México, (Notimex).- Durante 35 años de investigación, en el asentamiento denominado como San José Mogote, en Oaxaca, se revelan importantes evidencias dispersas en una superficie de aproximadamente 40 hectáreas, las cuales han permitido conocer más a fondo una civilización que data de entre los años 1200 y 850 (a.C.).
Enrique G. Fernández Dávila, especialista del Centro INAH-Oaxaca, así lo informa en su investigación San José Mogote, Oaxaca, con la cual determina una serie de condiciones y características relacionadas con el desarrollo de los olmecas.
Refiere que entre los descubrimientos arqueológicos se destaca la presencia de construcciones masivas, evidencias de la especialización artesanal en la manufactura de cerámica fina; la exportación de materias primas exóticas, y la presencia de sociedades de rango, totalmente diferenciadas, que compartieron sistemas de estímulos regionales.
Asimismo se localizaron muros de mampostería en grandes bloques, así como de estructuras de adobe, de carácter público; por ello, los análisis realizados en el asentamiento de San José Mogote, reúnen información que responde a un gran número de cuestionamientos de los especialistas.
Actualmente se sabe, añade en su estudio, que la construcción de esta masa de escombros contenidos, debió trazarse sobre nivelaciones existentes en el lecho rocoso natural.
Dichas evidencias indican la presencia de edificaciones de plataformas hechas con adobe y tierra compactada, armazones sobrepuestos encontrados en excelente estado de conservación y que pueden vislumbrarse en superficies enlucidas de color hueso, con un espesor de hasta 12 centímetros.
Tal descubrimiento arqueológico, establece el investigador, surgió durante los trabajos de sondeos estratigráficos realizados frente al nivel de la explanada en la fachada poniente del edificio; en su cima y al centro de la plaza, a cinco metros de profundidad en promedio.
Esto puede tener un significado especial, comenta más adelante el también antropólogo, pues dicha construcción fue el principal edificio de poder, del más grande asentamiento del Valle de Oaxaca.
Asimismo revela que las primeras exploraciones realizadas en el sitio arqueológico, en los años 60, buscaban la explicación a temas como la transición de las aldeas a la vida urbana y posteriormente al Estado; tal consecuencia evolutiva se planteó dentro del marco de las teorías de sistemas y ecología humana.
Durante casi una década fue explorada la mayoría de los edificios que conforman el núcleo de la plaza principal, así como las localidades aledañas que dieron como resultado el establecimiento de una cronología previa a Monte Albán, que a la fecha, se mantiene vigente y se confirma por los resultados de los últimos trabajos realizados.
Fernández Dávila aclara que San José Mogote no fue un enclave olmeca, sin embargo, asevera, es el tipo de asentamiento que se desarrolló de forma independiente y con anterioridad al periodo de 1200 a 850 (a.C.).
En ese entonces las primeras aldeas sedentarias desarrollaron la productividad agrícola a una cada vez mayor escala, con base en una clara economía mixta, lo que le permitió crecer en hasta 20 veces más que cualquier poblado cercano en los valles centrales de Oaxaca.
