MADRID, ESPAÑA.- Un grupo de unos 20 seguidores del Atlético de Madrid invadió ayer el campo de entrenamiento del equipo de futbol español para increpar a jugadores y técnicos por la situación actual del conjunto capitalino.
Los "ultras" derribaron una valla de las instalaciones del Cerro del Espino, ciudad deportiva en la que entrena el Atlético, situada en la localidad madrileña de Majadahonda, y accedieron a las instalaciones para encararse con los jugadores.
Los aficionados fueron reconocidos por miembros del club y periodistas como "ultras" del "Frente Atlético", grupo más radical de la hinchada del Atlético de Madrid, aunque algunos de ellos iban encapuchados.
La mayoría de jugadores y técnicos del equipo trataron de evitar la confrontación, aunque algunos como el arquero argentino Leo Franco o Miguel Bastón, preparador de porteros del equipo, terminaron enfrentándose con algunos de esos seguidores.
Los hinchas reprocharon a jugadores y entrenadores la situación del equipo, llegando a utilizar insultos.
Finalmente los jugadores del Atlético abandonaron el Cerro del Espino, cosa que también hicieron los seguidores.
Durante el entrenamiento tan sólo había un agente de seguridad, que no pudo hacer nada para evitar los incidentes, aunque de manera rápida la Guardia Civil, tras conocer lo sucedido, montó un dispositivo para facilitar la salida de los jugadores.
El entrenador César Ferrando, en una rueda de prensa tras el entrenamiento, se refirió a lo sucedido: "comprendo que la afición esté enfadada. Se nos ha ido la Liga en tres partidos. Nos han reprochado el juego, el no haber pasado la eliminatoria de Copa.
"A nadie le gusta que vayan a su casa y le digan cuatro cosas. Situación crítica es cuando tienes a alguien en el hospital, no esto. Esto no tenía que pasar, pero ha ocurrido", comentó.
No se trata del primer acto de estas características que realizan los aficionados más radicales del equipo, muy descontentos con la marcha del club, eliminado en Copa y sin posibilidad para clasificarse para competencia europea.
En tanto que Osasuna solicitó la víspera el cambio de sede de la final de Copa del Rey, que en principio es Madrid, alegando que "ultras" del Atlético, junto con los del Real Madrid, anunciaron que iban a comenzar "la caza del navarro" ese día en la ciudad.
Además, el día anterior del partido de vuelta de semifinales de Copa en Madrid disputado la semana pasada, algunos seguidores "rojiblancos" apedrearon el autobús de Osasuna a su llegada a la ciudad.
El momento más oscuro de los incidentes protagonizados por hinchas violentos del Atlético de Madrid se remonta al nueve de diciembre de 1998.
Ese día Aitor Zabaleta, seguidor de la Real Sociedad, recibió una puñalada mortal que le atravesó el corazón por parte de un seguidor "rojiblanco" con la cabeza rapada en las inmediaciones del estadio del Atlético de Madrid.
Osasuna pide cambio de sede por amenazas
El club de futbol Osasuna pidió a la Real Federación Española de Futbol (RFEF) cambiar la sede de la final de la Copa del Rey, el próximo 11 de junio en el Estadio Vicente Calderón de esta capital, ante amenazas a los aficionados navarros.
De acuerdo con medios deportivos españoles, el club de Pamplona mandó el miércoles un fax al organismo una vez que constató que grupos "ultras" del Atlético de Madrid y el Real Madrid han divulgado por Internet que ese día "van a la caza del navarro".
El Osasuna, que dirige el mexicano Javier Aguirre, llega a una final de Copa tras 85 años de historia, que jugará contra el Betis de Sevilla, y para este encuentro ha decidido proteger a los aficionados que se trasladarán de Pamplona a Madrid.
Según el gerente de Osasuna, Ángel Luis Vizcay, las barras "ultras" del Atlético y del Real Madrid se juntarían el 11 de junio para "ir a la caza del navarro", lo que ha causado inquietud en la afición pamplonesa.
Incluso entre la directiva de Osasuna corrió el rumor de que esos grupos "ultras" mandaron mensajes a otros similares de Zaragoza y Logroño, ambos del norte de España, "para que bajen a la caza del navarro".
En el fax enviado a la RFEF, Osasuna pide que la sede se cambie a Barcelona, o incluso a Sevilla, de donde es el Betis, con el fin de evitar riesgos para los aficionados navarros que quieren ir a ver a su equipo.
"Más que preocupación hay una inquietud, a la vista de estas amenazas y demás, pero pensamos que tanto las Delegaciones del Gobierno en Navarra y Madrid pondrán todos los medios oportunos, y no habrá ningún incidente", precisó Vizcay.
Los presidentes de Osasuna, Patxi Izco, y del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, darán en sus respectivas ciudades ruedas de prensa para fijar una posición ante lo ocurrido.
La amenaza tiene como antecedente el que la semana pasada, cuando Osasuna viajó a Madrid para jugar la semifinal de Copa del Rey contra Atlético de Madrid, su autobús fue apedreado por unos "ultras" que esperaban al equipo fuera de su hotel.
