derecho e izquierdo. La lógica, la razón, el lenguaje, la escritura, el análisis, el cálculo matemático... son funciones del hemisferio izquierdo. Las emociones, los símbolos, la síntesis, los sueños, la creatividad, el ritmo, el reconocimiento, las imágenes visuales... son funciones reconocidas del hemisferio derecho. El amor, los estados de felicidad, y de sufrimiento, la crítica, la pasión, la violencia, el odio... son estados emocionales que se localizan en el hemisferio derecho. Ambos hemisferios han de estar perfectamente sincronizados. Nuestro cerebro es una máquina biológica perfecta. No sabemos valorar todavía la capacidad de este órgano en su esencia pura. Si no hemos sido adiestrados para filtrar la información y las tensiones dañinas, se crea en nosotros una carga emocional obsesiva, mezclada de impurezas incontroladas.
