Al finalizar el periodo gestacional el aumento del peso corporal de una embarazada no debe exceder los 12 kilos.
Una alimentación adecuada para una mujer embarazada debe incluir un equilibrado consumo de proteínas, de frutas, verduras y vegetales de temporada, cereales libres de azúcar y ricos en fibra, y poca sal para evitar la retención de líquidos.
Los especialistas están de acuerdo en que hay que buscar un peso óptimo de la futura madre para evitar complicaciones. Y dicen que para reducir el riesgo de sufrir hipertensión (preclampsia-eclampsia) o diabetes gestacional, es importante
que no aumente de peso excesivamente.
Lo recomendable es que el incremento promedio sea de 300 a 500 gramos por mes en el primer trimestre y un kilo mensual durante el resto del embarazo, explica la doctora María Antonia Basavilvazo Rodríguez, encargada de la jefatura de Investigación en Salud del Hospital de Gineco-Obstetricia No. 3 del Centro
Médico Nacional La Raza.
La especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) expone que al finalizar el periodo gestacional el aumento del peso corporal de una embarazada no debe exceder los 12 kilos, con el fin de dejar fuera de escena complicaciones al momento del parto.
ELIMINAR RIESGOS
Afirma que para evitar complicaciones es necesario que la mujer, desde el inicio del embarazo, acuda a consulta al médico especialista para conocer su estado general y los posibles riesgos que tiene, desde los hereditarios (diabetes, hipertensión, cardiopatías) hasta los que generaría una alimentación inadecuada.
En su opinión, "lo más recomendable es que la embarazada tenga una dieta indicada por un nutriólogo, con alimentos que agreguen unas 250 kilocalorías al día a la ingesta normal para que esté en condiciones de proporcionar una nutrición fetal adecuada".
Basavilvazo Rodríguez dice que una embarazada debe evitar el consumo de antojitos, sobre todo los ricos en harinas y grasas. Lo mejor, subraya, es que tenga una dieta equilibrada, indicada por su médico o por personal de nutrición. Es importante que evite el consumo de carbohidratos, grasas insaturadas y de los que contengan muchas harinas.
La especialista del IMSS advierte que existe otro tipo de complicaciones que ponen en riesgo el embarazo y que se pueden evitar con control prenatal adecuado, como son anemia o las infecciones vaginales.
Un factor extra de riesgo importante es la falta de actividad de la embarazada, que se puede evitar con ejercicios de bajo impacto hasta el séptimo u octavo mes, como caminata, bicicleta fija y, sobre todo, natación, bajo la supervisión del médico.
Es muy importante, destaca, evitar el cigarro, las bebidas alcohólicas y con cafeína, caer en situación de estrés y, por el contrario, preferir los alimentos naturales y frescos a los industrializados y con conservadores.
Entre los 23 y los 35 años es la edad ideal para embarazarse, dice, ya que muy joven o ya demasiado mayor el niño puede nacer con malformaciones, ser prematuro y tener bajo peso. En cuanto a las relaciones sexuales durante el embarazo, la especialista del IMSS pone de relieve que si no hay complicaciones son posibles después del tercero y antes del séptimo mes. En el primer trimestre, añadió, no son aconsejables porque hay riesgo de una amenaza de aborto, y en los últimos la presencia de semen en la vagina puede aumentar las contracciones uterinas.
