Taiwán está dispuesto a hacer negocios con cualquiera de los 120 países cuyos gobiernos no lo reconocen oficialmente, y hasta con uno que no lo quiere reconocer: la China continental. Lo que a esta isla de algunos 20 millones de personas les falta en reconocimiento diplomático, se compensa con su vigor económico. Su producto nacional bruto per cápita es superior al de algunos países europeos. El año pasado, su comercio superó los 140,000 millones de dólares, lo cual coloca a Taiwán entre los doce comerciantes más grandes del mundo, al lado de Suecia y Corea del Sur. Sus reservas en divisas superan los 100,000 millones de dólares, las más grandes del mundo solamente detrás de las del Japón, pero este último tiene seis veces más habitantes. Al igual que Japón, Taiwán está invirtiendo masivamente en los Estados Unidos. A diferencia de Japón y de Corea del Sur, donde dominan los conglomerados, como Sony y Samsung, la clave de Taiwán es el negocio pequeño. El año pasado, se contabilizaron más de 45,000 fábricas de todos tipos en Taiwán.
