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Ricardo Rubín

BANDERAZO DE SALIDA.- Una mujer llegó a Estados Unidos dispuesta a triunfar en el cine. Su nombre, Marlene Dietrich, nacida en Berlín, Alemania, el 27 de diciembre de 1901... Llegó a Hollywood en 1930 contratada por la Paramout en la época en que otra europea, la sueca Greta Garbo, era la estrella principal de la Metro... Marlene (diminutivo de María Magdalena), llegó precedida de la fama que le había dado la película El Ángel Azul, donde hizo el papel de la sensual Lola y mostró por primera vez sus piernas, consideradas hasta hoy las más sensuales del cine. Llegó a Hollywood y triunfó, aunque ella en lugar de ser actriz quería ser violinista, lo que no logró por una fractura en la muñeca derecha.

CURVA PELIGROSA.- Joan Fontaine, que nació en Tokio el 22 de octubre de 1917, y hermana menor de Olivia de Haviland, actriz consagrada en Estados Unidos, llegó a la fama cinematográfica no por su parentesco con su hermana, ni con la ayuda de la misma.. En su autobiografía Mi Cama no es de Rosas, Joan revela todo lo que hizo antes de llegar al cine y lograr su primer papel: obtuvo licencia para pilotear aviones, fue campeona de navegación en globos aerostáticos, consumada golfista, experta decoradora de interiores, ganadora de varios premios como pescadora de atún y excelente cocinera, al grado de haber ganado el preciado título de Maestra Cordon Blue. Cuando al fin llegó a Hollywood, hizo películas como Gunga Ding, Rebeca y Sospecha. Por la segunda ganó el Oscar en 1941 como la Mejor Actriz.

RECTA FINAL.- Otras actrices que lucharon duro para conseguir la fama fueron Audrey Hepburn, heredera de una rica familia belga. Quería ser bailarina, pero una oportunidad en la película Cuento de Una Viuda Joven la hizo cambiar de rumbo... Otra que quería ser bailarina fue la mexicana Margarita Carmen Cancino, mejor conocida como Rita Hayworth, famosa por la película Gilda, su vida amorosa y sus muchos matrimonios con hombres famosos como Orson Welles y el príncipe Ali Khan, con quien se casó en 1949 y al divorciarse consiguió una cuantiosa fortuna que le permitió retirarse del cine, pero no de los escándalos. * Josephine Baker, La Diosa de Ébano, fue empleada doméstica antes de su triunfo, que logró bailando ritmos sensuales con una faldita corta hecha de plátanos. Su actuación fue una explosión, y con su corta faldita recorrió el mundo y sedujo a grandes personajes. Aunque la fama no la libró de la discriminación racial en Estados Unidos por ser negra, se radicó en París y allí cosechó todos sus triunfos, sus amores y su fortuna. Y allí murió.

META.- Doble riesgo: cuando nuestro médico familiar dice que tenemos que consultar a un especialista. * Para ser excéntrico hay que ser muy rico, como el sultán de Brunei que en una ocasión, mientras esperaba que le entregaran su nuevo Boeing 747-40, le compró a Lufthansa otro avión para usarlo sólo dos meses, plazo en que le entregarían el otro avión. En el avión de emergencia se gastó cien millones de dólares porque lo tuvieron que reacondicionar a su gusto, con alfombras persas y lo último en computación y electrónica. Otra de sus excentricidades fue hacerle un cheque a Tina Turner por la misma cantidad, un millón de dólares, para que amenizara su fiesta cuando celebró sus Bodas de Plata en el trono.

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