La comunidad china en Cuba esperará el advenimiento del Año Nuevo Lunar, la más importante fiesta heredada de sus ancestros, con un gran espectáculo cultural y una cena marcada por su milenaria tradición culinaria.
Esta celebración, conocida también como la “Fiesta de Primavera”, la organiza la Casa de Artes y Tradiciones Chinas del Barrio Chino de La Habana, que este año escogió para prologarla una exhibición canina, para señalar la llegada del “Año del Perro”.
El festejo rebasará el pórtico que marca la entrada al populoso Barrio Chino, que tiene como arteria principal la calle Zanja y se despliega en una decena de manzanas engalanadas para el festejo con adornos en los que predominan el color rojo y el amarillo-dorado, todo un ritual para asegurar la buena suerte y el bienestar en el año que comienza.
Los primeros chinos llegaron a Cuba en 1847, en la época colonial, bajo la condición de “contratados” en un régimen prácticamente de esclavitud para trabajar en las plantaciones de azúcar con el sueño de hacer fortuna y regresar a su tierra.
