Estudiantes se ven obligados a caminar hasta ocho cuadras para hacer uso del transporte público
El Siglo de Durango
Lentamente avanza la construcción del puente que unirá a los asentamientos que dividen el Arroyo Seco, pues a tres meses de que derribaron el vado que unía a las colonias que se encuentran al sur, hoy se encuentran prácticamente incomunicadas.
Amas de casa, estudiantes y trabajadores de los asentamientos que se encuentran del lado sur de lo que fuera el Arroyo Seco caminan todos los días como máximo ocho cuadras para tomar el transporte público, situación que ya tiene cansados a los vecinos de estas colonias.
Los zapatos llenos de lodo, caras con sudor, cansancio, es lo que frecuentemente se ve entre las personas que cruzan diariamente los caminos llenos de agua sucia, por lo que esperan que pronto se termine esta obra, ya que tienen problemas de inseguridad.
En varias ocasiones comenta la gente del lugar que han sabido de algunos asaltos, pues esta zona es peligrosa debido a que hay poca luminosidad por las noches.
Los fines de semana, dice Juvenal Pacheco, es frecuente ver camionetas a las orillas del Arroyo Seco, porque no hay vigilancia y por tanto se convierte en un lugar seguro para que grupos de personas acudan a emborracharse sin que sean molestadas por las autoridades.
Este vecino de la colonia Arco Iris apunta que el Gobierno del Estado malbarató sus propiedades, ya que para él no es correcto el trazo que se hizo para la construcción de los límites del Arroyo, en donde afirma que han se han formado grietas porque no es el cauce original.
En el recorrido que se realizó por este lugar se pudo constar que sí existen tales grietas y que de ellas sale agua que ha provocado que crezcan pequeños arbustos silvestres.
Para Martín Torres, que está construyendo su casa en esta parte de la ciudad, va rápida la edificación del puente, pero indica que fue después de mucho esperar y de promesas de las autoridades.
?El puente ahora que lo empezaron sí va rápido, pero se tardaron mucho en hacerlo, ya que había un bordo de tierra para cruzar del otro lado y lo tumbaron porque no era seguro?, destacó Martín Torres, de 30 años de edad.
Los pequeños son los que más se divierten en estos casos, pues aprovechan el agua que sale de las grietas para salir a jugar y a cazar sapos y ranas. Sin embargo, los niños corren peligro, por lo resbaloso del lugar, pues se pueden caer y sufrir una fractura.
La señora Irma Contreras precisa que es un peligro para los niños tener que cruzar todo el lugar solos, ya que las autoridades no respetaron el bordo a pesar de que exigieron que no lo quitaran hasta que terminaran, pero finalmente el puente fue retirado, incomunicando a las personas que viven en este lugar.
?Para los niños hace mucha falta el puente, porque es peligroso que se vengan caminando en la mañana para ir a la escuela; no queríamos que destruyeran el bordo hasta que construyeran el puente, pero nos lo quitaron?, subrayó.
El olor es característico de esta parte de la ciudad, pues con las lluvias que se han presentado en los últimos días se acumulan los fuertes olores de drenaje y suciedad, ya que en algunas casas aún no tienen drenaje y, por ende, están rodeados de aguas residuales.
Los asentamientos irregulares han crecido en esta parte de la ciudad; algunos todavía no tienen nombre, pues poco a poco los ejidatarios han comercializado sus tierras, y esta venta ha sido de tal magnitud que algunos lotes se encuentran pegados al poblado El Conejo.
