Mérida (España), (EFE).- Un trabajo de colaboración entre el Area de Zoología de la Universidad de Extremadura (UEX) y el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad de Santiago de Cuba ha permitido constatar recientemente la presencia de una nueva especie de alacrán en Plasenzuela (en el oeste de España).
La UEX informó en un comunicado de que tradicionalmente los investigadores han considerado que los alacranes presentes en la Península Ibérica pertenecían a la especie Buthus Occitanus, pero en un artículo publicado el año pasado se incorporaron otras dos: Buthus Montanus y Buthus Ibericus.
Sin embargo, recientemente el citado trabajo ha constatado la presencia de Buthus Ibericus en Plasenzuela.
"Este hallazgo implica un replanteamiento del estatus del alacrán en Extremadura, pues hasta la fecha sólo se había detectado la presencia de Buthus Occitanus en Medellín (provincia de Badajoz)".
El Buthus Ibericus sólo había sido encontrado hasta la fecha en algunas zonas costeras de Cádiz (sur) y Portugal, según José Luis Pérez Bote, uno de los profesores del área.
Las muestras extremeñas constituyen las más numerosas de la especie hallada y han servido para validarla, ya que algunos autores, según la UEX, habían puesto de manifiesto su disconformidad con este nuevo taxón.
De hábitos nocturnos y activos depredadores, los alacranes son los artrópodos más peculiares de todos los que pueblan la península, dice el comunicado, ya que a diferencia de insectos y miriápodos que viven, a lo sumo, uno o dos años, los alacranes pueden llegar a vivir hasta 25.
Además, alcanzan la madurez sexual muy tarde, a los 18 meses, hecho muy poco frecuente dentro de los invertebrados.
El comunicado explica que a pesar de ser considerados como peligrosos, hecho no del todo cierto si se tienen ciertas precauciones, los alacranes son unos importantes aliados para los agricultores, ya que su dieta se basa fundamentalmente en el consumo de pequeños artrópodos como grillos y saltamontes, que son los que pueden ocasionar daños en la agricultura y en los ecosistemas no explotados.
Las especies del género Buthus, según la UEX, son de interés médico, ya que "el veneno de escorpión, al igual que otras toxinas, puede inducir reacciones de tipo autofarmacológico de gran interés clínico y terapéutico que requerirán un tratamiento específico".
