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Cuando la apariencia se vuelve una obsesión

Las personas que padecen dismorfofobia, se obsesionan con corregir defectos que muchas veces son imaginarios .

Guadalajara, (Notimex).- Sentirse y verse bien, es un derecho que tienen todos los seres humanos, sin embargo cuando la apariencia física es una prioridad, ésta se puede convertir en una obsesión y en ocasiones, ser un síntoma de "dismorfofobia".

El trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia, es una enfermedad donde la persona imagina que tiene un defecto físico, principalmente en cabello, piel, nariz, ojos, mentón, labios o cualquier otra parte de la anatomía, al grado que le provoca intensa angustia y se obsesiona por corregirlo.

"Esta preocupación que tiene el individuo por esa alteración, leve o imaginaria le afecta en el rendimiento escolar, familiar, laboral y le causa una alteración significativa en el desempeño de sus actividades cotidianas", aseguró la especialista Adriana Rivas Anguiano.

Renegar de la propia nariz, de las orejas, del volumen del cuerpo, en definitiva, de cualquier parte del físico, ya es una epidemia en los países desarrollados y síntomas muy comunes del trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia.

Enfermedad

La mayoría de las personas que padecen esta enfermedad son mujeres, modelos, pero también la presentan fisicoculturistas quienes se obsesionan tanto por su apariencia física que no les importa gastar fortunas ni someterse a dolorosas operaciones con tal de corregir su "defecto", leve o la mayoría de las veces, imaginario.

Un 50 por ciento de estos enfermos se somete a cirugía estética con el objetivo de zanjar su manía. Pero, la dismorfia es un problema mental, no físico, por lo que todos los que escogen el bisturí como terapia ni están, ni estarán, satisfechos con los resultados.

En las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los objetivos principales de los ciudadanos de las sociedades desarrolladas, una meta impuesta por nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e, incluso, salud.

Fue en 1886, y gracias al doctor italiano Morselli, cuando se acuñó el término dismorfia corporal. También Freud describió uno de los primeros casos de la literatura científica a través de uno de sus pacientes al que bautizó como Wolf man (hombre-lobo).

Dismórficos

Una persona que, a pesar de tener un exceso de vello corporal, centraba su excesiva preocupación por el físico en su nariz. La veía horrible, prominente y llena de cicatrices.

Existe un amplio número de personas que están más o menos preocupadas por su apariencia, pero para ser diagnosticado de dismórfico, el afectado tiene que sufrir reiteradamente una obsesión con una parte de su cuerpo que le impida llevar una vida normal.

Algunas estimaciones apuntan que uno por ciento de la población sufre dismorfia corporal, pero los expertos insisten en que las estadísticas pueden no ser fiables, ya que muchos afectados permanecen en el anonimato sin pedir ayuda profesional.

Síntomas

Rivas Anguiano, jefa del servicio de interconsultas del área de psiquiatría del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, explica que las personas que padecen dismorfofobia comienzan a tener ansiedad que generalmente los asila de la sociedad, de sus actividades y les impide tener una vida normal.

"Son gente que recurre frecuentemente a dermatólogos y cirujanos plásticos, es muy raro que una persona con esta enfermedad acuda con un psiquiatra porque generalmente ocultan los síntomas, los disfrazan y les da pena hablar de lo que sufren", dice la especialista.

Son personas que invierten horas diarias en pensar en su defecto, aunque éste sea fruto de la imaginación, que tratan de camuflarlo utilizando cualquier tipo de artimaña (peinarse de una forma determinada, usar maquillaje)".

Además, se mortifican continuamente buscando la imagen que detestan en el espejo o que interrogan a amigos o familiares sobre su aspecto, indicó.

Las causas de esta enfermedad son multifactoriales, pueden ser biológicas, psicológicas, sociales, la personalidad obsesiva o perfeccionistas y sobre todo, cuestiones culturales y sociales.

No es curable

Esta enfermedad no es curable, sin embargo es tratable y controlable, el tratamiento se debe abordar en cada paciente y estar a cargo de un especialista en la salud mental, además contar con psicoterapia.

"Un papel muy importante juega la psicoterapia para tratar de modificar ideas, la cognición, las ideas alteradas que tiene el paciente, modificar conductas para que el paciente se reincorpore a sus actividades y una vida más plena", precisó.

Depresión y suicidio

La depresión va muy de la mano con la dismorfofobia, incluso puede llevar a la muerte al paciente a través de un suicido, "podemos entender que una persona piense en suicidarse por la ansiedad, la angustia, el sufrimiento que tiene al estar percibiendo algún defecto que es tan importante para esta persona".

La especialista aseguró que entre el 10 y 12 por ciento de los pacientes que acuden a recibir atención por depresión pueden estar cursando un trastorno dismórfico corporal, por lo cual los médicos deben estar al pendiente para abordar este problema y tratarlo.

La dismorfofobia se presenta con mayor frecuencia en adolescentes, es decir en personas entre 15 y 20 años y afecta en su mayoría a mujeres, sin embargo también se presenta en hombres.

De acuerdo con la opinión de la especialista, la sociedad juega un papel muy importante y en la medida en que comiencen a poner los valores como prioridad y dejar de lado la apariencia física, contribuirán al tratamiento de los pacientes con dismorfofobia.

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