CONSUMO INTELIGENTE.
SUGERENCIAS | RECOMIENDA PROFECO ADQUIRIR ESPECIES NATIVAS.
EL SIGLO DE TORREÓN
Son invaluables los beneficios que se obtienen al sembrar plantas.
TORREÓN, COAH.- La Procuraduría Federal del Consumidor dice que existen razones de sobra para plantar árboles, los beneficios que se reciben a cambio son invaluables.
Absorben el bióxido de carbono que contamina la atmósfera. A través de la fotosíntesis que realizan las hojas, las superficies verdes atrapan el bióxido de carbono de la atmósfera y lo convierten en oxígeno puro. Además atrapan partículas contaminantes que de otra manera estarían en el ambiente o en los pulmones.
Anclan el suelo con sus raíces. Lo anterior evita deslaves y avalanchas de lodo en terrenos con pendientes pronunciadas y retiene uno de los recursos más valiosos: el suelo.
Amortiguan la lluvia. Las frondas (conjunto de ramas y hojas que forman espesura) y las superficies con hojas son flexibles, por lo que aminoran el golpe de la lluvia, lo que permite frenarla y encauzarla para que se deslice más suavemente por el suelo.
Además, al amortiguar el impacto de la lluvia, se abate la erosión y se protege el suelo superficial. Cuando el agua de lluvia es retenida, se favorece su lenta infiltración al subsuelo, lo cual enriquece la formación de los mantos freáticos (agua subterránea).
Filtran el viento. Las copas filtran polvos, cenizas, humos, esporas y demás impurezas que arrastra el viento.
Abaten el ruido. El tejido vegetal amortigua las ondas sonoras en carreteras, calles, parques y zonas industriales. Las cortinas de árboles abaten el ruido hasta diez decibeles.
Regulan el clima. A nivel global, los bosques reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan el clima de la Tierra. En las ciudades, la pérdida de superficies verdes eleva la temperatura y la evaporación del suelo y altera la presión atmosférica.
Salud. Algunos de los beneficios a la salud son evidentes, como la disminución de las enfermedades respiratorias debido a que mejoran la calidad del aire; de igual forma, algunos estudios indican que reducen el estrés, entre otros beneficios, pues contribuyen a crear un ambiente placentero y relajante.
DECISIÓN PERENNE.
Tal vez parezca exagerado, pero elegir un árbol es una decisión muy importante, porque debe ser una especie que agrade y cumpla con las expectativas (que dé sombra, adorne la calle o jardín o que sea una barrera contra el viento, por decir algo). Es mejor inclinarse por especies nativas, porque están adaptadas a las condiciones de temperatura, humedad, suelo e incluso a las plagas del lugar.
Cada parte del árbol (el tronco, las hojas, los tallos, las raíces, las flores y los frutos), tiene una función específica que no podrá desempeñar correctamente si no está plantado en el lugar adecuado y el clima conveniente.
Como todo ser vivo, los árboles necesitan tener un espacio suficiente para crecer. Así que lo mejor es prever:
El espacio disponible para su crecimiento (hasta que llegue a la madurez), tanto vertical como horizontal, para que el tronco, las ramas, el follaje y las raíces no se topen con obstáculos aéreos y subterráneos, como cables o tuberías.
La calidad del suelo para que tengan el medio apropiado para crecer.
PARA LA BANQUETA.
Los árboles de grandes dimensiones sólo pueden formar parte de diseños de áreas extensas, como bosques urbanos, plazas públicas y parques.
Por eso, si se piensa plantar uno en la banqueta, es necesario recordar que ésta es paso de peatones, así que es mejor elegir árboles medianos o chicos y considerar de preferencia arbustos y elementos vegetales bajos.
Las plantas deben elegirse considerando su forma, ya que el paso del peatón tampoco puede tener frondas que le estorben al caminar; por otro lado, la iluminación de la banqueta es fundamental, por lo que las especies deben ser compactadas de fronda para favorecer la iluminación diurna (natural) y la nocturna (artificial).
Para proteger los arbolillos cuando son pequeños, es mejor colocar a su alrededor protecciones (cercas o enrejados), sobre todo si están en la banqueta, pues los animales domésticos y los transeúntes pueden pisarlos.
JARDÍN EN CASA.
Para el jardín se deben escoger árboles bajos y de frondas pequeñas, así tendrán un mejor desarrollo y no dañarán los cimientos e instalaciones subterráneas. Por tal motivo, se debe recordar lo siguiente:
Las raíces. Llegan a extenderse hasta tres veces el tamaño de la copa; pueden crecer hacia abajo varios metros de profundidad y tener más de un metro de espesor.
Las hojas. Pueden ser caducifolias, es decir, que se desarrollan en primavera y se caen en otoño (aunque hay especies que cambian de follaje varias veces al año), o perennifolias, que también se caen, pero no simultáneamente en una estación.
El tipo de follaje es muy importante porque cuando los árboles grandes perennifolios están cerca de la casa, bloquean el paso de la luz natural durante todo el año. Si planta varios árboles perennifolios hacia el norte, formando una cortina, protegerá la casa de los vientos en el invierno.
Los árboles caducifolios grandes plantados hacia el sureste, suroeste y oeste, proporcionan sombra refrescante durante el verano y no obstruyen el sol invernal.
La copa del árbol. Si se está pensando en un árbol ornamental, se tiene que recordar que el perfil de los árboles varía en cada especie: hay copas redondas, ovaladas, en forma de columna, de una “V” o piramidal.
Cuidados.
Los árboles necesitan cuidados para sobrevivir, así que una vez de plantados, no se deben abandonar a su suerte. Las principales atenciones son:
Riego. Es mejor preguntar en el vivero cuándo regar la planta y a qué hora, pues mucho depende de la especie y su tamaño, la temperatura del aire, la humedad, la cantidad de luz a la que esté expuesta y el aire que reciba sobre su follaje. En general, se debe regar por lo menos una vez a la semana, pero si el lugar es muy seco y en estaciones calurosas, necesita agua hasta tres veces por semana. Se debe secar la planta en forma abundante hasta que el suelo se sature y aparezcan encharcamientos. Cuando sea necesario, levante un bordo circular en torno a los árboles y arbustos para facilitar el riego.
Poda. No es recomendable hacerlo después de plantarlos, a menos que tengan ramas muertas o rotas o se trate de un trasplante (en este caso, la poda fortalece y expande las raíces). La mejor época es en invierno, cuando la planta se encuentra en una etapa de descanso vegetativo.
Fertilización. Los árboles recién plantados no requieren de la adición de fertilizantes durante la plantación. Si el suelo es demasiado pobre se puede agregar fertilizante de liberación controlada. Se pueden aplicar al principio de la estación lluviosa y se repite a la mitad de la temporada.
Deshierbes. La planta debe estar libre de vegetación competidora (principalmente hierbas). El número de deshierbes dependerá de qué tan abundante sea el crecimiento de las hierbas.
