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Las palabras tienen la palabra

Ya no es como antes

Hace cuarenta años, cuando viajabas en avión, apenas la nave estabilizaba su vuelo después de despegar, salían dos o tres aeromozas guapísimas y muy atentas y te ofrecían -sin cargo, por supuesto- una comida razonable y luego algo para beber: un refresco, una cerveza, y en algunos casos, hasta una bebida mezclada a base de whisky, brandy o ron de cierta clase. Después, venía una taza o las que quisieras de humeante y delicioso café.

También, te ayudaban a acomodarte para que tu viaje fuera cómodo, te traían una almohada o una cobijita, en fin, el objetivo es que hicieras un viaje placentero. Ahora, las cosas son diferentes. Si tienes suerte, una aeromoza casi de la tercera edad o un aeromozo bastante feo, te avientan una bolsita de cacahuates "dizque" orientales, tan duros como para poner a prueba tu dentadura. Y si quieres un refresco o bebida, te los venden de dudosa calidad y a precio de oro.

Es entonces cuando, aunque no quieras, lanzas la consabida frase: ¡Cómo cambian los tiempos! Antes, cuando armabas relajo en clase, el profesor te daba un coscorrón y te encargaba escribir 50 veces: "No debo hacer relajo en clase". Al llegar a tu casa, tu papá se enteraba y te daba otro coscorrón por su cuenta, para que no se te olvidara que al salón de clase se va a estudiar y no a hacer relajo. Después del incidente, seguías tu vida normal. Creciste, te graduaste de Licenciado y te convertiste en un hombre de bien.

Ahora, el muchacho arma un relajo en clase, el profe levanta la mano para darle un coscorrón, pero no se lo da. El chico va y le dice a su papá que el maestro lo amenazó con darle una golpiza. El señor muy indignado va a la escuela y hace que el maestro le pida disculpas al chamaco, se queja ante la Secretaría de Educación solicitando que despidan al maestro y pone la denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

El profesor es despedido y los reporteros de tres televisoras van a entrevistar al ofendido, a sus compañeros, al papá y a la abuelita del jovenzuelo. La directora de la escuela no aceptó salir para la entrevista porque temía que las madres de familia la agredieran. Finalmente, el padre le compra una moto al chamaco "para compensarlo del trauma".

Quiero dejar muy claro que de ninguna manera estoy a favor de la violencia y menos si las víctimas son niños… ¡Dios me libre!, pero es que ¡a veces el chamaco parece que te lo está pidiendo!... No que le des una paliza, pero como decía mi abuela: una nalgada a tiempo es mejor que muchos balazos después.

Escríbale a Juan Recaredo:

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Juan Carlos Canto Hernández pregunta: ¿Cuál es la forma correcta, hubiera o hubiese?

RESPUESTA:

En todos los verbos, el copretérito o pretérito imperfecto del modo subjuntivo, puede usarse indistintamente con la terminación "era" o "ese". Hubiera o hubiese, quisiera o quisiese, amara o amase, etc.

Me voy dejándole esta reflexión: Libros, caminos y días, le dan al hombre sabiduría. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

 LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Juan Recaredo

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