José salió de su natal Venezuela con su pequeño Dariel, con la esperanza de llegar a EUA y enviar dinero para la madre su hijo.
Este año, no hubo regalos para el pequeño Dariel en este Día del Niño como el año pasado, en el que su padre José le obsequió un triciclo, el cual no volverá a montar. Ambos viajan de tren en tren desde hace dos meses. Son migrantes originarios de Venezuela, que buscan llegar a los Estados Unidos.
Fue el 1 de marzo que José emprendió su largo viaje junto a su pequeño de tan solo dos años de edad, dejando en casa a su esposa y a sus padres. Su ilusión, llegar al país norteamericano para después, enviar dinero y que su esposa pueda reunirse con ellos nuevamente.
Mientras tanto, seguirá cuidando de su pequeño, con quien ahora viaja en lo más alto de las tolvas del tren, resistiendo las altas temperaturas, y cubriéndose de los intensos rayos del sol con una vieja cobija que acondicionó como una casa de campaña para él y su hijo.
"Sí le dio miedo pero yo le dije (a la madre de su hijo) que era más fuerte y que después ella pasara sola. El primero del mes que viene cumplimos dos meses (de viaje)", dijo José desde el vagón, que subió desde el martes por la mañana, con la esperanza de salir de Gómez Palacio y emprender nuevamente su camino. Y es que en New Jersey espera reunirse con sus primos, quienes los esperan ansiosos desde que salieron de su natal Venezuela.
LES ENTREGAN JUGUETES
Pero la celebración del Día del Niño no pasó del todo desapercibido para Dariel y el resto de los niños migrantes que se encontraban ayer, a bordo del tren frente a la colonia Santa Rosa, pues un grupo de cristianos, además de comida, llevaron regalos para los pequeños.
Para evitar que los pequeños bajaran o que se quedaran solos en los vagones, se les lanzaron algunos juguetes, que lograron atrapar sus padres y que pudieron hacerlos sonreír por un momento.
Mientras que desde la parte baja, el grupo de voluntarios les deseo un "feliz día del Niño".
